CONFLICTO COLOMBIA-VENEZUELA
Hugo Chávez.
CONFLICTO COLOMBIA-VENEZUELA
Por Joaquim Ibarz
La Vanguardia
La tensión entre Caracas y Bogotá dejó a los dos países al borde de la ruptura con la amenaza de Hugo Chávez de "congelar" las relaciones si Colombia no admite que fue un error el secuestro del guerrillero Rodrigo Granda. El gobernante venezolano exige al presidente Álvaro Uribe que se disculpe o, de lo contrario, cerrará fronteras, reducirá al mínimo el comercio binacional y suspenderá la construcción del gasoducto transcaribeño entre los dos países.
Ni la mediación del enviado del presidente brasileño, Lula da Silva, acercó posiciones entre Venezuela y Colombia. Chávez se ha envuelto en la bandera del nacionalismo y convoca a los venezolanos a cerrar filas.
La multitudinaria marcha que recorrió buena parte de Caracas en "defensa de la soberanía nacional y contra el intervencionismo" se convirtió en acto de repulsa y rechazo a Colombia y, sobre todo, a EE.UU. Las caricaturas señalaron a Uribe como títere de la CIA, otras decían: "Uribe tiene su operación Cóndor".
Los insultos contra el presidente Bush -se le representó como un diab lo con cuernos- y las pancartas contra la agresión norteamericana recordaron las marchas que orquesta el régimen cubano. Y la retórica antiestadounidense de Chávez cada vez se asemejan más a la de su mentor de La Habana.
Como si se quisiera enviar un mensaje directo a Washington, en la manifestación se exhibieron muchas pancartas en inglés -"Bush lies, democracy dies" (Bush miente, la democracia muere)- y máscaras burlonas de Bush y Condoleezza. El propio presidente Chávez criticó a la secretaria de Estado de EE.UU., a quien calificó de "analfabeta".
"Bush, Condolencia (sic), le vamos a hacer comer el polvo de la derrota, no podrán con nosotros; esta revolución ratifica aún más su carácter antiimperialista", dijo Chávez. En tono desafiante, proclamó: "Le apuesto un dólar al señor Bush a ver quién dura más en el poder".
Desde el palacio de Miraflores, Chávez arengó a la multitud: "Si Colombia no se disculpa, si no hubiera un gesto al menos que reivindicara a Venezuela, tendríamos que congelar las relaciones. No voy a tener relaciones abiertas con un gobierno que no sea capaz de reconocer un error tan grave".
El presidente venezolano fue más allá al advertir que el intercambio en la frontera con Colombia se reducirá al mínimo: "Ya ordené tomar las previsiones del caso.
El gasoducto se cancelaría; el puente internacional y la carretera se cerrarían, la relación comercial se reduciría al mínimo. Los dólares que se asignan a empresarios venezolanos para comprar en Colombia se dirigirían en otra dirección. Lo que compramos a Colombia lo haríamos en Brasil o República Dominicana", aseguró ante la multitud.
El vicepresidente José V. Rangel aún fue más duro al criticar la lista entregada por Bogotá con los nombres de ocho guerrilleros que estarían en Venezuela. "Ese documento es como el parto de los montes, irrelevante. Le faltan los narcos y paramilitares", fustigó Rangel.
La multitudinaria marcha chavista contrasta con la minúscula manifestación de la oposición , que apenas reunió a 300 personas para celebrar la caída de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958, una efeméride que en los últimos años sacaba a la calle miles de personas. Tras la derrota en el referéndum revocatorio, la oposición, desmoralizada, desmembrada, sin rumbo y sin dirigentes, prácticamente ha desaparecido.
El conflicto con Colombia le está dando buenos réditos a Chávez -su popularidad subió al 65,4%, por encima de sus primeros dos años estelares de gobierno- cuando se acercan cuatro elecciones fundamentales: referéndum revocatorio de diputados opositores, elección de concejales municipales y juntas parroquiales, elección de la Asamblea Nacional y la presidencial del 2006. Asimismo, Uribe gana popularidad y saca ventajas políticas. El enfrentamiento con Chávez le da un empujón de cara a su reelección, también en el 2006.
