SALEN A LA LUZ POSIBLES ASPIRACIONES POLITICAS DE GENERALES DOMINICANOS
SALEN A LA LUZ POSIBLES ASPIRACIONES POLITICAS DE GENERALES DOMINICANOS
Candelier hace sus amarres y se dice que Soto Jiménez anda en lo mismo
18/06/2005 08:48:24 a.m.
Siguiendo La Noticia :
No hay noticias relacionadas
Cuando en 1978 de un plumazo, en el decreto que siguió al que nombró al Gabinete del Gobierno que se iniciaba, el entonces Presidente Antonio Guzmán Fernández puso en retiro a 20 generales que se ligaban abiertamente con los intentos continuistas de Joaquín Balaguer, los dominicanos creyeron que se llegaba al fin de la participación abierta, pública, de los militares en política.
La acción de Guzmán Fernández, definida por muchos como valiente, tenía una razón legítima, toda vez que los militares se envolvieron públicamente en la política en campaña y no ocultaron, una vez conocido el resultado electoral, su determinación de impedir que Balaguer fuera sacado del Palacio Nacional, aunque la población así lo decidiera en las urnas. De hecho, tras la victoria de Guzmán Fernández, un grupo de jefes militares se resistía a entregar el poder, pretensión que fue abortada por la decisión de Balaguer de que se respetara la voluntad popular.
Los aires que consolidaban las democracias en el país y el resto del continente, unido a los procesos de profesionalización de los militares cambió la actitud pública del coqueteo de los hombres de uniforme con la política partidista y los que se sentían tentados por estas aventuras actuaban con mayor cautela, aunque no faltaron los que enseñaron el refajo, como el último ex jefe de la Marina, Uribe Peguero, con apologías y pedidos a sus comandantes en jefe de que intentaran la reelección y continuaran en el mando.
El tema de la crisis de los partidos y los políticos en América Latina ha sido motivo de socorridos seminarios y múltiples interpretaciones que, unido a la demandas que algunos de mano dura para enfrentar las crisis de ingobernabilidad en que caen algunos gobiernos y países agobiados por los problemas económicos y sociales que degeneran en tranques políticos , pareciera estimular a no pocos militares a engancharse a la vida política, con la creencia de que pueden ser esa alternativa de que hablan sus conciudadanos.
En ese escenario, entonces, los ejemplos que han dado el controvertido ex coronel Hugo Chávez, actual Presidente de Venezuela, y el hasta hace unos meses también ex coronel Lucio Gutierrez, destituido de la Presidencia en Ecuador, parecen estimular a ex jefes militares a entrar en la política.
De esto se habla hoy en la República Dominicana con la salida a la escena pública del recién retirado general Pedro de Jesús Candelier, quien en la última semana inició un periplo entre oficinas de directores de periódicos y de otros medios de comunicación, contactos a otros niveles de la sociedad, en una primera oleada de presentación, que incluyó una cena al más alto nivel de la prensa nacional, hace apenas unas noches.
Y en ese contexto, entonces, se habla profusamente también de que el ex secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, coquetea con la vida política, toda vez que inmediatamente salió de los cuarteles, con su puesta en retiro el 16 de agosto del 2005, constituyó la denominada Fundación V República, que la gente dice apunta a ser la plataforma para su eventual lanzamiento a la vida política.
No son pocos los militares que se les ha reconocida militancia política estando con el uniforme puesto y gran parte de ellos se han dedicado a la vida política tras salir de los cuarteles. Pocos, con excepción de Adriano Valdez Hilario que llegó a la Cámara de Diputados, han ganado puestos en elecciones nacionales.
Algunos casos
A continuación breves reseñas de algunos militares que se han relacionado, pública o por el rumor de la gente, en las lides políticas.
