Las metamorfosis de Uribe Vélez
Las metamorfosis de Uribe Vélez
Quieren vendernos un producto «la re-elección», a todas luces
innecesario y contraproducente en la lista de las ingentes necesidades de los
colombianos. Los colombianos quisiéramos que Uribe como Gregorio Samsa, según
describe Kafka en su Metamorfosis, una mañana despertara boca arriba como una
cucaracha, tirado sobre la caparazón que le ha permitido hasta ahora esconder su
perversidad, y sin poder moverse , escribe Allende La Paz desde Colombia.
08.08.2004 (Por Allende La Paz, ANNCOL Colombia) Los áulicos del sistema
están desesperados y ya no saben cómo vender la imagen del presidente de
Colombia, Álvaro Uribe Vélez.
No es para menos. A su deteriorada imagen a nivel internacional, tratan
de maquillarla a nivel nacional para hacerla más agradable a los
colombianos y tratan de inducirnos a comprar como en cualquier sociedad de
consumo que se respete- un producto (Uribe y la re-elección) que es a todas
luces innecesario en la lista de las ingentes necesidades de los colombianos,
por no decir contraproducente.
¿Estrategia de mercado? Puede ser. ¿Desesperación? También. En ese
orden de ideas se inscriben los resultados de las famosas encuestas que otorgan
al presidente una gran aceptabilidad por parte de los colombianos, las cifras
del Dane (la economía va bien, la inflación se reduce, pero los colombianos
están mal, cada día hay más pobres relativos y absolutos, y cada día hay más
hambre en las calles y casas), los maquillantes informes de la CEPAL (ordenados
por los gringos) y los ya tristemente célebres FOROS
de El Tiempo, que reúne los intelectuales que interpretan la letanía del
Estado está ganando la guerra, cuando en el día a día la van perdiendo
irremediablemente.
Recurren a todo para mostrar un presidente que no existe, que no es
real, y van desde la ternura al retorno de lo sacro, y un día Varito es un
campesino boyacense con ruana y machete, otro día se pone el sombrero vueltiao
que le fabricaron los narcoparamilitares de Córdoba, otro día marcha al compás
de los generales sonando los clarines de guerra, otros lloriqueando porque los
miembros de sus fuerzas militares-narcoparamilitares asesinaron a varios
campesinos, entre ellos un niño, dizque por error.
Pero el colmo, es cuando nos quieren meter en el cerebro que Varito es
un revolucionario, y si no lo es, por lo menos está cerquita de serlo.
Aclaremos las cosas, ya que los ideólogos de la oligarquía y el imperio nos
quieren quitar hasta las palabras, y con ellas de nuestra esencia.
Miremos rápidamente cuatro de las metamorfosis sufrida por Varito, y
concluyamos cuál es su verdadera faz:
Uribe, narcoparamilitar
Los nexos de Varito con el narcotráfico vienen de larga data. Su padre tuvo
nexos estrechísimos y profundos con los narcotraficantes y su fortuna provenía
de esa actividad ilícita e inmoral.
El mismo Varito fue amigo de Pablo Escobar Cartel de Medellín, asesino perverso
y sin entrañas como Varito-, con él se lanzó a la política y sus sucesores, los
Arango, siguieron financiando y apoyando a Varito.
Bush, padre, tenía en su lista de narcotraficantes peligrosos a Varito
hace 13 años- y hoy Bush, hijo, lo metamorfosea y le lava los pecados, a
cambio, claro está, que Varito le siga entregando la soberanía al imperio, le
extienda la concesión a la OXY para explotar hasta el agotamiento el yacimiento
Caño Limón de la cual el Vicepresidente Cheney es uno de sus socios- y
continuar expoliando nuestra sufrida tierra colombiana.
Sin embargo, en Europa, específicamente en Italia, Berlusconi no lo atendió por
ese pasado-presente-futuro narco (acababan de decomisar un cargamento de coca de
Mancuso), así como se llevó la fustigada en el Parlamento Europeo.
Uribe, Seguridad Democrática
Varito es convertido por los medios de comunicación oligárquicos en el
paladín de la Seguridad Democrática, que se traduce en teatros de guerra como
Arauca- en donde la ley que impera es la de los
militares-narcoparamilitares, que detienen sin fórmula de juicio,
asesinan, masacran, desaparecen, a cientos y miles de luchadores populares
desarmados-, en aplicación del terror estatal contemplado en la Doctrina de
Seguridad nacional y sus desarrollos, llamado hoy Plan Colombia, al cual quieren
también maquillar por orden del amo Tío Sam, llamándolo Plan Patriota.
