Blogia
Buenosdiasamerica

DESTACADOS

La simultaneidad y regionalidad

La simultaneidad y regionalidad La simultaneidad y regionalidad

..rasgos del proceso de cambios que vive América Latina, escribe Alexis Ponce,
vocero nacional de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, APDH del Ecuador.
‘A los andes nos ha tocado el reverso de la medalla: en el Océano Pacífico
están los principales bastiones de la resistencia del modelo al bloque que pugna
por nacer: la Colombia de Uribe, el Ecuador de Gutiérrez y el Perú de Toledo,
intentan tener un rol distante que, afortunadamente, no puede resistir por mucho
tiempo’, asegura.

27.11.2004 [Alexis Ponce/APDH/Ecuador] Casi todo, en las mismas fechas:

En Uruguay, ganó holgadamente Tabaré Vásquez en la primera vuelta la
presidencia de la República, en tanto su partido -el Frente Amplio- tendrá una
mayoría legislativa holgada, con un Ejecutivo de nuevo tipo gobernando en todo
el país.

En Venezuela, las fuerzas bolivarianas arrasaron en 20 de los 22 estados que
integran este inmenso país, durante las elecciones de gobernadores y alcaldes,
incluyendo la estratégica alcaldía de Caracas.

En Brasil, el PT mantuvo la mayoría del voto popular en las elecciones
regionales, aunque perdió Sao Paulo y Porto Alegre.

En Nicaragua, el FSLN barrió, literalmente, a los viejos y corruptos partidos de
la era pos-sandinista en las elecciones departamentales y coloreó masivamente,
con la bandera roji-negra, el mapa del pequeño país centroamericano.

Quizás porque “no se vería bien” que las “nuevas o viejas
izquierdas” y los nacionalismos progresistas jalonen tanto voto popular a
la vez en América Latina, una perspectiva regional de información y análisis de
estos recientes triunfos, fue ex-profesamente minimizada o no asumida por todos
los mass media de América Latina.

Quizás se deba a que, todavía, ni siquiera caen en cuenta de lo que pasa en la
nueva realidad del continente.

Veamos…

Tenemos por vez primera en América Latina un poderoso “bloque regional de
poder”, como lo define Heinz Dieterich, que a mi modo de ver es emergente
y pugna por nacer, y que -sin duda alguna- es de nuevo tipo:

Gobiernos progresistas simultáneos, disímiles pero concordantes entre sí, se
ejercen en Brasil, Venezuela, Argentina, Uruguay, Panamá y Cuba. En tanto que,
de sur a norte, crece la actoría política y la movilización constante de los
movimientos sociales en casi todos los países.

Experiencias así, en solitario, como las que hoy conmueven al Uruguay,
Argentina, Brasil o Venezuela, eran sencillamente impensables en los sesenta (la
era de las invasiones y las tiranías tropicales), los setenta (la muerte de
Allende y la era de las dictaduras sangrientas), los ochenta (el cerco a la
pequeña y digna Nicaragua y la era de Reagan), y los noventa (el “fin de
la historia” a escala planetaria).

Son, hasta el momento, seis experiencias gubernamentales, distintas, sí, pero de
matrices similares y rasgos comunes: independencia nacional, soberanía,
integración latinoamericana, búsqueda de un modelo post-neoliberal y
participación social como eje político hacia una democracia participativa de
nuevo cuño. Y, a la vez, tenemos una sólida presencia de movimientos sociales
con capacidad de convocatoria y movilización en casi todo el continente, en
medio de una crisis apabullante del modelo que no consigue estabilizarse en casi
ningún país de la región, y la ruptura estratégica de su expresión política
tradicional: la ‘democracia’ formal.

La batalla por la “Patria Grande” en el siglo XIX:

Esa simultaneidad en un proceso de cambios, América Latina sólo la pudo
observar en el pasado, una vez: a inicios del siglo XIX, cuando se gestaba la
independencia continental, abriéndose paso región por región (los Andes, el Sur,
Centroamérica y el Caribe); mientras los ejércitos de Bolívar, Artigas, San
Martín, Sucre, Hidalgo, Petión, Morazán y otros, pactaban y ejecutaban una
estrategia común: la derrota política y militar del colonialismo español, por un
lado; y, por otro, el nacimiento de la Patria Grande como expresión de
“nuevo continente, nueva humanidad”, utopía trunca desde 1830 hasta
la actualidad, en que emergen nuevos elementos de transformación continental, en
un escenario
mundial que -paradójicamente- es unipolar, es decir, presuntamente adverso.

La simultaneidad de un proceso de cambio, como anota Dieterich, sólo fue posible
en América Latina entre la década de 1811, en que se inician las guerras de
independencia -mancomunadamente- en todos los países dominados por España, hasta
1824, en que se sella la expulsión definitiva del Ejército del Rey, de casi todo
nuestro continente.

Ayacucho, como refiere el Congreso Bolivariano de los Pueblos, marca el fin
militar del imperio ibérico en Nuestra América y evidencia –de manera
abierta- la simultaneidad y participación activa, en una misma estrategia
continental, y en una misma batalla original, de los ejércitos liberadores, cuya
mayor asimetría era la visión del tipo de régimen que debería tener la naciente
patria grande.

Nuevo escenario, nueva estrategia: la “Patria Grande” en el siglo
XXI

Hoy, una nueva simultaneidad regional aparece en escena: Ya no es la década de
los sesenta, con la heroica pero derrotada experiencia del foco guerrillero en
casi todos los países de América, aunque Cuba mantuviera estoicamente la
experiencia de “socialismo en un solo país”.

No es la década de los setenta, con una sola nación (Chile) sobrellevando
trágicamente la soledad del “socialismo en elecciones”.

No es la década de los ochenta, en que procesos armados insurreccionales se
desencadenan en casi toda Centroamérica, con enorme heroísmo sí, pero en
medio de una bipolaridad que, por encima de la voluntad de los pueblos de estos
pequeños países, empieza a resquebrajarse en el mundo, ruptura en la cual la
región centroamericana, desafortunadamente, no tenía el “peso”
geopolítico y geoestratégico para su propia supervivencia y para marcar la senda
de otros procesos, más complejos, en el resto del continente. Tampoco es la
década de los noventa, cuando la homogenización de las democracias neoliberales
imperaba, monolíticamente, en el horizonte de América Latina.

Es la primera década del siglo XXI y en América Latina muchas fuerzas de cambio,
nuevas y antiguas, pugnan desde el ejercicio social y electoral,
el poder político en la zona y marcan “Nuestra Nueva Era” a través
de una movilización constante, dinamizando así procesos gubernamentales de nuevo
tipo y dando en el planeta la primera campanada de alerta: es en América Latina,
durante los últimos años del XX y los primeros años de este nuevo siglo, que se
empieza a alterar el mapa político y social del neoliberalismo y sus
“democracias de baja intensidad”: las insurrecciones indígenas,
desde Chiapas a Bolivia, los estallidos sociales de Argentina, Ecuador y
Paraguay, empiezan a vislumbrar esta nueva situación que hoy evidencian Chávez,
Lula, Kirchner, Torrijos y Tabaré. Situación en la que juegan y jugarán un papel
estratégico los movimientos alter-mundistas de Europa, Asia, África y EEUU.

Esta nueva situación, para convertirse en real “Bloque continental de
poder”, requiere de un elemento nodal: Quebrar la hegemonía estadounidense
de dos siglos y, de paso, la Dictadura Unipolar de una década. Ese es, nada más
y nada menos, el reto que se impone con el “nacimiento” de este
emergente bloque de gobiernos progresistas y de movimientos sociales a lo largo
y ancho de Nuestra América, donde las agendas tienden a superponerse y
acelerarse, y en el que sin pueblos poco podrán lograr los gobiernos, por más
voluntad política que tengan y liderazgos estratégicos que asuman.

