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Hacia el XIX Encuentro Nacional de Mujeres - 9 al 11 de octubre

Hacia el XIX Encuentro Nacional de Mujeres - 9 al 11 de octubre

Pre Encuentro Regional de Mujeres
"Hagamos juntas la Patria Grande"

Sábado 25 de septiembre de 14 a 17 hs
Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
(Marcelo T. de Alvear 2230)

14 hs: Debate en Comisiones
17 hs: Cierre de las Comisiones
18 hs: Acto de cierre en Plaza Houssay

La Red de Mujeres Solidarias convoca a participar del Pre Encuentro de Mujeres de Ciudad y provincia de Buenos Aires que se realizará el sábado 25 de septiembre desde las 13:30 hs en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Este Pre Encuentro, previo al XIX Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizará en Mendoza del 9 al 11 de octubre, es convocado por distintas organizaciones del movimiento de mujeres. Durante la jornada se desarrollarán comisiones en las que se debatirá un documento de análisis de coyuntura desde una perspectiva de género. El objetivo será discutir el rol que las mujeres que resistimos el modelo neoliberal queremos tener en este nuevo proceso que se abre en la Argentina.

Organizaciones convocantes: Barrios de Pie - FTV - MTD Evita - Frente Transversal Nacional y Popular - MP 20 - MVP - Red de Mujeres Solidarias - Cimarrones - Agrup. Venceremos - PC (Congreso Extraordinario) - Mov. 26 de Julio - POR Posadista - Mov. Social Primero la Patria - Mov. Octubre - Encuentro Social y Solidario - Agrup. Evita - FAV.

Red de Mujeres Solidarias: 155 625 6916 (Cecilia Merchán)

Prensa: 4586-5157 - 155 630-7437

Documento para el debate

Analisis de coyuntura desde una perspectiva de género

Las mujeres que estamos hoy acá para debatir temas que son nuestros somos y hemos sido en gran mayoría protagonistas de la resistencia a las políticas neoliberales, desde los cortes de ruta a los comedores populares. Hemos resistido y no bajamos los brazos cuando se vendía el país. Opusimos respuesta concreta al proyecto de hambre y miseria que los poderosos tenían para nosotras/os. Pero también nos encontramos debatiendo qué rol queremos tener en este nuevo proceso que se abre en la Argentina.

El 25 de mayo de 2003, con la asunción del presidente Kirchner, comenzó a darse respuestas a algunos de los reclamos que tuvieron como punto de inflexión las jornadas del 19 y el 20 de diciembre de 2001: la política de derechos humanos; los cambios en el aparato policial y militar y en el poder judicial; el señalamiento de los grupos económicos como cómplices responsables del vaciamiento de nuestro país; la recuperación del Correo y la creación de una empresa nacional de energía; el cambio de rumbo de la política exterior, dejando de tener una alineación automática con los EEUU en términos económicos y políticos y con el Vaticano en relación a los derechos de las mujeres, para orientarse hacia una integración latinoamericana no solo en términos económicos sino también políticos, culturales y sociales. Abriendo el MERCOSUR para priorizar la integración latinoamericana, con el horizonte puesto en la Patria Grande de Bolívar y San Martín, con la Venezuela de Chávez, el Uruguay de Tabaré, el Brasil de Lula, la Cuba de Fidel y la Bolivia de Evo Morales.

A partir de la recuperación de la Esma como museo de la memoria (cuando se retomaron sueños que la generación del 70 intentó materializar, sueños de una patria para todas y todos que hemos empezado a llevar adelante), la derecha, desde los medios masivos de comunicación, principalmente, pero también incluyendo discusiones legislativas, a través del debate de la inseguridad, intenta instalar consenso para la represión y la criminalización de la pobreza, proponiendo eliminar garantías de principios constitucionales como salida a la crisis de la Argentina. Los que durante los 90 se enriquecieron hasta el hartazgo, los que generaron que actualmente se mueran más de 100 chicos por día por causas evitables y que más de la mitad de la población viva bajo la línea de la pobreza, hoy piden mano dura contra el pueblo, trasladándonos la responsabilidad de todos los males del país.

