RESPONDER A LA COYUNTURA REELECCIONISTA CON ORGANIZACIÓN Y PODER DE MASAS
RESPONDER A LA COYUNTURA REELECCIONISTA CON ORGANIZACIÓN Y PODER DE MASAS
Con diez y nueve meses de anticipación se empezaron a revolcar las aguas de las candidaturas presidenciales, en respuesta a la campaña que el Presidente candidato ya inició utilizando triquiñuelas y aprovechando las ventajas de ser gobierno, para hacerse elegir presidenteenel 2006.
Desde hace rato anda en esas actividades, gobernando en función y para su candidatura; haciendo campaña sin que le cueste y comprando electores con favores públicos.
El proceso reeleccionista abierto por el Parlamento de mayoría paramilitar, y que se negocia para prolongarle el mandato al Presidente, solo se entiende si se mira dentro de la estrategia que pretende implantar una dictadura civil de derecha, con alcance de largos años y los planes del imperio para el sur del continente.
Porque como reconocimiento de buen gobierno para el pueblo no tiene qué mostrar: los problemas sociales se han agudizado, el país está polarizado y las mayorías nacionales peor que antes.
Ni siquiera en la guerra que prometió ganar, en los primeros diez y ocho meses y entregar a la guerrilla vencida como trofeo a la oligarquía, arroja avances significativos.
Los resultados que tiene son perversidades: incremento de la crisis social y el número de indigentes, sobrecarga tributaria y deterioro de los derechos laborales; constreñimiento de las libertades civiles y democráticas; sumisión a las políticas e intereses de trasnacionales y del imperio y a los planes de éste para la región.
Y lo más monstruoso e impúdico, la negociación que realiza el Presidente con los narcoparamilitares para legalizarle a los patrones la riqueza acumulada en el negocio de la droga, perdonarles los crímenes atroces y de lesa humanidad y, como premio, habilitarlos políticamente para que apuntalen su candidatura.
No obstante los desaciertos presidenciales, la coyuntura reeleccionista está en pleno vuelo con el viento de cola que le sopla Bush reelegido.
El destape temprano de la coyuntura tiene riesgos para las fuerzas del movimiento que viene en ascenso, sino se entiende la verdadera trascendencia del momento y por el contrario se fragmente dejándose arrastrar al cuadrilátero electorero y se enreden en las componendas de la configuración de listas y la suma de votos.
En medio de la crisis lo prioritario es mantener las banderas y elevar las luchas por soluciones a los grandes problemas, rechazar las políticas antipopulares del Presidente Uribe y las imposiciones del imperio, dándole especial perfil a la lucha por erradicar la concepción del Estado que avala la estructura de guerra sucia que pervive impunemente y desde distintas instituciones, ejecuta miles y miles de crímenes de líderes políticos ysociales: sindicalistas, defensores de derechos humanos, académicos,campesinos y minorías étnicas.
Y al calor de las luchasy asumiendo la responsabilidad histórica, avanzar en la construcción de movimiento social sin sectarismos y prepotencia de ninguna índole, tejiendo acuerdos serios que unifiquen fuerzas, haciendo que converjan en una gran coalición dinámica que interiorice la voluntad de ser poder con fuerza de masas.
Potenciar y concretar propuestas alternativas amplias y unitarias contra el continuismo, la reelección y la ingerencia del imperio, proponiendo salidas ciertas a la crisis de justicia social, de la vida, el desarrollo, la dignidad nacional y la solución política al conflicto interno.
Con estas tareas se debe responder prioritariamente en esta coyuntura de la reelección del Presidente Uribe Vélez y los planes del imperio que están tras sus espaldas. Pues un voto por Uribe es un voto por Bush.
Otra tarea que se impone es articular el movimiento colombiano con los otros existentes en el continente, en torno a un programa básico para profundizar los cambios y acumular fuerza para responder a la ofensiva enemiga.
La situación que vivimos los colombianos, los problemas que tenemos por resolver y los enemigos a confrontar, son similares a los que tienen los pueblos hermanos desde el Río Bravo hasta la Patagonia y el mar Caribe: dependencia, injusticia social y miseria, autoritarismo de gobiernos corruptos y lacayos que lideran políticas al servicio de intereses extranjeros, de minorías nacionales y en contra del interés nacional.
Las explosiones sociales que suceden cada vez con más frecuencia y se extienden por Latinoamérica, son resultado del agotamiento de la resignación y la respuesta justa al sistema de dominación imperante.