Ese también es el peso de cuatro décadas de búsqueda y reencuentro, que
sobrellevan estos nuevos triunfos. De allí el “silencio” de la Casa
Blanca, cuyos principales halcones acaban de sumar a Tabaré a la
‘académica’ visión del imperio: es decir, a la “lista de los
populismos radicales” en la región (ver: editorial de Diario La Nación de
Argentina: “Temor al populismo en EEUU”).

Atlántico vs. Pacífico:

El desafío de este proceso está, precisamente, en la simultaneidad regional de
la emancipación: desde el Sur soplan nuevos vientos para toda América y, por
curioso azar, la correlación de fuerzas empieza a concentrar fuerzas y a
desplazarse desde el Atlántico: Uruguay, Argentina, el gigante Brasil, la
poderosa quinta economía petrolera del mundo –Venezuela-, e incluso la
“callada” Panamá, comparten aguas de este “océano
geopolítico”, donde finalmente calza Cuba, en las aguas del Mar Caribe.

Por azar, a los andes nos ha tocado el reverso de la medalla: en el Océano
Pacífico están los principales bastiones de la resistencia del modelo al bloque
que pugna por nacer: la Colombia de Uribe, el Ecuador de Gutiérrez y el Perú de
Toledo, intentan tener un rol distante que, afortunadamente, no puede resistir
por mucho tiempo, pues el peso geopolítico de estos tres países no permite
asegurarles cantar victoria ante un Sur cada vez más vigoroso. La “teoría
del dominó” es, como nunca, una tesis geopolítica acertada: si cae uno de
ellos, pongamos por caso Gutiérrez, ese “bloque retrógrado” sucumbe,
o tiene que sumarse a la Unión del Sur.

El primero, Uribe, empezó a disminuir los hasta ayer “unánimes”
apoyos de cara a su probable reelección, y acaba de beberse un reciente trago
inédito: la primera marcha indígena masiva (80 mil personas) contra su
estrategia bélica y su mandato, en tanto que la Alcaldía de Bogotá y otras
ciudades, por vez primera en la historia de Colombia, la ganaron fuerzas de
izquierda. El segundo, Gutiérrez, acaba de ser “barrido” en las
elecciones seccionales, convirtiéndose éstas en un “revocatorio de
hecho” que pronto tendría desenlace “formal”. El tercero,
Toledo, mantiene un margen de simpatías que en tres años jamás logra sumar más
del 5%.

Y, finalmente, en términos geo-económicos, Chile, también en el Pacífico, se
apresta a jugar en dos canchas: entre ser el país “modelo” del
neoliberalismo “exitoso”, o sucumbir a la Unidad del Sur. Su papel
será contundente, desde el punto de vista táctico, más no estratégico:

-impedir la unidad sudamericana en ciernes, someter a Bolivia a un
conflicto que amenace la integración, pero -por si acaso- sumarse al
bloque progresista de naciones si su aislamiento amenaza su visibilidad
internacional ante la Unión Europea o los gigantes asiáticos.

La primera en dar cuenta de este “caprichoso azar geográfico” del
poder, fue Gloria Gaitán, la hija del líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán. En
una conversación con el autor de este texto, hizo referencia, dos años atrás, a
la curiosa ubicación marítima de los bloques de poder en Sudamérica: el bloque
retrógrado en el Pacífico, con Uribe, Gutiérrez y Toledo; y el bloque emergente
en el Atlántico, con Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba. Ahora se suman Panamá
y Uruguay.

Y es que ya no se trata de agrupaciones guerrilleras que alteran las fronteras
nacionales en los sesenta; ya no es la Unidad Popular solitaria en Chile; ya no
es Centroamérica incendiada pero atenazada, y con un gobierno sandinista acosado
por la principal potencia mundial.

Éste, es un proceso simultáneo que tiene a Sudamérica como escenario del cambio
y a las principales potencias de la región (por su peso geopolítico, su
extensión territorial, su densidad poblacional, sus recursos naturales y
energéticos, su cultura política y la experiencia de sus pueblos), como el
“Centro de Gravedad Estratégico” que, más temprano que tarde,
intentará “absorber” al bloque progresista a la Bolivia del dudoso
Meza, o a la probable nueva Bolivia del MAS, al Paraguay de Duarte, al Ecuador
pos-Lucio Gutiérrez, al Chile de Lagos y a la Centroamérica del hasta hoy
“callado” Torrijos en Panamá, del FSLN en Nicaragua y del pueblo
movilizado en Costa Rica.

Por supuesto, hay asimetrías inconclusas, incertidumbres objetivas y nubarrones
de presagios que nos obligan a mantener ponderación en el futuro de esa
simultaneidad regional. Si los gobiernos progresistas de América Latina,
definidos como “el nuevo eje del mal” por el diario conservador
“La Prensa” de Nicaragua, no adelantan cambios sociales internos
inaplazables y transformaciones democráticas en la economía, la política y la
sociedad, el bloque regional emergente se hará trizas. Con que uno caiga, como
predice Dieterich, caerían los demás, inevitablemente.

La gringa teoría del dominó, pero al revés, hará lo suyo. Y, de paso, se habrá
perdido una oportunidad histórica que, muy difícilmente, podrá presentarse en
los siguientes treinta años. De allí que el papel de los movimientos sociales
sea estratégico hoy: no esperar a que fracasen sus propios procesos y los
procesos gubernamentales progresistas, radicalizar los fenómenos que se abren en
el continente y profundizar los cambios, acompañándolos y no mirándolos desde
una postura distante, típica de ONG’s asépticas y no de pueblos
politizados, pues esa fisura entre gobiernos progresistas y movimientos
sociales, aplaude y aplaudirá la Casa Blanca como “una ventana de
oportunidad” en el quinquenio.

Sin embargo, es tal la magnitud del desafío que presenta la emergencia de este
bloque regional de poder (porque esta simultaneidad regional y no otra
experiencia concreta americana, es la mayor amenaza a la dictadura unipolar de
Washington en el “patio trasero”), que hacía pocos días, en no muy
publicitada noticia, el Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos
Hemisféricos del Departamento de Estado de los EEUU, Dan Fisk, anunció que
agilitaría un viaje a Managua y Centroamérica para mantener conversaciones
“con las fuerzas democráticas y liberales del país y el continente”,
todo ello tras un fin, que son dos, realmente:

1) Cómo impedir el retorno de los sandinistas al gobierno en Nicaragua en el
2006, a través de la unión de la derecha nicaragüense que, en estas últimas
elecciones, participó fragmentada, como la venezolana en su momento; y,

2) Cómo organizar estrategias que permitan “defender la
democracia” de
“los nuevos riesgos” que presuntamente traen para ella los repetidos
y tumultuosos triunfos de las izquierdas en América Latina.

El imperio, más sabio que los intelectuales críticos, tiene conciencia de clase.
Por ello no pierde tiempo en calificar y conceptuar cada uno de los complejos
procesos que vive América Latina desde ópticas “mamertas” como en
Colombia tipifican al dogmatismo de izquierdas.

Simplemente desestabiliza cada uno de esos procesos, los subvierte, los
fractura, los disgrega, los intenta destruir.

¿Y el Ecuador?...

Depende de nosotros el desenlace estratégico. Los desenlaces, en el nuevo
escenario continental, ya no sólo dependen de la fatalidad triangular, es decir
de la poderosa embajada, de la cúpula de la iglesia católica y de unas FFAA que,
en el caso ecuatoriano, no tienen norte. La tríada no es invencible. Así
sucedió, con bemoles y todo, en el Ecuador de 1997 y del 2000, en la Argentina
del 2001, en la Bolivia del 2003, en la salida costarricense de la OEA en el
2004.

