Narcocracia del Estado
Narcocracia del Estado
El Ralito es sencillamente el mismo procedimiento estratégico, donde el Estado
Oficial pretende catalizar y descartar su responsabilidad ante tantos delitos
cometidos. No han mostrado al primer General de los que comandan el
narcoparamilitarismo. Como el cuento de las brujas: Que los hay, los hay. El
Estado está lavando imágenes. Está claro que Vicente Castaño, Don Berna, Mancuso
y otros que están a la vista, no son los que manejan el Ralito ni el
narcoparamilitarismo, escriben los analistas de la realidad colombiana, Puentes
y Andrade.
25.06.2005 [Hipólito Puentes/Carlos Andrade] No se puede entender que
analistas políticos, periodistas, doctores, y otras denominaciones, con algunos
atributos en conocimientos versados y eruditos; muy elegantes, tanto los
señores, como las señoras; que trabajan en escritorios sobrios, recibiendo
óptimos salarios, a la hora de leer sus escritos nos dejen el sabor a
mediocridad, gastadera innecesaria de tinta, tiempo y papel. Sólo dejan clara
una cosa: Para quién trabajan.
Un caso. Los narcoparamilitares existen, porque son hijos de la oligarquía y
ésta los ampara con sus FFMM. No son otra fuerza al margen de la ley porque
no hay espacio en Colombia para tres fuerzas en confrontación militar
simultánea. Si existiera, quedaría fácilmente en medio del fuego de las dos
fuerzas enfrentadas. El narcoparamilitarismo es el esperpento más rastrero, vil
y traicionero que la oligarquía convirtió en yunque de su guerra contra el
pueblo colombiano. Algún día habrá que cobrarle esa barbarie, no con la misma
moneda sino con la Justicia Popular.
Combatir el narcoparamilitarismo es combatir con las FFMM colombianas. Los
partes de guerra de los guerrilleros revolucionarios muestran que los
narcoparamilitares son apoyados por helicópteros y aviones de guerra del
Gobierno cuando las FARC tienen posibilidades de propinarles golpes importantes.
Las FF.MM corren en su auxilio porque saben que el fuego libertario de la
guerrilla les cobraría caro las masacres con motosierra y glifosato, las
torturas, violaciones, desapariciones, el desplazamiento de campesinos, en una
palabra, todos sus crímenes de personas desarmadas, que por miles han enterrado
en Colombia.
El Ralito es sencillamente el mismo procedimiento estratégico, donde el Estado
Oficial pretende catalizar y descartar su responsabilidad ante tantos delitos
cometidos. No han mostrado al primer General de los que comandan el
narcoparamilitarismo. Como el cuento de las brujas: Que los hay, los hay. El
Estado está lavando imágenes. Está claro que Vicente Castaño, Don Berna, Mancuso
y otros que están a la vista, no son los que manejan el Ralito ni el
narcoparamilitarismo.
A nadie le cabe en la cabeza que unos recogedores de café de Amalfi en
Antioquia, como fueron los Castaño, comanden como por arte magia, las
estructuras del poder financiero mafioso colombiano. El decomiso de 15 toneladas
de cocaína, es como quitarle un pelo, a un gato. Los EEUU la compran por $ 450
millones de dólares. A esos mismos 15 mil kilos los gringos les ganan 100 mil
dólares por kilo. Y dicen quitarle un pelo, a un gato porque cada kilo por
estas tierras vale US $ 1.000. A cuánto ascenderán las utilidades dejadas por
600 toneladas vendidas cada año en EEUU?. Y la vendida en otros países?
Donde está ese dinero? Una parte en el bolsillo de atrás de don Berna, Vicente,
Mancuso o de otros 50 jefes importantes. Y el resto? Para los bancos? Políticos?
Bueno, a los militares no los contemos, porque están entro de los Jefes-Capos.
Fidel Castaño traficaba con el cartel de Medellín. Su ruta pasaba Puerto Berrío,
Segovia, Río Nechí y Río Cauca, desde los setentas. Y a finales de esta década
ya eran paramilitares de la XIV Brigada. Las primeras masacres fueron cometidas
en la vereda Río Manila en el Municipio de Remedios y en la vereda Lagartos en
el municipio de Amalfi, cerca de donde ellos nacieron. Los dos municipios son
del departamento de Antioquia.
Entre los primeros políticos de esas regiones comprometidos con paramilitares
encontramos a César Pérez García, de los liberales de Antioquia. A estas horas
quieren sacarles suertes al narcoparamilitarismo los narcoparauribistas, los
Gaviristas, los Serpistas, Samperistas y los otros que vienen a descubrir que
los cuervos que crearon les van a sacar los ojos en las elecciones. Cuándo
diablos se ha visto a un ultraderechista zapateando contra los
narcoparamilitares?
Cuando él, César Gaviria, y Rafael Pardo, su ministro de guerra, en diciembre
del año 1990 los llevaron a participar del ataque a Casa Verde, prometiendo
que en 18 meses acabarían con las FARC. En esa operación conformaron fuerzas
conjuntas con los paramilitares. Y los partes de guerra oficiales? Más tristes
que una carta de despedida. Pero curioso que ahora ese señor ya no se acuerda.
En sus partes las FFMM hacen alharaca de haber logrado éxitos contra los
narcoparamilitares. Pero es de juicio público que esas acciones son
enfrentamientos que se dan entre los carteles. En ellos los generales tienen
participación activa. Se pueden comparar los resultados obtenidos en los
combates. Las FARC han obtenido victorias más importantes que las FFMM y los
narcoparamilitares juntos.