Movimientos sociales y políticos con voluntad de ser poder se están consolidando en varios países y en algunos casos erigiéndose como alternativas. Junto a Cuba Socialista y Venezuela revolucionaria avanzan otros procesos de profundo contenido social y de masas, algunos con fuerza real y en el gobierno.
Con la reelección de Bush, esde esperar la intensificación de medidas y operaciones encaminadas a desestabilizar y tumbar los gobiernos que no son de la simpatía del imperio. Voceros estadounidenses ya han manifestado que no tolerarán gobiernos inamistosos en el continente, haciendo alusión desde luego a Cuba y Venezuela, pero también a los gobiernos de Brasil, Uruguay, Argentina y los movimientos sociales con poder de masas de Bolivia y Ecuador, principalmente.
La reelección del Presidente colombiano está dentro de los planes del imperio, por ser el mandatario más leal y confiable que tiene en el continente, y es la garantía para que Colombia continúe siendo cabeza de playa y punta de lanza en la arremetida gringa contra los procesos populares en el sur del continente.
Uribe Vélez es una amenaza funesta para los intereses del pueblo colombiano, pero también para los países con gobiernos y movimientos sociales señalados de inamistosos por el gobierno de Bush.
El peligro que se cierne no es cualquier cosa para tomar ligeramente. Por el papel que cumple el gobierno colombiano en los planes del imperio para el continente y su ubicación geográfica, lo que suceda en Colombia repercute sobre los pueblos latinoamericanos. La suerte está echada, si nos unimos nos salvamos, si respondemos solos nos hundimos.
Los colombianos tenemos retos muy grandes que nos reclaman responsabilidad y madurez en los análisis y las respuestas a nivel nacional y continental.
En su momento y fruto de la fuerza del movimiento real, es viable que se exprese políticamente en una candidatura de confluencia nacional, en torno a un programa y una plataforma de consenso, con alma de protesta y lucha callejera
El ELN como contribución en la búsqueda de la superación a la crisis del país y la solución política al conflicto interno, propone a los colombianos la Agenda Alternativa Nacional y el proceso de Convención Nacional.
Le apostamos al país con estas propuestas y estamos abiertos a otras pensadas en función de construir nación, democracia real, futuro cierto y bienestar para las mayorías nacionales.
Le apostamos a las luchas con los hermanos latinoamericanos y del Caribe por la segunda independencia con las espadas de Bolívar, San Martín, Hidalgos, Maceo y Martí. En esto estamos y le trabajamos, seguro.
Con diez y nueve meses de anticipación se empezaron a revolcar las aguas de las candidaturas presidenciales, en respuesta a la campaña que el Presidente candidato ya inició utilizando triquiñuelas y aprovechando las ventajas de ser gobierno, para hacerse elegir presidenteenel 2006.
Desde hace rato anda en esas actividades, gobernando en función y para su candidatura; haciendo campaña sin que le cueste y comprando electores con favores públicos.
El proceso reeleccionista abierto por el Parlamento de mayoría paramilitar, y que se negocia para prolongarle el mandato al Presidente, solo se entiende si se mira dentro de la estrategia que pretende implantar una dictadura civil de derecha, con alcance de largos años y los planes del imperio para el sur del continente.
Porque como reconocimiento de buen gobierno para el pueblo no tiene qué mostrar: los problemas sociales se han agudizado, el país está polarizado y las mayorías nacionales peor que antes.
Ni siquiera en la guerra que prometió ganar, en los primeros diez y ocho meses y entregar a la guerrilla vencida como trofeo a la oligarquía, arroja avances significativos.
Los resultados que tiene son perversidades: incremento de la crisis social y el número de indigentes, sobrecarga tributaria y deterioro de los derechos laborales; constreñimiento de las libertades civiles y democráticas; sumisión a las políticas e intereses de trasnacionales y del imperio y a los planes de éste para la región.
Y lo más monstruoso e impúdico, la negociación que realiza el Presidente con los narcoparamilitares para legalizarle a los patrones la riqueza acumulada en el negocio de la droga, perdonarles los crímenes atroces y de lesa humanidad y, como premio, habilitarlos políticamente para que apuntalen su candidatura.
No obstante los desaciertos presidenciales, la coyuntura reeleccionista está en pleno vuelo con el viento de cola que le sopla Bush reelegido.
El destape temprano de la coyuntura tiene riesgos para las fuerzas del movimiento que viene en ascenso, sino se entiende la verdadera trascendencia del momento y por el contrario se fragmente dejándose arrastrar al cuadrilátero electorero y se enreden en las componendas de la configuración de listas y la suma de votos.