El desbalance táctico (pues el desenlace pos-Gutiérrez está bajo el hegemónico
control de la partidocracia), puede convertirse en una opción estratégica si las
fuerzas políticas de izquierda y centro-izquierda, los grupos nacionalistas y
traicionados de las FFAA, la sociedad civil progresista y -sobre todo- los
movimientos sociales e indígenas, rompen con el “fatalismo” de
creerse “auxiliares” de todo desenlace. Si en el acelerado proceso
que viven Ecuador y América Latina, se someten a una “cirugía
rápida” de su miopía crónica y miran, por fin, el horizonte continental e
insertan en su agenda, la unidad del país al poderoso bloque emergente que ha
nacido en América Latina.

Empero, tenemos una certeza: con Gutiérrez, es simplemente imposible que el
Ecuador sea parte de ese naciente bloque de unión sudamericana. Acaba de
declarar que “tal vez” no viajará a la cumbre de Río, donde
–como bien sabe la Casa Blanca- el brioso Sur intentará acortar los plazos
para el nacimiento formal de la Unión Sudamericana, programada para el 9 de
diciembre en Ayacucho (Perú) por Duhalde en sus visitas relámpago, tan poco
publicitadas por los mass media y los partidos políticos tradicionales.

¿Estamos a la altura de la actual hora americana, o nos dedicamos a seguir
adivinando si es “mejor” que Lucio Gutiérrez se quede en el cargo,
que León Febres Cordero, “el Padrino” de la Derecha ecuatorial
imponga su salida, que el Vicepresidente asuma la presidencia sin ton ni son,
que el Congreso nacional lo decida todo, que esperemos el 2006 para unificar una
tendencia que, unida, barrería con los restos de la vieja república ecuatoriana
fundada en 1830?

Entrevista a la Comandante Paula

Entrevista a la Comandante Paula Entrevista a la Comandante Paula

Miembro de la Dirección Nacional del ELN

UNA PERLA NEGRA

Por Ana Salavarrieta del Servicio Informativo Patria Libre - SINPAL

Luego de cuarenta años de lucha del ELN de Colombia por primera vez una guerrillera Elena es promovida a la Dirección Nacional. Tal novedad motivó la presente entrevista, la cual está hecha con el propósito de compartir con nuestros lectores la vida y lucha de una clara exponente de las miles de mujeres guerrilleras colombianas.

Conocida en muchas regiones como la Comandante Paula, en Barrancabermeja aún le dicen Elena y en otras zonas le siguen diciendo Marta. Pero ella es una sola, es una revolucionaria nacida en el departamento de Santander, de tez morena y hablar pausado, el cual sólo acelera cuando habla con pasión.

Poco acostumbrada a hablar de si misma y a enfrentarse a un micrófono, debo reconocer que la comandante Paula entregó lo mejor de sí para esta entrevista, para hablar con franqueza y mesura a la vez. Como del fondo del mar se extraen tantas perlas, el hallazgo de esta es una verdadera “perla negra” -por lo singular de su proceso- y es de esperar que se convierta en un aliciente para todas y todos los luchadores por un mundo mejor.

El camino de la igualdad

- En la guerra civil de los años 40 y 50 del siglo pasado, su familia se destacó en las luchas políticas por sus ideas liberales y si no estoy mal, un familiar cercano suyo fue guerrillero liberal en el departamento del Tolima. Vista hoy esta herencia, ¿cuánto la incidió desde su niñez?

- Realmente no me incidió conscientemente, posiblemente otro tío dedicado a la política sí, pero esta historia familiar sólo la conozco siendo adolescente y la tengo en cuenta ahora en mi edad madura en el intento de encontrar en mi pasado, en las raíces familiares las causas que marcaron la ruta que tomó mi vida desde temprana edad.

- Su madre doña Ana Rosa muere cuando usted aún no había cumplido los cinco años, pero es indudable que su personalidad marcó a toda su familia, ¿cómo era ella?

- Ella era una mujer catire (rubia) de ojos verdes, que cambiaban de color “como las culebras”, decía mi papá, cuando se ponía brava. Era fuerte, trabajadora, con quien mi viejo compartía la responsabilidad del trabajo en igualdad de condiciones, incluso en oficios de la ganadería. Dicen, buena jinete, diestra en el manejo del rejo de ganadear, inyectaba y marcaba el ganado.

Caritativa, no religiosa. Jamás la recuerdo yendo a una iglesia, pero sí la recuerdo curando las llagas de los mendigos del pueblo o encargándose de poner en el bolsillo de la camisa blanca de los niños de la escuela publica cada año en el día de la madre, el clavel rojo a los niños que tenían la mamá viva y el blanco a los que se les había muerto la mamá. Precisamente ella muere un amanecer de un día de la madre, los claveles y los manojos de espuma verde con los que los adornaba, estaban listos desde el día anterior, no supe que pasó con ellos.

- En igual forma don Crescencio su padre, muere cuando usted apenas tenía quince años ¿cuáles son los rasgos más destacados de él que influyeron en usted?

- Mi viejo fue un hombre exageradamente trabajador. Su descanso fue escuchar y leer las noticias y la poesía. Recio de carácter pero comprensivo al momento de tender su mano para dar su ayuda. Fue referente para la familia y muchas amistades por su sabiduría, por su responsabilidad y solidaridad, no solo en lo material sino también en lo espiritual.

Como negociante que era, nos enseñó el respeto por la palabra empeñada y la exigencia en la honradez. Intolerante frente al desacato de su autoridad, pero nos daba la oportunidad de la toma de decisiones, aún siendo pequeños. Daba su opinión sobre situaciones personales pero respetaba las decisiones de mis hermanos mayores, incluyendo una mujer y terminaba siempre haciéndonos sentir que él estaría con nosotros y nosotras si algo no funcionaba.

Regla de oro para los varones de la casa: no golpear jamás a una mujer, esto lo enfurecía y lo castigaba así estuvieran casados, alguna vez terminó desafiando a puños a un hermano porque violó esta regla.

Su gran debilidad: sus hijas y las mujeres.

- La posición económica estable de su familia le brindó amplias oportunidades para educarse y para poder vivir su juventud sin mayores necesidades. ¿Qué la motivó a elegir su ingreso al ELN?

- Estudié primaria y bachillerato en un internado, dicen y recuerdo que desde niña era rebelde y me inquietaba ante las injusticias propias y ajenas. A mediados de los 60 fueron los años de Camilo, de luchas estudiantiles, la revolución cubana, Vietnam. Un profesor en el colegio nos hablaba de todos estos hechos y allí supimos de la existencia del ELN.

Cuando conozco la organización, inmediatamente encuentro un espacio que le da forma a mi manera de sentir y actuar, que hasta ese momento no era producto de un pensamiento trabajado, estructurado. Con el ELN todo va tomando forma, encuentro respuestas a mis angustias y mi mundo mental se amplia. Comienzo a entender que existe el derecho y la posibilidad de transformaciones sociales y políticas, la obligación social y humana de trascender las esperanzas individuales de justicia, dignidad y libertad con la fuerza de lo colectivo, de la participación del pueblo en la construcción de su destino. En mi mente, en mi pensamiento entran nuevos conceptos que enriquecen y configuran lo que en mi mente de niña e inicio de adolescencia no existía.

- El pensamiento socialista del ELN ¿de qué manera la influye?

- El pensamiento del ELN penetró mi razón y cautivó todo mi ser. Entendí que mis inconformidades, mi rebeldía ante la injusticia y desigualdades existentes no era una realidad exclusiva de mi pequeño mundo de colegio o pueblito, era algo más grande, no sólo era mi país, era el mundo entero que se debatía contra un monstruo bárbaro llamado capitalismo y desde esa edad llevo arraigado a mis propias entrañas el odio por el imperialismo norteamericano.