Lo maquillan y se atreven a hablar de la mejora en la situación de
los derechos humanos, como si un solo caso no bastara para calificar de
política institucional el Terrorismo de Estado.
Coro al que se suma ahora el ACNUR, por boca del delegado del organismo, el
Salvadoreño Francisco Galindo, al afirmar que ha mejorado la casuística del
desplazamiento forzado, pero que sigue siendo grave (como en cuento de la
mujer moribunda que le envían la noticia a los familiares que ella no ha
muerto, pero sigue grave), como si no fuera importante y escalofriante que más
de 200.000 colombianos fueran desplazados en el 2003, y que el acumulado es de
más de 3200.000 colombianos en la última década, en cumplimiento de la política
de expoliación desarrollada por los
militares-narcoparamilitares del régimen narcofascista, avalado por los Estados
Unidos.
Y como Varito quiere aparecer como demócrata, pone a Francisquillo, el
inepto, a decir que a las FARC hay que darle todavía más garrote, en
manifestación onírica de sus deseos, como si estuviera en su oficina de
El Tiempo en donde grita y vilipendia a sus trabajadores «muestra de una
neurosis, que como conceptuara Freud, está basada en la insatisfacción
sexual», y cuando las cifras, la realidad y la vivencia dolorosa de la guerra
no indicaran que la insurgencia día a día crece y se desarrolla, y día a día da
golpes más fuertes y contundentes. ¿Cuál garrote, Francisquillo?
Varito, adalid de la Paz
Nos venden la idea de que Varito está interiormente dispuesto a la
paz, que su más ferviente deseo es lograr la convivencia entre los
colombianos.
En ello se empeña su Comisionado de Paz, el Doctor Ternura o retorno a lo
sacro, que nos quiere mostrar hasta lo profundo del alma pacifista de Varito,
olvidando él como siquiatra, que la perversidad de mentes como la de Varito es
tal que no existe el más mínimo remordimiento por mandar
asesinar a sus semejantes, incluso si fuera necesario a su madre.
Luis Carlos se presenta al Congreso colombiano a defender su causa, en
un incomprensible papelón dice que el proceso de paz con los
Paramilitares ha producido la reducción de los actos vandálicos del accionar
paraco (según Dr. Ternura al proceso para se debe la reducción de un 44 % de
homicidios y 61 % en masacres en el 2003).
Carajo, Doctor Ternura, no me mamegallo, como dicen mis amigos los costeños,
ese remedo de proceso es un Show entre compadres, entre
socios de narco y expoliación.
Tan es así que bastaría una orden de Varito o cualquiera de la cúpula militar
para acabarlos o disolverlos- y así cesarían el 85 % de las masacres, el 100 %
de los asesinatos selectivos de sindicalistas, de líderes de partidos opositores
y de izquierda, de defensores de derechos humanos; el 90 % de las desapariciones
forzadas; el 90 % de los desplazamientos y demás porcentajes responsabilidad del
accionar militar-narcoparamilitar. Ahora, me pregunto: ¿cómo el proceso para
produce efectos retroactivos al 2003, si apenas se inició hace poquito en el
2004?
No vés, Doctor Retorno a lo Sacro, que cuando quieren los matan, como
ha pasado ya con algunos de los jefes paracos como Doble Cero y otros, o los
desaparecen de la escena como a Carlos Castaño, que dicen lo mandaron a Israel,
pero que conociéndolos como los conocemos, le creemos más a la esposa del
asesino quien dijo que lo habían asesinado.
Uribe, revolucionario como Mao Tse Tung
La perla mayor del proceso de metamorfosis corre por cuenta de
Guillermo Puyana Ramos en El Tiempo, quien desarrolla una crónica mostrando el
pasado maoísta del Varito, y establece un parangón (¿mensaje subliminal?)
entre Varito y Mao Tse Tung. Los muertos todo lo aguantan, dicen las matronas
antioqueñas. Mao no está para responder, pero si aclaramos que, aun con sus
errores, Mao llevó al pueblo chino de la miseria en que lo mantenía el sistema
feudal al despegue de la República Popular China que es hoy.
Con la malicia indígena de la que estamos orgullosos, para los sesudos
escritores de El Tiempo del parangón a la afirmación de la calidad de
revolucionario de Varito solo hay un paso.