Las mujeres queremos una patria que nos incluya, es decir, igualdad de oportunidades con los varones: en el trabajo, igualdad de oportunidades; en política, representantes preocupadas y ocupadas por los temas que nos aquejan; en derechos sexuales y reproductivos, que podamos decidir cuántos, cómo y cuándo tener a nuestros hijos e hijas y que no nos penalicen cuando decidimos abortar. Y vamos a construir esa igualdad compartiendo solidariamente los mismos espacios de decisión y lucha con los varones.
Somos continuadoras de una larga historia de luchas de mujeres en las que nos reconocemos. Juana Azurduy pariendo en el campo de batalla en la guerra por la independencia. En las luchas gauchas, La Macacha, La Delfina. Las mujeres de las Montoneras Federales resistiendo al centralismo porteño. Las q ue desafiaron a la sociedad al atreverse a estudiar carreras universitarias que estaban destinadas sólo para los varones: en medicina, Elvira Rawson y Julieta Lanteri. Las anarquistas y socialistas del comienzo del siglo XX, que con sus luchas, junto con las trabajadoras del vestido, sombrereras y textiles, consiguieron que se dictara en 1907, una ley que fue pionera en el mundo: la denominada Ley de La Silla (o Ley Palacios), con la que se obtuvo, además del derecho a sentarse durante la jornada laboral, 30 días de licencia por maternidad. Las sufragistas, entre las que estuvo Alicia Moreau de Justo, peleando por nuestro primer derecho de ciudadanas: el voto. Evita, que hizo efectivo el voto femenino y, poniéndose a la cabeza de la lucha contra la oligarquía, consolidó el protagonismo público de las mujeres. Recordamos también a las compañeras de las organizaciones populares de los 70 que lucharon por una patria más justa. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que convirtieron el dolor en lucha por el sueño que desveló a sus hijas e hijos.

En los 80, con el movimiento de mujeres, avanzamos en la conquista de muchas de nuestras demandas. Temas como la violencia contra las mujeres, la equidad en los planes de empleo, los derechos sexuales y reproductivos, la mortalidad materna, el embarazo adolescente empezaron a salir a la luz. Entonces, nos dimos cuenta que eso que nos pasaba a cada una individualmente en realidad respondía a relaciones sociales injustas que queremos cambiar: una cultura, autoritaria, jerárquica, de subordinación del género femenino al masculino, conocida como patriarcal, que vemos que se repite en el lenguaje diario. Creemos entonces que no debemos retroceder en los debates que venimos teniendo al respecto y generar desde aquí propuestas concretas que modifiquen efectivamente las desigualdades que tenemos hoy entre mujeres y varones.

Derechos sexuales y reproductivos.

Entendemos por derechos sexuales y reproductivos la posibilidad de todas las personas de tener una vida sexual plena, placentera y responsable. Se estima, en un informe publicado en agosto de 2004, que en la Argentina se producen 750 mil abortos clandestinos anuales, cuando hay 720 mil nacimientos por año.
Por complicaciones post abortivas se llegan a ocupar la cuarta parte de las camas hospitalarias. El aborto es la primera causa de mortalidad materna, y por ser ilegal afecta fundamentalmente a las mujeres pobres.
El 15% de los nacimientos provienen de madres adolescentes menores de 20 años. Los abortos entre adolescentes han pasado de 5 a 20, en los últimos años.
El 10% de las adolescentes de 15 a 19 años de áreas urbanas son madres adolescentes, el 80% de estas madres proviene de los hogares de menores ingresos.

Violencia contra las mujeres

Entendemos que la violencia contra las mujeres es un problema social y que ésta responde a una distribución desigual de poder entre varones y mujeres. Que a los varones se los eduque para la calle, el trabajo y los deportes y a las mujeres para ser madres y esposas instala desde que somos niñas/os que las diferencias entre unas y otros son algo más que las diferencias biológicas existentes, y esto es entonces desigualdad. Por lo cual, no alcanza solamente con resolver caso por caso, sino que desde la educación, las políticas públicas y nuestras organizaciones debemos abordarlo. El número de personas golpeadas (en su gran mayoría mujeres) de denuncias recibidas por la Justicia se triplicó desde 1995, a pesar de que allí sólo llegó el 15 por ciento de los casos denunciados al Servicio de Asistencia a la Violencia Familiar.
1 de cada 5 niñas/os es abusado sexualmente por un familiar de confianza antes de los 5 años, el 87% de estos casos son niñas.
El 5,6% de las adolescentes se iniciaron sexualmente forzadas.

Perspectiva de género en el ámbito del trabajo

Entendemos por equidad de género en el trabajo: igual trabajo igual salario; acceso de las mujeres a los puestos de mayor jerarquía y a las profesiones y oficios típicamente masculinos. Producto del vaciamiento del país que trajo como una de sus consecuencias los niveles alarmantes de desocupación, gran parte de las mujeres que sólo trabajábamos en nuestras casas salimos a trabajar afuera. Pero nuestros salarios son más bajos que los de los varones; son más precarios laboralmente.

Se duplicó en los tres últimos años la cantidad de hogares pobres que pasaron a ser mantenidos económicamente por mujeres. Tenemos riesgos de todo tipo, en las changas que cotidianamente debemos encarar para mantener nuestras casas. Las mujeres que trabajamos en el servicio doméstico, las inmigrantes y aquellas que nos encontramos en la economía informal no accedemos a ningún derecho laboral como la licencia por maternidad, las vacaciones pagas, el pago de la antigüedad o el aguinaldo, solo para mencionar algunos.
El trabajo doméstico equivale en la Argentina al 33% del Producto Bruto Interno.
El 64% de las personas que perciben el plan Jefes y Jefas de Hogar somos mujeres.
Las mujeres percibimos el 28% menos que los varones por igual trabajo en el mercado formal, mientras que en el mercado informal la diferencia asciende al 48%.

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