CONFLICTO COLOMBIA-VENEZUELA
Por Joaquim Ibarz
La Vanguardia
La tensión entre Caracas y Bogotá dejó a los dos países al borde de la ruptura con la amenaza de Hugo Chávez de "congelar" las relaciones si Colombia no admite que fue un error el secuestro del guerrillero Rodrigo Granda. El gobernante venezolano exige al presidente Álvaro Uribe que se disculpe o, de lo contrario, cerrará fronteras, reducirá al mínimo el comercio binacional y suspenderá la construcción del gasoducto transcaribeño entre los dos países.
Ni la mediación del enviado del presidente brasileño, Lula da Silva, acercó posiciones entre Venezuela y Colombia. Chávez se ha envuelto en la bandera del nacionalismo y convoca a los venezolanos a cerrar filas.
La multitudinaria marcha que recorrió buena parte de Caracas en "defensa de la soberanía nacional y contra el intervencionismo" se convirtió en acto de repulsa y rechazo a Colombia y, sobre todo, a EE.UU. Las caricaturas señalaron a Uribe como títere de la CIA, otras decían: "Uribe tiene su operación Cóndor".
Los insultos contra el presidente Bush -se le representó como un diab lo con cuernos- y las pancartas contra la agresión norteamericana recordaron las marchas que orquesta el régimen cubano. Y la retórica antiestadounidense de Chávez cada vez se asemejan más a la de su mentor de La Habana.
Como si se quisiera enviar un mensaje directo a Washington, en la manifestación se exhibieron muchas pancartas en inglés -"Bush lies, democracy dies" (Bush miente, la democracia muere)- y máscaras burlonas de Bush y Condoleezza. El propio presidente Chávez criticó a la secretaria de Estado de EE.UU., a quien calificó de "analfabeta".
"Bush, Condolencia (sic), le vamos a hacer comer el polvo de la derrota, no podrán con nosotros; esta revolución ratifica aún más su carácter antiimperialista", dijo Chávez. En tono desafiante, proclamó: "Le apuesto un dólar al señor Bush a ver quién dura más en el poder".
Desde el palacio de Miraflores, Chávez arengó a la multitud: "Si Colombia no se disculpa, si no hubiera un gesto al menos que reivindicara a Venezuela, tendríamos que congelar las relaciones. No voy a tener relaciones abiertas con un gobierno que no sea capaz de reconocer un error tan grave".
El presidente venezolano fue más allá al advertir que el intercambio en la frontera con Colombia se reducirá al mínimo: "Ya ordené tomar las previsiones del caso.
El gasoducto se cancelaría; el puente internacional y la carretera se cerrarían, la relación comercial se reduciría al mínimo. Los dólares que se asignan a empresarios venezolanos para comprar en Colombia se dirigirían en otra dirección. Lo que compramos a Colombia lo haríamos en Brasil o República Dominicana", aseguró ante la multitud.
El vicepresidente José V. Rangel aún fue más duro al criticar la lista entregada por Bogotá con los nombres de ocho guerrilleros que estarían en Venezuela. "Ese documento es como el parto de los montes, irrelevante. Le faltan los narcos y paramilitares", fustigó Rangel.
La multitudinaria marcha chavista contrasta con la minúscula manifestación de la oposición , que apenas reunió a 300 personas para celebrar la caída de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958, una efeméride que en los últimos años sacaba a la calle miles de personas. Tras la derrota en el referéndum revocatorio, la oposición, desmoralizada, desmembrada, sin rumbo y sin dirigentes, prácticamente ha desaparecido.
El conflicto con Colombia le está dando buenos réditos a Chávez -su popularidad subió al 65,4%, por encima de sus primeros dos años estelares de gobierno- cuando se acercan cuatro elecciones fundamentales: referéndum revocatorio de diputados opositores, elección de concejales municipales y juntas parroquiales, elección de la Asamblea Nacional y la presidencial del 2006. Asimismo, Uribe gana popularidad y saca ventajas políticas. El enfrentamiento con Chávez le da un empujón de cara a su reelección, también en el 2006.
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yudy endrea -