De lo que sí estamos seguros es que Varito, contrario a Mao, busca retrotraer al
pueblo colombiano a la situación de miseria y explotación de la época de la
colonia, la cual fue hecha añicos por el accionar de El Libertador Simón Bolívar
y su ejército Libertador, sellando un 7 de Agosto, la Primera Independencia. La
historia no se puede revisar y acomodar a los intereses mezquinos de la
dictadura narco-fascista que hoy gobierna Colombia.
Una y múltiples personalidades patológicas
Quizá en Varito se manifiesten las una y múltiples personalidades que
posee cada ser humano. Por un lado es padre y marido « ¿bueno, malo,
regular?, quien sabe...», por otro se transforma en Mister Hyde, un demente
perverso, que manda asesinar sin miramientos a todo aquello que su olfato
demencial huela a revolucionario, a guerrillero, a popular, a sindicalismo;
mientras por otro, es el capitalista sin entrañas que exporta cocaína para sus
aliados del Norte sin importarle el daño que causa a sus semejantes.
Todas ellas sin reconocer a la otra y sin inmiscuirse una en las otras. Lo
patológico es su perversidad.
Un despertar Kafkiano
Los colombianos quisiéramos que Uribe como Gregorio Samsa, según
describe Kafka en su Metamorfosis, una mañana despertara boca arriba como una
cucaracha, tirado sobre la caparazón que le ha permitido hasta ahora esconder su
perversidad, y sin poder moverse «eso sí pataleando con sus patas inmundas»
observara cómo los colombianos de bien hacen trizas lo que el llamó el poder, su
fascismo, y tras su muerte, se embarcaban en la construcción de la Nueva
Colombia -simbolizada por la transformación de Grete Samsa, en una joven
lozana y hermosa-, en la que quepan todos y desaparezcan por los tiempos de los
tiempos, la intolerancia, el desconocimiento y el asesinato del otro, así ese
otro piense diferente, en la aceptación de la unidad y la multiplicidad
inherente al Ser Humano.
Mientras tanto, continuaremos batallando con nuestra viejita máquina de
escribir, que nos permite enviar estos dardos al narcofascismo
Quieren vendernos un producto «la re-elección», a todas luces
innecesario y contraproducente en la lista de las ingentes necesidades de los
colombianos. Los colombianos quisiéramos que Uribe como Gregorio Samsa, según
describe Kafka en su Metamorfosis, una mañana despertara boca arriba como una
cucaracha, tirado sobre la caparazón que le ha permitido hasta ahora esconder su
perversidad, y sin poder moverse , escribe Allende La Paz desde Colombia.
08.08.2004 (Por Allende La Paz, ANNCOL Colombia) Los áulicos del sistema
están desesperados y ya no saben cómo vender la imagen del presidente de
Colombia, Álvaro Uribe Vélez.
No es para menos. A su deteriorada imagen a nivel internacional, tratan
de maquillarla a nivel nacional para hacerla más agradable a los
colombianos y tratan de inducirnos a comprar como en cualquier sociedad de
consumo que se respete- un producto (Uribe y la re-elección) que es a todas
luces innecesario en la lista de las ingentes necesidades de los colombianos,
por no decir contraproducente.
¿Estrategia de mercado? Puede ser. ¿Desesperación? También. En ese
orden de ideas se inscriben los resultados de las famosas encuestas que otorgan
al presidente una gran aceptabilidad por parte de los colombianos, las cifras
del Dane (la economía va bien, la inflación se reduce, pero los colombianos
están mal, cada día hay más pobres relativos y absolutos, y cada día hay más
hambre en las calles y casas), los maquillantes informes de la CEPAL (ordenados
por los gringos) y los ya tristemente célebres FOROS
de El Tiempo, que reúne los intelectuales que interpretan la letanía del
Estado está ganando la guerra, cuando en el día a día la van perdiendo
irremediablemente.
Recurren a todo para mostrar un presidente que no existe, que no es
real, y van desde la ternura al retorno de lo sacro, y un día Varito es un
campesino boyacense con ruana y machete, otro día se pone el sombrero vueltiao
que le fabricaron los narcoparamilitares de Córdoba, otro día marcha al compás
de los generales sonando los clarines de guerra, otros lloriqueando porque los
miembros de sus fuerzas militares-narcoparamilitares asesinaron a varios
campesinos, entre ellos un niño, dizque por error.
Pero el colmo, es cuando nos quieren meter en el cerebro que Varito es
un revolucionario, y si no lo es, por lo menos está cerquita de serlo.
Aclaremos las cosas, ya que los ideólogos de la oligarquía y el imperio nos
quieren quitar hasta las palabras, y con ellas de nuestra esencia.