Comprendí que esto era una lucha de clases, una lucha entre 2 bandos, uno de los cuales tenía el poder y era explotador y represivo, el otro, era el de las mayorías explotadas y oprimidas y éste era el bando con el cual desde niña yo quería estar.

Estudiando en los núcleos clandestinos de ELN, me quedó claro que esta lucha por la dignidad y la igualdad nacional era de vida o muerte, donde se tenía que ir hasta el final por la victoria popular… Y ahí quedó sellado mi compromiso revolucionario que lo ejerzo a través del ELN desde mi adolescencia.

Fui entendiendo que hombres y mujeres sin distinción de género, como parte de una organización político-militar, con iguales derechos pero también deberes, teníamos que formarnos integralmente, es decir, alcanzar las capacidades necesaria para el manejo de la política de la Organización (O) para poder ejecutar y recrear los planes de trabajo, como también la responsabilidad de enriquecer estos lineamientos, sin jamás olvidar los principios, la ética y la moral revolucionarías enseñadas y exigidas a su militancia.

- ¿Cómo aprecia usted la construcción de la democracia y la lucha por la igualdad al interior del ELN?

- Lo valoro como un esfuerzo importante, éticamente imprescindible en una organización revolucionaria. El derecho de igualdad es la médula de todo proyecto realmente humanista y proletario. Los Elenos nos esforzamos por ser consecuentes con estos planteamientos de democracia e igualdad porque sobre ellos recaen todas las transformaciones sociales y políticas que planteamos como organización. El ELN nos exige que todos estos propósitos que serán la base de la nueva sociedad, debemos comenzar a construirlos desde YA, tanto en su interior como en todo espacio social o político donde como Elenos actuemos.

- En estos 37 años de militancia insurgente, ¿cuáles expresiones de machismo y mecanismos de reproducción de éste ha identificado en el ELN? ¿Cómo los ha sorteado?

- En el ELN no está normatizado ningún elemento que señale la discriminación de la mujer, por el contrario se reivindica la importancia de nuestra participación y como ya le decía los derechos y deberes son los mismos para hombres y mujeres. Pero si de ser sincera se trata, tengo que decirle que el machismo se vive de manera no intencional, no consciente pero él nos atraviesa silenciosamente, aunque esto se va superando en la práctica producto de la misma realidad por el papel de la mujer dentro y fuera de la O y para eso de atravesamiento silencioso le pongo algunos ejemplos que siento que se dan: a las mujeres se nos juzga más duramente la infidelidad o lo que llaman inestabilidad afectiva, sin ser norma sé que nos resta legitimidad. Otro, la promoción femenina llega más tardíamente que la de un compañero del mismo nivel. La mujer para alcanzar este reconocimiento debe ser doblemente productiva en cualquier área de trabajo.

Quiero hablar del otro extremo, que es el lado amable del machismo que considero tampoco ayuda mucho a nuestro desarrollo dentro de nuestro proceso. Sin darse cuenta algunos compañeros reivindican un elemento sobre el cual se erige y disculpa la existencia de la sociedad machista: la connotación género femenino con “sexo débil” y con la intención real de sentimiento humanista, dan rienda suelta a un sentimiento “protector” que nos limita retos y oportunidades de crecimiento y aporte. Es más fácil lograr que se experimenten capacidades de un barón que de una mujer, para esto hay más confianza y seguridad en ellos que en nosotras, valoro que no se hace malsanamente, que son producto de rezagos culturales que aún llevamos incubados de esta sociedad que queremos transformar.

Además, como la O construye desde YA el hombre y la mujer nuevos para la futura sociedad humanista y socialista, también debemos llenar de contenido la esfera de lo afectivo- sexual, para erradicar el sentimiento de “mujer objeto” y poder ir desarrollando las capacidades ocultas de la mujer, que por nuestro “papel histórico”, formado desde los hogares están encubiertos.

Sobre cómo he sorteado esta situación de machismo, de verdad no la he sentido mucho, creo que se debe a mi modo de ser y a cómo he asumido este compromiso. Sin querer rebatir conscientemente el machismo, confieso que yo en momentos también echo mano de él, si es que así se puede llamar eso de uno proponerse las cosas, sacar más fuerzas de las que uno hasta el momento creía tener, pero lo he asumido más con la intención de responder a toda misión que me han dado, en cualquier campo. Tampoco ha sido con sentido competitivo, ¡No!, solo me ha movido el compromiso de echar para adelante esta revolución y he asumido que todo lo ordenado es necesario para este propósito, así se sea hombre o mujer, lo importante es la convicción y esto es lo que nos hace fuertes.

Resumiendo, digo que lo he superado preparándome y esforzándome como obligación que tenemos todo militante, hombre o mujer, esto da respeto, credibilidad, legitimidad y así ellos y nosotras caminamos con mucha seguridad, sin importar lo femenino o lo masculino.

La gestación de la mujer revolucionaria

-¿Qué otros valores formó su familia en usted a pesar de no ser religiosos?

-La libertad en la toma de decisiones pero también la responsabilidad de asumir los costos con entereza en caso de no obtener resultados esperados, por tanto ser intensa antes de decidir.

El derecho al miedo pero la fortaleza para manejarlo, evitando así que éste se convierta en un obstáculo al momento de tomar decisiones.

La honradez, no referida exclusivamente a lo monetario. Honradez de no engañar, por encima la verdad, ser consecuente con lo que se piensa se dice y se hace.

-¿Cuáles son sus puntos fuertes a la hora de tomar decisiones?

- Nuestra praxis siempre está en función de lograr objetivos pequeños o grandes y lo primero que tenemos que conocer es la realidad sobre la que vamos a actuar para tener éxitos, porque sobre estos resultados se hace la planeación sea en el campo militar, político, económico, etc., entonces la investigación y planeación es algo que me apasiona, sobra decir que para un conductor de cualquier tipo o nivel, si no se asume esto, fácilmente fracasa.

Lo otro es el trabajo organizativo tanto en lo individual, grupo o comunidades, trabajo que asumo con mucha seguridad porque me ha dado buenos resultados desde ganar a alguien para la O, o jalonar una comunidad para que asuman una lucha por sus reivindicaciones, hasta un comando militar para que vaya seguro con mucho valor a una pelea. Además la razón de ser del ELN es el pueblo y sin la participación de él esto jamás será posible.

- ¿Cuáles valores considera que la han sostenido y la proyectan como dirigente?

- Consecuencia con mi compromiso militante como elemento de ejemplo transformador.

Amor real a los hombres, mujeres de mi organización y pueblo en general, lo que me lleva a una práctica de respeto por todos y todas, de reconocer a los demás, pero lo más importante es lograr que ellos y ellas se reconozcan como sujetos importantes y necesarios en este proceso desde su ser individual.

Responsabilidad de lo humano de la tropa y el pueblo. Parto de que una de mis responsabilidades más importante es tener disponibilidad total para escuchar propuestas y problemas y me esmero con angustia por dar respuestas y salidas oportunas, para que ellos y ellas (individual, grupos o comunidades) sepan que la O a través mío está ahí y pueden contar con ella.

En mis relaciones interpersonales mantener una postura sincera de servicio a través de la responsabilidad y no de poder.

- ¿Qué cosas de las que hacía en los años sesenta y setenta no haría hoy?

- La radicalidad, referida al reconocimiento de la existencia de otras organizaciones políticas o armadas, que sin ser política de la O en ese entonces si lo éramos, se era excluyente e incluso agresivos. El tiempo y también la O nos formaron en la unidad del campo revolucionario como herramienta estratégica para los logros revolucionarios y cada día la realidad del país, del mundo nos va demostrando que este es el camino correcto. Todo será más difícil, digo yo, imposible si no logramos la unidad del campo revolucionario y popular.

- ¿Cómo cultiva usted su salud física y mental en medio de la dureza de la actividad insurgente?