Elías Wessin y Wessin.- Considerado un militar de línea dura, descolló en 1965 cuando dirigió, como jefe del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), la resistencia al golpe de Estado que trataba de restablecer a Juan Bosch en el poder, desatando la guerra civil que desencadenó en la segunda intervención militar norteamericana al país. En 1971, Wessin y Wessin fue acusado por Balaguer de conspirar para derrocarlo y fue enviado al exilio. En 1974, ya proclamado como político, fue candidato vicepresidencial de la coalición Acuerdo de Santiago, que lidereaba el PRD con Guzmán Fernández como candidato presidencial y que componían varios partidos, incluyendo de la izquierda a la que Wessin y Wessin había combatido en la revuelta del 65. El Acuerdo se retiró de las elecciones y Wessin y Wessin siguió en la vida política al frente de su Partido Quisqueyano Demócrata (PQD), aunque en 1988 Balaguer, en una jugada muy extraña, le restituyó en su rango militar y lo nombró
secretario de las Fuerzas Armadas. Una vez salió del cargo militar y puesto nuevamente en retiro, Wessin y Wessin volvió a la política partidista.
Rafael Adriano Valdez Hilario.- Considerado moderado, fue secretario de las Fuerzas Armadas del Gobierno de Guzmán Fernánez y tras salir de los cuarteles, se integró a la vida política presidiendo el Partido Nacional de Veteranos y Civiles, compuesto en su gran mayoría por ex militares y el cual ha dado su apoyo a distintas fuerzas mayoritarias. Valdez Hilario alcanzó el puesto de diputado.
Juan Bautista Rojas Tabar.- Considerado de línea moderada y de tendencia a los académicos, fue jefe de la Fuerza Aérea Dominicana por varios años, donde ganó reputación de organizado y preocupado por los hombres y la institución bajo su mando, lo que al parecer primó para que el Presidente Leonel Fernández lo designara su primer secretario de las Fuerzas Armadas, en agosto del 1996. Apenas tres meses después, Rojas Tabar fue destituido del mando militar y puesto en retiro debido declaraciones periodísticas emitidas al acudir ante la Procuraduría General de la República para ser interrogado en el caso del desaparecido profesor universitario Narciso González, Narcisazo. Rojas Tabar, una vez en la vida civil, se lanzó a la política enlistándose en el Partido Reformista Social Cristiano, asumiendo la candidatura a senador en los comicios del 1998 y luego repitiendo como candidato a síndico en los comicios del 2002, siendo derrotado en ambas ocasiones.
Se mencionan como eventuales políticos partidistas a:
Pedro de Jesús Candelier.- De línea dura, saltó al estrellato público en los años 80 cuando con el rango de coronel del Ejército Nacional, Balaguer lo nombró director de Foresta y fue blanco de duras críticas de la prensa y organizaciones de derechos humanos por el trato que daba a los que acusaban de ser depredadores. Balaguer llegó a calificarlo de primitivo luego que se denunciara que había prendido a burros de campesinos acusados de quemar bosques y que corrieran versiones de amarraba y colgaba por los pies a los campesinos depredadores de bosques. El Presidente Fernández, en su primer período de gobierno lo designo jefe de la Policía, cargo en que fue mantenido por Hipólito Mejía al asumir el poder de donde lo envió a dirigir Amet. Fue puesto en retiro a los pocos días de Fernández asumir el poder de nuevo, en agosto del 2004.
José Miguel Soto Jiménez.- Considerado un moderado, abanderado de la línea profesional e intelectual en las filas militares. Fue subjefe del Ejército Nacional en los inicios de la primera gestión de Fernández tras lo cual fue enviado como agregado militar ante la Junta Interamericana de Defensa, con sede en Washington, Estados Unidos, en lo que fue considerado en las esferas militares y políticas como un exilio, ya que se le ubicaba como un militar afín al PRD y, en especial, amigo personal de Peña Gómez. Soto regresó al país en el 2000, una vez ganara las elecciones el candidato del PRD, Hipólito Mejía, siendo designado secretario de las Fuerzas Armadas, cargo en que duró los cuatro años de ese régimen.