Miremos rápidamente cuatro de las metamorfosis sufrida por Varito, y
concluyamos cuál es su verdadera faz:
Uribe, narcoparamilitar
Los nexos de Varito con el narcotráfico vienen de larga data. Su padre tuvo
nexos estrechísimos y profundos con los narcotraficantes y su fortuna provenía
de esa actividad ilícita e inmoral.
El mismo Varito fue amigo de Pablo Escobar Cartel de Medellín, asesino perverso
y sin entrañas como Varito-, con él se lanzó a la política y sus sucesores, los
Arango, siguieron financiando y apoyando a Varito.
Bush, padre, tenía en su lista de narcotraficantes peligrosos a Varito
hace 13 años- y hoy Bush, hijo, lo metamorfosea y le lava los pecados, a
cambio, claro está, que Varito le siga entregando la soberanía al imperio, le
extienda la concesión a la OXY para explotar hasta el agotamiento el yacimiento
Caño Limón de la cual el Vicepresidente Cheney es uno de sus socios- y
continuar expoliando nuestra sufrida tierra colombiana.
Sin embargo, en Europa, específicamente en Italia, Berlusconi no lo atendió por
ese pasado-presente-futuro narco (acababan de decomisar un cargamento de coca de
Mancuso), así como se llevó la fustigada en el Parlamento Europeo.
Uribe, Seguridad Democrática
Varito es convertido por los medios de comunicación oligárquicos en el
paladín de la Seguridad Democrática, que se traduce en teatros de guerra como
Arauca- en donde la ley que impera es la de los
militares-narcoparamilitares, que detienen sin fórmula de juicio,
asesinan, masacran, desaparecen, a cientos y miles de luchadores populares
desarmados-, en aplicación del terror estatal contemplado en la Doctrina de
Seguridad nacional y sus desarrollos, llamado hoy Plan Colombia, al cual quieren
también maquillar por orden del amo Tío Sam, llamándolo Plan Patriota.
Lo maquillan y se atreven a hablar de la mejora en la situación de
los derechos humanos, como si un solo caso no bastara para calificar de
política institucional el Terrorismo de Estado.
Coro al que se suma ahora el ACNUR, por boca del delegado del organismo, el
Salvadoreño Francisco Galindo, al afirmar que ha mejorado la casuística del
desplazamiento forzado, pero que sigue siendo grave (como en cuento de la
mujer moribunda que le envían la noticia a los familiares que ella no ha
muerto, pero sigue grave), como si no fuera importante y escalofriante que más
de 200.000 colombianos fueran desplazados en el 2003, y que el acumulado es de
más de 3200.000 colombianos en la última década, en cumplimiento de la política
de expoliación desarrollada por los
militares-narcoparamilitares del régimen narcofascista, avalado por los Estados
Unidos.
Y como Varito quiere aparecer como demócrata, pone a Francisquillo, el
inepto, a decir que a las FARC hay que darle todavía más garrote, en
manifestación onírica de sus deseos, como si estuviera en su oficina de
El Tiempo en donde grita y vilipendia a sus trabajadores «muestra de una
neurosis, que como conceptuara Freud, está basada en la insatisfacción
sexual», y cuando las cifras, la realidad y la vivencia dolorosa de la guerra
no indicaran que la insurgencia día a día crece y se desarrolla, y día a día da
golpes más fuertes y contundentes. ¿Cuál garrote, Francisquillo?
Varito, adalid de la Paz
Nos venden la idea de que Varito está interiormente dispuesto a la
paz, que su más ferviente deseo es lograr la convivencia entre los
colombianos.
En ello se empeña su Comisionado de Paz, el Doctor Ternura o retorno a lo
sacro, que nos quiere mostrar hasta lo profundo del alma pacifista de Varito,
olvidando él como siquiatra, que la perversidad de mentes como la de Varito es
tal que no existe el más mínimo remordimiento por mandar
asesinar a sus semejantes, incluso si fuera necesario a su madre.
Luis Carlos se presenta al Congreso colombiano a defender su causa, en
un incomprensible papelón dice que el proceso de paz con los
Paramilitares ha producido la reducción de los actos vandálicos del accionar
paraco (según Dr. Ternura al proceso para se debe la reducción de un 44 % de
homicidios y 61 % en masacres en el 2003).
Carajo, Doctor Ternura, no me mamegallo, como dicen mis amigos los costeños,
ese remedo de proceso es un Show entre compadres, entre
socios de narco y expoliación.