- No crea que cuido mucho mi salud física, el campo y el agite de lo urbano nos lleva a descuidarnos. Pero eso sí, cuido mi salud mental y emocional y la fórmula ha sido sentirme plena en todo lo que hago y vivo. He aprendido a desechar concientemente todo aquello que sospecho pueda dañar mi interior. Le comento cuál fue la prueba de fuego para llegar a este estado: la separación con mis hijos, eso es duro, es doloroso, incluso después de tantos años el recuerdo de esos momentos duelen. Después de esa decisión estoy segura que tengo la capacidad de renuncias y propósitos sin temor a desequilibrarme.

Los retos como mujer dirigente

- ¿Cómo vive su liderazgo como mujer que marcha en la punta de vanguardia y sabiéndose un referente de los demás compañeras y compañeros revolucionarios?

- Lo vivo con mucha responsabilidad. Soy consciente que de la calidad revolucionaria de los miembros de una conducción estratégica depende no solo la legitimidad y vida del ELN, sino el presente y futuro de esta revolución que es patrimonio de la sociedad colombiana y el aporte a las esperanzas de humanidad a nivel mundial.

Pero como mujer sé también que tengo una doble responsabilidad y es legitimar el papel de la mujer en la conducción de la revolución, por su capacidad, su valor, su entrega y madurez emocional. Que hombres y mujeres seamos consecuentes de que esta lucha no se divide en lucha de género, sino que tiene que ver con una posición clasista y humanista donde confluimos todos y todas en proyección a la construcción de una nueva sociedad, donde quepamos todos y todas en igualdad de condiciones, de oportunidades y responsabilidad social.

Sé que desde diferentes lugares del mundo, muchas mujeres asumen este mismo reto y yo no puedo fallarles con mi aporte.

- Tras cuarenta años de lucha el ELN ha ganado aprecio, respeto y confianza entre la sociedad colombiana, compártanos sus vivencias en este sentido, sobretodo cuando le ha correspondido recibir muestras de este reconocimiento.

- Ahí está el tesoro de mi vida. Este pueblo le ha dado razón a mi existencia, es el mismo que con su cariño y confianza sostiene mi compromiso. Me pide que le comparta algunas vivencias en relación a esto, sólo le comentare algunas porque mi vida esta llena de gratos recuerdos de confianza y reconocimiento al ELN.

¡Barrancabermeja, pueblo Eleno! Pueblo que me dio su apoyo y cariño en libertad y que en prisión estuvo presente desde el primer día de mi captura hasta que abandone la prisión. En esa ciudad hasta los niños se convirtieron en un dispositivo de seguridad. Cuando estaba en los barrios, ellos posiblemente me veían pasar o suponían que estaba por ahí, entonces cuando entraba el ejército gritaban en coro a todo pulmón: “Elena viene el ejército” y yo me ponía pilas o si estaba retirada otros compañeros, o cualquier civil iba y me avisaban, esto me llenaba de mucha fortaleza porque era la muestra del cariño del reconocimiento al ELN al cual no querían se golpeara. Hoy algunos de esos niños están muy cerca de mí en la lucha. Me cuentan que cuando abandoné la cárcel varias familias lo festejaron.

Otro hecho muy hermoso. El día de mi detención, soy paseada por todas las instalaciones militares, con la única finalidad de tomarnos fotos como trofeo. A la llegada al Batallón Nueva Granada pareciera que todo el personal me estuviera esperando, había mucha tropa, me rodeaban, vociferaban, me hacían calle de honor me insultaban y alardeaban de su victoria por mi captura. De pronto a un lado, en una esquina, veo unos jóvenes soldados de rostro humilde, con ojos de mirada tierna que con disimulo tenían sus manos a la altura de la cintura y me hacían una señal con puño cerrado y dedo pulgar extendido y sus labios susurraban “ánimo Elena”. Este acto de compañía solidaria en medio de esta jauría humana, elevó mi espíritu y sentí que crecía inclusive de estatura física y me elevé a lo máximo de la realización y orgullo humano al ver cómo la causa justa de la lucha de los Elenos estaba ahí en las entrañas de esos batallones y supe que este amor de pueblo es lo que nos sostiene y nos hace invencibles a las intenciones enemigas de acallar nuestra conciencia.

- ¿Cuál es su sello personal al momento de liderar actividades?

- Acompañando en directo, asumiendo el reto de lograr que los participantes se reconozcan como transformadores y transformadoras y asuman conscientemente la lucha directa por cambiar las realidades individuales y sociales.

- ¿Cómo fue su aprendizaje en esto de la actividad revolucionaria integral?

- Si usted mira mi hoja de vida, notará que he participado en diferentes actividades de la acción guerrillera y la O nos ha dado los elementos básicos para poderlos desarrollar, nos da su acompañamiento y ahí va ya el sello personal. Esto me ha permitido ir asumiendo la responsabilidad de diferentes misiones en variados campos de acción, que me han ido dando una visión más integral al momento de conducir, proceso de aprendizaje que nunca termina. Me inicié con fuerte inclinación en lo militar, luego la O me asignó a otro tipo de espacio, con énfasis en lo político y más adelante he estado en lo de conducción donde se requiere mayor integralidad, desde lo zonal, local, regional y ahora nacional.

Mis mayores logros están en lo político-organizativo, aunque en lo de finanzas no me ha ido mal, claro que estos logros no los alcanzaría si no contara con compañeros y compañeras que acompañan estos procesos y dan mayores posibilidades de éxito.

- En dos ocasiones ha sido capturada y enjuiciada por rebelión, ¿cómo vivió su compromiso revolucionario en esos momentos?

- Lo asumí como revolucionaria Elena. Lo primero fue mi lealtad al ELN y al pueblo –no traición-. Lo siguiente fue hacer conciente mi propósito de lograr mi libertad que es orden de la O para la militancia y paralelo a esto ser ejemplo de solidaridad y lucha para y con mis compañeras prisioneras, sociales y políticas.

- En su reflexión sobre el uso del poder y el ejercicio de la autoridad por parte de las mujeres, ¿qué elementos ha logrado sintetizar de ello?

- Lo he visto más por fuera de la organización, situación que lo lleva a uno a estar alerta. Por el machismo imperante en esta sociedad, si usted investiga sobre el comportamiento de mujeres jefes de personal, directoras de cárceles u hospitales, etc., son muy duras porque a la mayoría de los hombres les queda grande aceptar una mujer de jefe, entonces a las mujeres nos toca extremar y asumir actitudes machistas para evitar nos violenten o para decirlo más concretamente, nos saboteen nuestra autoridad.

Afortunadamente en la O uno va ganando reconocimiento por lo que uno hace y por como uno es y eso va generando sentimientos de aceptación de ahí que cuando uno llega a una zona o sitio donde uno nunca ha desarrollado su práctica, se llega algo tensionada y va uno con las pilas puestas para ganar legitimidad y evitar tener que extremar medidas, además da un poco de seguridad que estamos formados y formadas para una conducción basada fundamentalmente en el consenso, a pesar que tenemos normas, reglamentos. De todas maneras hay algo real y es que un mando que no logre respeto a su autoridad, hombre o mujer, es mejor hacerse al lado de cualquier tipo de responsabilidad.

- ¿Se le han presentado casos de desacato o insubordinación?

- De verdad que nunca he tenido que enfrentarme a una insubordinación de peso; indisciplinas mínimas sí, que es normal y menos insubordinaciones por ser yo mujer. Soy comprensiva pero también reconozco ser muy estricta en la exigencia de la disciplina y en el cumplimiento de las órdenes.

Creo que no tengo problemas porque como medida preventiva siempre hago énfasis en la responsabilidad de todos y todas de que todo ande bien, como corresponde al sentido de pertenencia que se asumió voluntariamente al llegar a la O. Además muchos me conocen, por otro lado hablo mucho con la tropa, especialmente con aquellos que tienen perfiles difíciles donde mi trabajo es ganar su voluntad y entendimiento.

