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FARC: acerca de los logros

FARC: acerca de los logros

El acuerdo de Los Pozos, suscrito por el Presidente Pastrana y el Comandante
Marulanda en febrero de 2001, relanzó el proceso de paz en un momento de
dificultades. La solución política al conflicto interno es el inicio de un nuevo
modelo democrático de las relaciones entre el Estado colombiano y sus
ciudadanos, y es el principio de la construcción conjunta de una nueva sociedad
en paz y en progreso, basada en la equidad, el respeto de los derechos y las
libertades de las mayorías eternamente excluidas y vilipendiadas por los ricos
en el poder, rematan en su comunicado fechado el ocho de octubre, la Comisión
Internacional de las FARC.

12.10.2004 [ANNCOL] Por su importancia, damos a conocer a todos nuestros
lectores un documento de la Comisión Internacional de las FARC, divulgado por
esta organización insurgente en días pasados.

***

Logros en diálogos Pastrana- FARC-EP

De las conversaciones de paz adelantadas por la insurgencia de las FARC-EP y el
gobierno de Pastrana, se destacan entre otros los siguientes logros:

Los 12 puntos de la Agenda Común para el cambio, firmados en la Machaca. Agenda
común que sin lugar a dudas constituye el logro mas importante de las
conversaciones, porque ahí están contenidos los temas políticos, sociales y
económicos de cuya solución concreta podrá sobrevenir la paz con democracia y
justicia social.
La Agenda Común, es la carta importante de navegación hacia la solución política
negociada del conflicto interno.

La realización de las audiencias públicas, multitudinario escenario de la
participación ciudadana en los diálogos de paz.

El intercambio humanitario de prisioneros de guerra enfermos, trajo como
resultado la decisión unilateral de las FARC-EP de dejar en libertad a 350
soldados y policías retenidos en cruentos combates.

El acuerdo de Los Pozos, suscrito por el Presidente Pastrana y el Comandante
Marulanda en febrero de 2001, relanzó el proceso de paz en un momento de
dificultades.

El informe de la Comisión de Notables, bien recibido por las partes y por
amplios sectores del país, donde se establecían recomendaciones concretas para
disminuir la intensidad del conflicto y acabar el fenómeno del paramilitarismo
entre otros aspectos.

El acuerdo de San Francisco de la Sombra, que introdujo importantes elementos
humanitarios para dinamizar el proceso de paz en su conjunto.

El cronograma aprobado el 20 de enero de 2002 y la decisión del acompañamiento
internacional de las Naciones Unidas, del grupo de países amigos y facilitadores
y de la Iglesia Católica colombiana, adoptadas posteriormente.

Los anteriores aspectos, por si solos, justifican el valor y la importancia
histórica de las negociaciones adelantadas durante el gobierno Pastrana, y a su
vez sirven de puente para los futuros diálogos y negociaciones que deben
producirse en el país entre el Estado y las guerrillas revolucionarias.

En su negativa para concertar la paz, entre otros argumentos, el gobierno y los
círculos dominantes que lo rodean, han difundido la especie de que “el Estado no
se va a entregar a retazos a la subversión”, y que tampoco resulta admisible
hacer una “revolución concertada” con la “insurgencia totalitaria”. Nada más
engañoso y carente de realismo político.

Tales argumentos son apenas una forma de soslayar la necesidad de los cambios
democráticos y de establecer un sesgo peyorativo a la negociación de los temas
de fondo, propios para un acuerdo de paz en la coyuntura histórica actual.

Lo cierto es que la plataforma de 10 puntos de la guerrilla de las FARC es un
catálogo de reivindicaciones democráticas, de contenido económico y social a
favor de la inmensa mayoría. Ni dictadura del proletariado, ni socialismo
representa por ejemplo, la agenda común de los 12 puntos, suscrita entre el
gobierno de Pastrana y las FARC-EP.

En conclusiones, para lograr la solución política al conflicto interno
colombiano, resultan indispensables las reformas políticas y económicas de
fondo, con un mayor equilibrio social y una amplia movilización de todos los
sectores del pueblo. La solución política al conflicto debe dar origen a un
Estado autónomo, democrático, pluralista, patriótico y libre de ataduras a los
organismos internacionales financieros y a la égida de los Estados Unidos.

La solución política al conflicto interno es el inicio de un nuevo modelo
democrático de las relaciones entre el Estado colombiano y sus ciudadanos, y es
el principio de la construcción conjunta de una nueva sociedad en paz y en
progreso, basada en la equidad, el respeto de los derechos y las libertades de
las mayorías eternamente excluidas y vilipendiadas por los ricos en el poder.

Comisión Internacional de las FARC-EP Montañas de Colombia, Octubre de 2004

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