Movimiento Estudiantil Socialista "Stalin Garcia"
MESG
DOCENCIA, UNIDAD Y LUCHA
Candelier hace sus amarres y se dice que Soto Jiménez anda en lo mismo
18/06/2005 08:48:24 a.m.
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Cuando en 1978 de un plumazo, en el decreto que siguió al que nombró al Gabinete del Gobierno que se iniciaba, el entonces Presidente Antonio Guzmán Fernández puso en retiro a 20 generales que se ligaban abiertamente con los intentos continuistas de Joaquín Balaguer, los dominicanos creyeron que se llegaba al fin de la participación abierta, pública, de los militares en política.
La acción de Guzmán Fernández, definida por muchos como valiente, tenía una razón legítima, toda vez que los militares se envolvieron públicamente en la política en campaña y no ocultaron, una vez conocido el resultado electoral, su determinación de impedir que Balaguer fuera sacado del Palacio Nacional, aunque la población así lo decidiera en las urnas. De hecho, tras la victoria de Guzmán Fernández, un grupo de jefes militares se resistía a entregar el poder, pretensión que fue abortada por la decisión de Balaguer de que se respetara la voluntad popular.
Los aires que consolidaban las democracias en el país y el resto del continente, unido a los procesos de profesionalización de los militares cambió la actitud pública del coqueteo de los hombres de uniforme con la política partidista y los que se sentían tentados por estas aventuras actuaban con mayor cautela, aunque no faltaron los que enseñaron el refajo, como el último ex jefe de la Marina, Uribe Peguero, con apologías y pedidos a sus comandantes en jefe de que intentaran la reelección y continuaran en el mando.
El tema de la crisis de los partidos y los políticos en América Latina ha sido motivo de socorridos seminarios y múltiples interpretaciones que, unido a la demandas que algunos de mano dura para enfrentar las crisis de ingobernabilidad en que caen algunos gobiernos y países agobiados por los problemas económicos y sociales que degeneran en tranques políticos , pareciera estimular a no pocos militares a engancharse a la vida política, con la creencia de que pueden ser esa alternativa de que hablan sus conciudadanos.
En ese escenario, entonces, los ejemplos que han dado el controvertido ex coronel Hugo Chávez, actual Presidente de Venezuela, y el hasta hace unos meses también ex coronel Lucio Gutierrez, destituido de la Presidencia en Ecuador, parecen estimular a ex jefes militares a entrar en la política.
De esto se habla hoy en la República Dominicana con la salida a la escena pública del recién retirado general Pedro de Jesús Candelier, quien en la última semana inició un periplo entre oficinas de directores de periódicos y de otros medios de comunicación, contactos a otros niveles de la sociedad, en una primera oleada de presentación, que incluyó una cena al más alto nivel de la prensa nacional, hace apenas unas noches.
Y en ese contexto, entonces, se habla profusamente también de que el ex secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, coquetea con la vida política, toda vez que inmediatamente salió de los cuarteles, con su puesta en retiro el 16 de agosto del 2005, constituyó la denominada Fundación V República, que la gente dice apunta a ser la plataforma para su eventual lanzamiento a la vida política.
No son pocos los militares que se les ha reconocida militancia política estando con el uniforme puesto y gran parte de ellos se han dedicado a la vida política tras salir de los cuarteles. Pocos, con excepción de Adriano Valdez Hilario que llegó a la Cámara de Diputados, han ganado puestos en elecciones nacionales.
Algunos casos
A continuación breves reseñas de algunos militares que se han relacionado, pública o por el rumor de la gente, en las lides políticas.