Su segunda familia

-¿Cómo ha desarrollado usted esa capacidad que ha caracterizado al ELN de ganar la voluntad del pueblo?

- Queriendo mucho, respetando e interactuando con todos generando un intercambio de saberes para conocernos mutuamente en nuestras angustias y esperanzas, haciéndolos sentir que no están solos, que el ELN está con ellos, siendo ejemplo y cumpliendo.

- ¿Cuánto le importa la opinión de los demás? ¿Cuánto la afecta la valoración que de usted tengan los demás compañeras y compañeros Elenos?

- Lo primero es que la opinión de los demás me importa en un solo sentido, depende de quien venga, tengo claro que de acuerdo a la concepción que se maneja del mundo, así mismo son las opiniones o las valoraciones, pero también mucho pueblo aún maneja una cultura de alienación impuesta por este sistema, soy cuidadosa en no chocar con los valores y prácticas de grupos o comunidades, práctica que asumo paralela con la formación hacia estos.

Sobre lo útil que me siento para los intereses del pueblo colombiano, siempre he sostenido que todos y todas desde que se tenga voluntad de aportar somos útiles, por lo cual, yo me siento útil, pero le corresponde al ELN hacer este balance.

En cuanto a en qué medida me afecta la valoración de compañeros y compañeras Elenas le digo que he sido fuerte para separarme de mis hijos, de mi pareja, para aguantar la lluvia, el sol, el ruido de los tiros y las bombas enemigas, la cárcel, etc., pero, la valoración de los míos sí que me afecta. Eso es lo que me sostiene pero también es lo único que me consumiría en vida.

No se me entienda que necesito esa valoración como reconocimiento para creerme la “súper yo”. ¡No! Yo he realizado múltiples renuncias porque he querido ser buena revolucionaria para aportarle a este proceso, ese ha sido mi ideal personal de vida, entonces, la Organización es para mí el termómetro que mide el valor de ese aporte y si de pronto el ELN valora que mi aporte ha sido nulo en esta construcción, concluiría yo que soy el más grande fraude humano, porque según el concepto tradicional de familia no fui buena mamá, ni buena esposa, para realizarme como buena revolucionaria, que es la dimensión universal donde se sintetizan, confluyen valores, aspiraciones y el amor de lo humano.

- ¿Usted considera que ELN es su segunda familia?

- ¿Mi segunda familia? No lo entiendo bien, yo tengo hermanos, tíos o tías, etc., y los quiero; guardo el recuerdo de mis padres con amor, agradecimiento y mucho reconocimiento de lo que fueron pero creo que debido al desenvolvimiento de mi vida, de orfandad materna desde muy niña, la muerte de mi padre en los inicios de la adolescencia, once años de internado y la llegada del ELN a mi vida siendo muy joven, le digo que no hay una primera o una segunda y el ELN es mi familia, desde donde mis otros seres queridos tienen mi cariño, la solidaridad e incluso el espacio si ellos lo necesitan y lo quieren.

- ¿El ELN cómo resuelve la situación frente a muchos jóvenes que se incorporan presionados por la represión? ¿Estos jóvenes la ven a usted como una segunda madre?

- Sabemos que hoy día, menos que antes, los que llegan no llegan con conciencia plena de lo que es el ELN y las causas de su lucha, por lo que la mayor preocupación de la Organización es darles todos los elementos para que asuman su pertenencia a la organización con claridad y acojan concientemente las causas de su lucha.

No sé si me verán como la segunda madre, pero yo si los quiero, me preocupo por ellos y ellas y soy capaz de cualquier cosa por todos, si este sentimiento implica que me vean como la mamá de todos, entonces debo decirle que tengo muchos hijos e hijas e incluso algunos mayorcitos que yo o de la misma edad.

¿Las muchachas que llegan a la organización son concientes de los avances en cuanto a igualdad con los hombres? ¿Ellas adquieren el compromiso de hacer llegar dicha igualación a topes más altos? ¿Cómo forman a las guerrilleras para que se proyecten como revolucionarias y no dependan para ello de su pareja o de sus hijos?

- Esta pregunta es una de las más duras de responder, porque como mujer no me siento conforme, además que asumo autocríticamente como mando los pocos resultados logrados en este campo. Desafortunadamente el machismo tiene sus actores en los varones y en las mujeres tiene el comité de aplausos o seguidoras. Esta actitud no es cien por ciento en la Organización, hay compañeras muy buenas, pero pesan más las compañeras que reproducen en la vida guerrillera el papel enajenador y de dependencia.

La mayor culpa la tenemos las mujeres, especialmente nosotras mujeres mandos, pero también es necesario que los compañeros sean consecuentes y unamos esfuerzos y prácticas comunes en este campo que permita generar otro tipo de dinámica en las compañeras que las lleve a actuar y pensar como sujeto, y encontrar mecanismos efectivos para crear nuevas relaciones de género.

En la Organización de verdad que nos preocupamos por crear condiciones objetivas de participación de la mujer, pero falta algo y es mayor conciencia de nosotras mismas para dar los saltos y participar en las oportunidades que nos brindan y esto sólo se logra si hacemos conciencia de nuestras carencias y forzamos nuestra voluntad de superación para alcanzar esos niveles de igualación de los que usted habla, pero esto será más fácil con el concurso de los hombres de organización en estos propósitos.

- ¿Qué opina usted de la afirmación de que la guerra insensibiliza a quienes participan en ella? ¿La incorporación de niños podría tomarse como una muestra de ello?

- Aunque no es tan cierto lo de la cantidad de niños reclutados, sé que las Organizaciones insurgentes ninguna tiene este reclutamiento como política de crecimiento, pero la guerra, la agudización del conflicto social, deja muchos menores sin protección, sin esperanza de vida, en un país donde se tiene que enfrentar desde el niño hasta el anciano por sobrevivir.

Hay muchos niños abandonados producto de toda esta situación de violencia en el país y como Organizaciones insurgentes no podemos hacernos los de la oreja gacha, algo tenemos que hacer y les damos protección. Lo que no hemos podido hacer, así esto sea el propósito, es tener un lugar especial para ellos, para que ellos puedan cumplir un poco con su proceso de acuerdo a su edad. Eso es una utopía. Tenemos un enemigo bárbaro y criminal, los buscarían para asesinarlos. Estos niños y niñas tienen que crecer con conciencia de quiénes son sus enemigos y también con conocimiento de la conspiratividad y defensa para sobrevivir.

Esto es duro de aceptar y seguimos intentando que ellos no se involucren en las primeras filas de la confrontación, queremos ofrecerles otras posibilidades.

La levedad de los sentimientos

- ¿Se siente plena afectivamente? ¿Considera que ha realizado satisfactoriamente la consigna de “Primero los demás”, en lo afectivo? ¿Cuánto se estima a sí misma? ¿Este nuevo tipo de afectividad, no le parece que no incluye suficientemente la riqueza de una relación de pareja?

- Me siento plena afectivamente y en esto le he dicho se basa la fortaleza de mi compromiso.

En relación a si he realizado satisfactoriamente lo de “primero los demás” Sí, en lo que de mi sale hacia los demás, desafortunadamente en lo de pareja o en lo de hijos no era posible que ellos fueran primero y luego los demás, para mí han sido ellos haciendo parte de los demás. Sobre todo mis compañeros afectivos creo que no lo entendieron, tengo fe en que mis hijos si lo entiendan y lo valoren.

En cuanto a la autoestima, creo que me estimo suficientemente como ser social, en la medida que me creo útil y veo los resultados y el sello lo pone el reconocimiento de quienes comparten mi vida dentro de este proceso.