En medio de la crisis lo prioritario es mantener las banderas y elevar las luchas por soluciones a los grandes problemas, rechazar las políticas antipopulares del Presidente Uribe y las imposiciones del imperio, dándole especial perfil a la lucha por erradicar la concepción del Estado que avala la estructura de guerra sucia que pervive impunemente y desde distintas instituciones, ejecuta miles y miles de crímenes de líderes políticos ysociales: sindicalistas, defensores de derechos humanos, académicos,campesinos y minorías étnicas.
Y al calor de las luchasy asumiendo la responsabilidad histórica, avanzar en la construcción de movimiento social sin sectarismos y prepotencia de ninguna índole, tejiendo acuerdos serios que unifiquen fuerzas, haciendo que converjan en una gran coalición dinámica que interiorice la voluntad de ser poder con fuerza de masas.
Potenciar y concretar propuestas alternativas amplias y unitarias contra el continuismo, la reelección y la ingerencia del imperio, proponiendo salidas ciertas a la crisis de justicia social, de la vida, el desarrollo, la dignidad nacional y la solución política al conflicto interno.
Con estas tareas se debe responder prioritariamente en esta coyuntura de la reelección del Presidente Uribe Vélez y los planes del imperio que están tras sus espaldas. Pues un voto por Uribe es un voto por Bush.
Otra tarea que se impone es articular el movimiento colombiano con los otros existentes en el continente, en torno a un programa básico para profundizar los cambios y acumular fuerza para responder a la ofensiva enemiga.
La situación que vivimos los colombianos, los problemas que tenemos por resolver y los enemigos a confrontar, son similares a los que tienen los pueblos hermanos desde el Río Bravo hasta la Patagonia y el mar Caribe: dependencia, injusticia social y miseria, autoritarismo de gobiernos corruptos y lacayos que lideran políticas al servicio de intereses extranjeros, de minorías nacionales y en contra del interés nacional.
Las explosiones sociales que suceden cada vez con más frecuencia y se extienden por Latinoamérica, son resultado del agotamiento de la resignación y la respuesta justa al sistema de dominación imperante.
Movimientos sociales y políticos con voluntad de ser poder se están consolidando en varios países y en algunos casos erigiéndose como alternativas. Junto a Cuba Socialista y Venezuela revolucionaria avanzan otros procesos de profundo contenido social y de masas, algunos con fuerza real y en el gobierno.
Con la reelección de Bush, esde esperar la intensificación de medidas y operaciones encaminadas a desestabilizar y tumbar los gobiernos que no son de la simpatía del imperio. Voceros estadounidenses ya han manifestado que no tolerarán gobiernos inamistosos en el continente, haciendo alusión desde luego a Cuba y Venezuela, pero también a los gobiernos de Brasil, Uruguay, Argentina y los movimientos sociales con poder de masas de Bolivia y Ecuador, principalmente.
La reelección del Presidente colombiano está dentro de los planes del imperio, por ser el mandatario más leal y confiable que tiene en el continente, y es la garantía para que Colombia continúe siendo cabeza de playa y punta de lanza en la arremetida gringa contra los procesos populares en el sur del continente.
Uribe Vélez es una amenaza funesta para los intereses del pueblo colombiano, pero también para los países con gobiernos y movimientos sociales señalados de inamistosos por el gobierno de Bush.
El peligro que se cierne no es cualquier cosa para tomar ligeramente. Por el papel que cumple el gobierno colombiano en los planes del imperio para el continente y su ubicación geográfica, lo que suceda en Colombia repercute sobre los pueblos latinoamericanos. La suerte está echada, si nos unimos nos salvamos, si respondemos solos nos hundimos.
Los colombianos tenemos retos muy grandes que nos reclaman responsabilidad y madurez en los análisis y las respuestas a nivel nacional y continental.
En su momento y fruto de la fuerza del movimiento real, es viable que se exprese políticamente en una candidatura de confluencia nacional, en torno a un programa y una plataforma de consenso, con alma de protesta y lucha callejera
El ELN como contribución en la búsqueda de la superación a la crisis del país y la solución política al conflicto interno, propone a los colombianos la Agenda Alternativa Nacional y el proceso de Convención Nacional.
Le apostamos al país con estas propuestas y estamos abiertos a otras pensadas en función de construir nación, democracia real, futuro cierto y bienestar para las mayorías nacionales.
Le apostamos a las luchas con los hermanos latinoamericanos y del Caribe por la segunda independencia con las espadas de Bolívar, San Martín, Hidalgos, Maceo y Martí. En esto estamos y le trabajamos, seguro.
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