Elías Wessin y Wessin.- Considerado un militar de línea dura, descolló en 1965 cuando dirigió, como jefe del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), la resistencia al golpe de Estado que trataba de restablecer a Juan Bosch en el poder, desatando la guerra civil que desencadenó en la segunda intervención militar norteamericana al país. En 1971, Wessin y Wessin fue acusado por Balaguer de conspirar para derrocarlo y fue enviado al exilio. En 1974, ya proclamado como político, fue candidato vicepresidencial de la coalición Acuerdo de Santiago, que lidereaba el PRD con Guzmán Fernández como candidato presidencial y que componían varios partidos, incluyendo de la izquierda a la que Wessin y Wessin había combatido en la revuelta del 65. El Acuerdo se retiró de las elecciones y Wessin y Wessin siguió en la vida política al frente de su Partido Quisqueyano Demócrata (PQD), aunque en 1988 Balaguer, en una jugada muy extraña, le restituyó en su rango militar y lo nombró
secretario de las Fuerzas Armadas. Una vez salió del cargo militar y puesto nuevamente en retiro, Wessin y Wessin volvió a la política partidista.
Rafael Adriano Valdez Hilario.- Considerado moderado, fue secretario de las Fuerzas Armadas del Gobierno de Guzmán Fernánez y tras salir de los cuarteles, se integró a la vida política presidiendo el Partido Nacional de Veteranos y Civiles, compuesto en su gran mayoría por ex militares y el cual ha dado su apoyo a distintas fuerzas mayoritarias. Valdez Hilario alcanzó el puesto de diputado.
Juan Bautista Rojas Tabar.- Considerado de línea moderada y de tendencia a los académicos, fue jefe de la Fuerza Aérea Dominicana por varios años, donde ganó reputación de organizado y preocupado por los hombres y la institución bajo su mando, lo que al parecer primó para que el Presidente Leonel Fernández lo designara su primer secretario de las Fuerzas Armadas, en agosto del 1996. Apenas tres meses después, Rojas Tabar fue destituido del mando militar y puesto en retiro debido declaraciones periodísticas emitidas al acudir ante la Procuraduría General de la República para ser interrogado en el caso del desaparecido profesor universitario Narciso González, Narcisazo. Rojas Tabar, una vez en la vida civil, se lanzó a la política enlistándose en el Partido Reformista Social Cristiano, asumiendo la candidatura a senador en los comicios del 1998 y luego repitiendo como candidato a síndico en los comicios del 2002, siendo derrotado en ambas ocasiones.
Se mencionan como eventuales políticos partidistas a:
Pedro de Jesús Candelier.- De línea dura, saltó al estrellato público en los años 80 cuando con el rango de coronel del Ejército Nacional, Balaguer lo nombró director de Foresta y fue blanco de duras críticas de la prensa y organizaciones de derechos humanos por el trato que daba a los que acusaban de ser depredadores. Balaguer llegó a calificarlo de primitivo luego que se denunciara que había prendido a burros de campesinos acusados de quemar bosques y que corrieran versiones de amarraba y colgaba por los pies a los campesinos depredadores de bosques. El Presidente Fernández, en su primer período de gobierno lo designo jefe de la Policía, cargo en que fue mantenido por Hipólito Mejía al asumir el poder de donde lo envió a dirigir Amet. Fue puesto en retiro a los pocos días de Fernández asumir el poder de nuevo, en agosto del 2004.
José Miguel Soto Jiménez.- Considerado un moderado, abanderado de la línea profesional e intelectual en las filas militares. Fue subjefe del Ejército Nacional en los inicios de la primera gestión de Fernández tras lo cual fue enviado como agregado militar ante la Junta Interamericana de Defensa, con sede en Washington, Estados Unidos, en lo que fue considerado en las esferas militares y políticas como un exilio, ya que se le ubicaba como un militar afín al PRD y, en especial, amigo personal de Peña Gómez. Soto regresó al país en el 2000, una vez ganara las elecciones el candidato del PRD, Hipólito Mejía, siendo designado secretario de las Fuerzas Armadas, cargo en que duró los cuatro años de ese régimen.
Movimiento Estudiantil Socialista "Stalin Garcia"
MESG
DOCENCIA, UNIDAD Y LUCHA
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MARTIN CASTILLO -