El nuevo tipo de afectividad que manejo posiblemente no incluye suficientemente la riqueza de una relación de pareja. Viví plenamente las relaciones de pareja en su momento. Mi crecimiento como militante me fue llevando a nuevas responsabilidades que fueron desviando el curso de la mujer tradicional en relación al papel y exigencias de la vida de pareja, esto dañaba a mis compañeros y creí que no era justo. Les di la libertad para que construyeran sus parejas de acuerdo a sus proyectos de vida. La mía no pegaba y ellos merecían otras opciones.

- ¿Las dos parejas que ha tenido no han podido tener continuidad debido a la incompatibilidad de proyectos de vida? ¿Cuánto se desgastaron también por rivalidades secundarias, que pudieron armonizarse con cooperación adecuada? ¿Y cuánto eran infundadas sus expectativas sobre el apoyo que podían brindarle sus compañeros afectivos?

- Ya le decía que nos separamos cuando nuestros proyectos de vida tomaron rutas diferentes. Y era lógico. El hombre y mujer tradicional construyen la relación sobre la atracción, la entrega total que implica exclusividad a todo nivel. Analizo que ellos sintieron al ELN como un rival que le arrebataba el tiempo de su mujer amada, e incluso los privaba de los abrazos cuando ellos lo necesitaban, ellos no quisieron o no pudieron acompañarme en este camino, no había nada que hacer. Yo rompí siempre las relaciones porque fui conciente que no podía tampoco acompañarlos en su andar, pero son buenos hombres, que me amaron y me enseñaron la importancia de una pareja mientras se tenga identidad en los ideales.

Finalmente no se cuánto de válido tenga eso de “infundadas mis expectativas”, de pronto sí. Pero no puedo creer que sólo yo tenga en la cabeza eso de la “pareja posible” dentro de este proceso de conflicto social y armado. Sé que eso es válido. ¿Sabe dónde están las fallas? Los compañeros admiran mucho a las mujeres como yo, somos la mujer ideal, eso le digo a los compañeros, pero ya como compañera afectiva, prefieren a las compañeras que conserven algo de la mujer tradicional y ese algo es la aceptación de acompañarlos dentro de esta revolución pero donde lo principal es “ser la compañera de”… y se trasladan muchas costumbres de pareja tradicional a los campamentos. Yo no rechazo esto, me parece bonito si hay tiempo, pero la responsabilidad más grande debe ser con las tareas de la revolución y que ellos y nosotras sintamos que es otra forma diferente de amarnos, donde la seducción más grande entre dos seres que se aman sea el abrazo y las caricias por logros y victorias o el refugio de angustias y temores. Sé que esto no es fácil. ¿Cómo armonizar esto? Es el gran dilema.

Dejo constancia que esto no es lo general de las parejas en la Organización pero no hay muchas excepciones. Hay compañeras de mucha calidad y proyección pero me inquieta que se enreden en la dualidad de compromiso y entrega y quede mermado el aporte que pueden hacerle a este proceso.

- De acuerdo a su experiencia particular, ¿podría concluirse que sentirse estable en el campo afectivo y emocional depende de la riqueza de la vida interior y de la armonía de las relaciones interpersonales? ¿Qué tan eficaz puede ser esta fórmula contra la soledad?

- Definitivamente sí. Quienes me conocen y comparten los espacios cotidianos conmigo saben que soy una mujer plena. La claridad en mi compromiso me ha dado el manejo estable en el campo afectivo y emocional, jamás me he negado. Ni me niego la posibilidad de una relación afectiva, aunque nunca, ni en mi juventud fue una de mis mayores preocupaciones, si llega bienvenida sea, si no llega sólo queda la añoranza sin amargura, viviendo plenamente lo posible.

- En las charlas que hemos sostenido la percibo feliz por su maternidad y por el amor que sus hijos le tienen, si hoy tuviera la oportunidad de criarlos y educarlos, sin tener que abandonar sus tareas revolucionarias, ¿en qué haría los énfasis?

- De manera idealista diría que el énfasis sería en acercarlos más a mis vivencias guerrilleras pero éste énfasis aún no me convence totalmente porque me interesa mucho la seguridad y tranquilidad de sus vidas, no quiero que paguen por lo que no han hecho, además, soy partidaria de que ellos tengan la posibilidad de definir libremente la ruta de su vida, así como yo la tuve.

Montañas de Colombia

Noviembre de 2004

Santander fue en los últimos años de su vida antibolivariano y propuso a Bolívar la inclusión de los Estados Unidos en la Confederación Americana. Chávez el año pasado comparó a Uribe con Santande. En eso no se equivoca, pero aquí no es viable la comparación

Santander fue en los últimos años de su vida antibolivariano y propuso a Bolívar la inclusión de los Estados Unidos en la Confederación Americana. Chávez el año pasado comparó a Uribe con Santande. En eso no se equivoca, pero aquí no es viable la comparación Santander fue en los últimos años de su vida antibolivariano y propuso a Bolívar la inclusión de los Estados Unidos en la Confederación Americana. Chávez el año pasado comparó a Uribe con Santande. En eso no se equivoca, pero aquí no es viable la comparación



Del grande Santander al pequeño Uribe
JAIME ANGULO BOSSA

La Presidencia de la República es el puesto más importante del país y en principio se piensa que debe ser ocupado por la persona que, desde la mejor perspectiva política posible, sobresalga por sus condiciones culturales y éticas. Pero no siempre es así. Muchas veces acceden a ella caudillejos de ocasión, vestidos de sacolevas imponentes cuya elegancia oculta la figura desmirriada del iletrado presumido de intelectual o del trapisondista de salón simulador de inmarcesible ética que bajo ropaje tan elegante presumen de grandeza sin que dejen de tener vacía la cabeza de lecturas estelares ni repletos los bolsillos del oro adquirido en repetidos e ignorados hurtos.

Esta dicotomía entre cargo y burócrata la estoy viendo de bulto en el afán de reelegirse mostrado, sin pudor alguno, por el Presidente Uribe y coreado por congresistas que mediante volteretas ideológicas desde el rojo liberal, pasando por el azul conservador y llegando al negro fascista, ufanos suponen que han sido purificados en un increíble crisol de habilidades sin saber que lo es de traiciones y deslealtades. ¡Circo incoherente y contradictorio este, frente a cuyas maromas el observador ha de asombrarse porque, a pesar de los riesgos de desnucarse moralmente que asumen, al salir de ellas y sentarse en el lado contrario a lo que pensaban, creen tener limpia la conciencia cuando en el fondo su detritus ético hiede por encima de lo aparentemente lavada que la exhiban!

El título de esta nota resalta la grandeza de Santander, el liberal, cuando se negó a modificar el Art. 102 de la Constitución de 1832 que prohibía la reelección inmediata del Presidente y el Vicepresidente para una posible candidatura suya, y la pequeñez de Uribe, el uribista, que lo ha permitido todo, sin protesta alguna y sí con expresa anuencia, para que la Constitución sea modificada y permita su reelección en 2006.

Leyendo la biografía del Hombre de las Leyes escrita por Pilar Moreno de Ángel me encontré esta joya: en marzo de 1835 circuló en Bogotá el anónimo panfleto "Una cuestión importante" denunciando al Presidente Santander porque pretendía modificar dicho Art. 102 para darle vía libre a sus propósitos de reelección inmediata. La ira de Santander fue fulminante y justa y en escrito de 10 de marzo de 1835 titulado "Protesta solemne del general Santander contra el papel titulado Una cuestión importante" y afirmando que "no hay hombre ninguno necesario y que todos somos más o menos útiles según determinadas circunstancias", manifestó enfáticamente: "en cuanto esté en mi poder me opondré a la reforma del artículo 102 y de cualquiera otro de la Constitución, que tienda a variar sustancialmente sus disposiciones; y que no conviniendo a mi honor, ni a mis intereses políticos, ni a mi patria, que yo permanezca en la presidencia una hora más del término prefijado en el artículo 101, él será religiosa y puntualmente cumplido". A ello agregó que "el artículo 102 será tan inmutable como lo es mi resolución de no aprovecharme jamás de ninguna ventaja, que me proporcionase legalmente gobernar más allá del 1º de abril de 1837".