Tan es así que bastaría una orden de Varito o cualquiera de la cúpula militar
para acabarlos o disolverlos- y así cesarían el 85 % de las masacres, el 100 %
de los asesinatos selectivos de sindicalistas, de líderes de partidos opositores
y de izquierda, de defensores de derechos humanos; el 90 % de las desapariciones
forzadas; el 90 % de los desplazamientos y demás porcentajes responsabilidad del
accionar militar-narcoparamilitar. Ahora, me pregunto: ¿cómo el proceso para
produce efectos retroactivos al 2003, si apenas se inició hace poquito en el
2004?
No vés, Doctor Retorno a lo Sacro, que cuando quieren los matan, como
ha pasado ya con algunos de los jefes paracos como Doble Cero y otros, o los
desaparecen de la escena como a Carlos Castaño, que dicen lo mandaron a Israel,
pero que conociéndolos como los conocemos, le creemos más a la esposa del
asesino quien dijo que lo habían asesinado.
Uribe, revolucionario como Mao Tse Tung
La perla mayor del proceso de metamorfosis corre por cuenta de
Guillermo Puyana Ramos en El Tiempo, quien desarrolla una crónica mostrando el
pasado maoísta del Varito, y establece un parangón (¿mensaje subliminal?)
entre Varito y Mao Tse Tung. Los muertos todo lo aguantan, dicen las matronas
antioqueñas. Mao no está para responder, pero si aclaramos que, aun con sus
errores, Mao llevó al pueblo chino de la miseria en que lo mantenía el sistema
feudal al despegue de la República Popular China que es hoy.
Con la malicia indígena de la que estamos orgullosos, para los sesudos
escritores de El Tiempo del parangón a la afirmación de la calidad de
revolucionario de Varito solo hay un paso.
De lo que sí estamos seguros es que Varito, contrario a Mao, busca retrotraer al
pueblo colombiano a la situación de miseria y explotación de la época de la
colonia, la cual fue hecha añicos por el accionar de El Libertador Simón Bolívar
y su ejército Libertador, sellando un 7 de Agosto, la Primera Independencia. La
historia no se puede revisar y acomodar a los intereses mezquinos de la
dictadura narco-fascista que hoy gobierna Colombia.
Una y múltiples personalidades patológicas
Quizá en Varito se manifiesten las una y múltiples personalidades que
posee cada ser humano. Por un lado es padre y marido « ¿bueno, malo,
regular?, quien sabe...», por otro se transforma en Mister Hyde, un demente
perverso, que manda asesinar sin miramientos a todo aquello que su olfato
demencial huela a revolucionario, a guerrillero, a popular, a sindicalismo;
mientras por otro, es el capitalista sin entrañas que exporta cocaína para sus
aliados del Norte sin importarle el daño que causa a sus semejantes.
Todas ellas sin reconocer a la otra y sin inmiscuirse una en las otras. Lo
patológico es su perversidad.
Un despertar Kafkiano
Los colombianos quisiéramos que Uribe como Gregorio Samsa, según
describe Kafka en su Metamorfosis, una mañana despertara boca arriba como una
cucaracha, tirado sobre la caparazón que le ha permitido hasta ahora esconder su
perversidad, y sin poder moverse «eso sí pataleando con sus patas inmundas»
observara cómo los colombianos de bien hacen trizas lo que el llamó el poder, su
fascismo, y tras su muerte, se embarcaban en la construcción de la Nueva
Colombia -simbolizada por la transformación de Grete Samsa, en una joven
lozana y hermosa-, en la que quepan todos y desaparezcan por los tiempos de los
tiempos, la intolerancia, el desconocimiento y el asesinato del otro, así ese
otro piense diferente, en la aceptación de la unidad y la multiplicidad
inherente al Ser Humano.
Mientras tanto, continuaremos batallando con nuestra viejita máquina de
escribir, que nos permite enviar estos dardos al narcofascismo
1 comentario
alexander giraldo -
Disculpenme si al decir colombianos de bien no se referian a ustedes, pero es que en mi vida habia visto una paradojia tan grande como el querer el mal y despues rendirle tributo al bien al querer que los gobierne. Gracias de esta manera tambien me muestran sus multiples personalidades patologicas. Lo realmente sorprendente y extraño es que veo mucho parecido de lo que ustedes son al personaje que hacen de uribe. Acaso sera envidia? por lograr lo que el ha logrado o sera que la perversidad es patologica en ustedes, les parecera una frase de niño pero si asi piensan ustedes de el seguramente ustedes asi lo serian en las circunstancias de el (de la abundancia del corazon hablan los labios).