¿Dónde la ira de Uribe? ¿Dónde su oposición a beneficiarse, contra los demás candidatos, de las ventajas del poder? En ninguna parte. Mientras Santander de grande se empina históricamente, Uribe de pequeño se hunde bajo el peso de su gula de poder, ayudado por tenebroso coro de aduladores que lo creen dios, cuando es sólo un prepotente y derechista humano, perturbador de Colombia.

Mapuche al Viento en Isla Huapi

Mapuche al Viento en Isla Huapi Mapuche al Viento en Isla Huapi

Los Propios Jóvenes de La Isla, Serán los Conductores de la Radio. La inauguración de la radio se llevó a cabo hace poco menos de un mes, la marcha blanca partió con la presencia de algunos miembros del grupo Los Jaivas. El encuentro dio pie a la conversación y el festejo, se compartió y se sellaron promesas. Los muchachos de Los Jaivas se fueron y dejaron su apoyo incondicional a la radio comunitaria, las fotos de su visita constituyen, actualmente, el collage preferido que cuelga en las paredes del estudio de la “Werken Kvrvf” [mensajero del viento], un nombre que calza ahora en la memoria de la mayoría de los habitantes del sector Ruka Raki en Isla Huapi, el emblemático terruño insular de la Comuna de Saavedra, IX región. La emisora, que tuvo un costo de 10 millones de pesos, fue financiada por las mismas comunidades mapuche del sector. En su primera etapa de funcionamiento, la radio alcanzará una potencia de 100 Wats, pero se espera que en un corto plazo también pueda ser escuchada, tanto en Puerto Domínguez como en Puerto Saavedra. La etapa de marcha blanca está en plena continuación, en virtud de las capacitaciones que se llevan a cabo en el sector y en el cual participan los propios habitantes de las comunidades aledañas de la isla, principalmente jóvenes. Marco Chehuín, es quien lleva a cabo desde el 17 de agosto el proceso de selección de los jóvenes que finalmente tomarán las riendas de la radio, éstos deberán configurar los futuros programas y hasta el eventual financiamiento de la emisora, “por el momento el tema del financiamiento se hace algo más fácil gracias a las campañas electorales, pues los candidatos locales de Saavedra podrán publicitarse con nosotros, ya que la población mapuche en Isla Huapi está llana de conocer las propuestas de quienes compiten por el cargo”, señala Chehuín. De este modo, no se descarta la idea de ofrecer espacios de debate en directo entre los diferentes candidatos locales mapuche y no mapuche, como una forma de colaborar en las decisiones de sus habitantes y, a la vez, generar los ingresos que les permitan trabajar con un proyecto más sustentable.

El entusiasmo de la 98.3

Aproximadamente unos veinte jóvenes de la isla participan de la capacitación, los cursos van desde radio controlador, coordinador de espacios radiales y por su puesto locutor.

La timidez de los muchachos para salir al aire era una especulación que se disipó rápidamente con el pasar de los días, “ahora todos se pelean el puesto – afirma Marco Chehuín - el fin de semana llegan aquí y ya quieren salir al aire, comentar los saludos que recibimos por el celular, llegan con información de utilidad pública para personas de comunidades vecinas, los mensajes para el campo y la ciudad en fin, pero más allá de lo anecdótico es increíble la respuesta de la gente en Saavedra y aquí en Isla Huapi, la 98.3 la sintonizan cada día más”. Y es que la radio, es el mejor instrumento público para generar la inmediatez entre la gente en lugares particularmente apartados como Isla Huapi y resuelve, además, esa vieja paradoja de estrechar esas relaciones de toda la vida, entre personas que casi no se ven nunca y en torno a un evento noticioso que será el comentario de vecinos y comuneros en lo que queda del día. La radio rompe el individualismo y genera conversación. En lugares como ésta isla, los jóvenes que participan del proyecto radial, parecen intuir claramente éste principio y se han dado a la tarea de convertir a “Werken Kvruf”, en una emisora representativa en el ámbito del servicio público, pero también como una herramienta de utilidad cultural.
[MAPUCHE KIMÜN ON LINE]

Mapuche al Viento en Isla Huapi

Mapuche al Viento en Isla Huapi Mapuche al Viento en Isla Huapi


Con la presencia del conocido grupo chileno “Los Jaivas”, se realizó el lanzamiento de la radio comunitaria “Werken Kvrvf” [mensajero del viento], en el sector Ruka Raki de Isla Huapi, Comuna de Saavedra, IX Región.
La inauguración de la radio se llevó a cabo hace poco menos de un mes, donde integrantes del grupo “Los Jaivas” dejaron su apoyo incondicional a la radio comunitaria. Las fotos de su visita constituyen, actualmente, el collage preferido que cuelga en las paredes del estudio de la “Werken Kvrvf”, un nombre que calza ahora en la memoria de la mayoría de los habitantes del sector Ruka Raki.
La emisora, que tuvo un costo de 10 millones de pesos, fue financiada por las mismas comunidades mapuche del sector. En su primera etapa de funcionamiento, la radio alcanzará una potencia de 100 Wats, pero se espera que en un corto plazo también pueda ser escuchada, tanto en Puerto Domínguez como en Puerto Saavedra, aunque por ahora está en un período de marcha blanca, en virtud de las capacitaciones que se llevan a cabo en el sector y en el cual participan los propios habitantes de las comunidades aledañas de la isla, principalmente jóvenes. Marco Chehuín, es quien lleva a cabo desde el 17 de agosto el proceso de selección de los jóvenes que finalmente tomarán las riendas de la radio, éstos deberán configurar los futuros programas y hasta el eventual financiamiento de la emisora, “por el momento el tema del financiamiento se hace algo más fácil gracias a las campañas electorales, pues los candidatos locales de Saavedra podrán publicitarse con nosotros, ya que la población mapuche en Isla Huapi está llana de conocer las propuestas de quienes compiten por el cargo”, señala Chehuín. De este modo, no se descarta la idea de ofrecer espacios de debate en directo entre los diferentes candidatos locales mapuche y no mapuche, como una forma de colaborar en las decisiones de sus habitantes y, a la vez, generar los ingresos que les permitan trabajar con un proyecto más sustentable.

El entusiasmo de la 98.3

Aproximadamente unos veinte jóvenes de la isla participan de la capacitación, los cursos van desde radio controlador, coordinador de espacios radiales y por su puesto locutor. La timidez de los muchachos para salir al aire era una especulación que se disipó rápidamente con el pasar de los días. “Ahora todos se pelean el puesto – afirma Marco Chehuín - el fin de semana llegan aquí y ya quieren salir al aire, comentar los saludos que recibimos por el celular, llegan con información de utilidad pública para personas de comunidades vecinas, los mensajes para el campo y la ciudad, pero más allá de lo anecdótico, es increíble la respuesta de la gente en Saavedra y aquí en la isla, la 98.3 la sintonizan cada día más”. Y es que la radio, es el mejor instrumento público para generar la inmediatez entre la gente en lugares apartados como Isla Huapi, permitiendo además, resolver esa vieja paradoja de estrechar las relaciones de toda la vida entre personas que casi no se ven nunca, en torno a un evento noticioso que será el comentario de vecinos y comuneros en lo que queda del día. La radio rompe el individualismo y genera conversación. En lugares como la isla Huapi, los jóvenes que participan del proyecto radial, parecen intuir claramente este principio y se han dado a la tarea de convertir a “Werken Kvruf”, en una emisora representativa en el ámbito del servicio público y en una herramienta de utilidad cultural.