Los éxitos de las FARC se deben a su conciencia de lucha patriótica a favor de
los pobres de Colombia; al planteamiento que reivindica la paz con justicia
social. Sus combatientes, hombres y mujeres, están dispuestos a entregar toda su
vida en defensa de los principios de la libertad, soberanía y dignidad de las
mayorías de nuestro pueblo. Por eso hasta un pequeño comando fariano está
dispuesto a combatir todo el año, así sea contra unidades de mayor tamaño.
Los cacaos de la política, la economía y los militares, aliados con los EEUU han
montado todos los planes militares para colocar bajo su control riquezas
estratégicas de interés para las multinacionales. Los planes militares de
Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe, Ataque a Casa Verde, Destructor I y II, Plan
Colombia, Plan Thánatos, Plan Patriota y el narcoparamilitarismo, servirán para
recordar el fracaso de la guerra y la ignominia del Estado contra el pueblo
colombiano.
La mentira más repasada por los medios de comunicación, intentan meter en la
cabeza de la gente que los narcoparamilitares y Uribe fueron creados para acabar
a las FARC. El Ralito es otro símbolo del fracaso de las FFMM y del núcleo del
poder del Estado colombiano aliado a los norteamericanos. Y como todo el que
cría cuervos, van a tener su merecido.
El Ralito es sencillamente el mismo procedimiento estratégico, donde el Estado
Oficial pretende catalizar y descartar su responsabilidad ante tantos delitos
cometidos. No han mostrado al primer General de los que comandan el
narcoparamilitarismo. Como el cuento de las brujas: Que los hay, los hay. El
Estado está lavando imágenes. Está claro que Vicente Castaño, Don Berna, Mancuso
y otros que están a la vista, no son los que manejan el Ralito ni el
narcoparamilitarismo, escriben los analistas de la realidad colombiana, Puentes
y Andrade.
25.06.2005 [Hipólito Puentes/Carlos Andrade] No se puede entender que
analistas políticos, periodistas, doctores, y otras denominaciones, con algunos
atributos en conocimientos versados y eruditos; muy elegantes, tanto los
señores, como las señoras; que trabajan en escritorios sobrios, recibiendo
óptimos salarios, a la hora de leer sus escritos nos dejen el sabor a
mediocridad, gastadera innecesaria de tinta, tiempo y papel. Sólo dejan clara
una cosa: Para quién trabajan.
Un caso. Los narcoparamilitares existen, porque son hijos de la oligarquía y
ésta los ampara con sus FFMM. No son otra fuerza al margen de la ley porque
no hay espacio en Colombia para tres fuerzas en confrontación militar
simultánea. Si existiera, quedaría fácilmente en medio del fuego de las dos
fuerzas enfrentadas. El narcoparamilitarismo es el esperpento más rastrero, vil
y traicionero que la oligarquía convirtió en yunque de su guerra contra el
pueblo colombiano. Algún día habrá que cobrarle esa barbarie, no con la misma
moneda sino con la Justicia Popular.
Combatir el narcoparamilitarismo es combatir con las FFMM colombianas. Los
partes de guerra de los guerrilleros revolucionarios muestran que los
narcoparamilitares son apoyados por helicópteros y aviones de guerra del
Gobierno cuando las FARC tienen posibilidades de propinarles golpes importantes.
Las FF.MM corren en su auxilio porque saben que el fuego libertario de la
guerrilla les cobraría caro las masacres con motosierra y glifosato, las
torturas, violaciones, desapariciones, el desplazamiento de campesinos, en una
palabra, todos sus crímenes de personas desarmadas, que por miles han enterrado
en Colombia.
El Ralito es sencillamente el mismo procedimiento estratégico, donde el Estado
Oficial pretende catalizar y descartar su responsabilidad ante tantos delitos
cometidos. No han mostrado al primer General de los que comandan el
narcoparamilitarismo. Como el cuento de las brujas: Que los hay, los hay. El
Estado está lavando imágenes. Está claro que Vicente Castaño, Don Berna, Mancuso
y otros que están a la vista, no son los que manejan el Ralito ni el
narcoparamilitarismo.
A nadie le cabe en la cabeza que unos recogedores de café de Amalfi en
Antioquia, como fueron los Castaño, comanden como por arte magia, las
estructuras del poder financiero mafioso colombiano. El decomiso de 15 toneladas
de cocaína, es como quitarle un pelo, a un gato. Los EEUU la compran por $ 450
millones de dólares. A esos mismos 15 mil kilos los gringos les ganan 100 mil
dólares por kilo. Y dicen quitarle un pelo, a un gato porque cada kilo por
estas tierras vale US $ 1.000. A cuánto ascenderán las utilidades dejadas por
600 toneladas vendidas cada año en EEUU?. Y la vendida en otros países?
Donde está ese dinero? Una parte en el bolsillo de atrás de don Berna, Vicente,
Mancuso o de otros 50 jefes importantes. Y el resto? Para los bancos? Políticos?
Bueno, a los militares no los contemos, porque están entro de los Jefes-Capos.
Fidel Castaño traficaba con el cartel de Medellín. Su ruta pasaba Puerto Berrío,
Segovia, Río Nechí y Río Cauca, desde los setentas. Y a finales de esta década
ya eran paramilitares de la XIV Brigada. Las primeras masacres fueron cometidas
en la vereda Río Manila en el Municipio de Remedios y en la vereda Lagartos en
el municipio de Amalfi, cerca de donde ellos nacieron. Los dos municipios son
del departamento de Antioquia.
Entre los primeros políticos de esas regiones comprometidos con paramilitares
encontramos a César Pérez García, de los liberales de Antioquia. A estas horas
quieren sacarles suertes al narcoparamilitarismo los narcoparauribistas, los
Gaviristas, los Serpistas, Samperistas y los otros que vienen a descubrir que
los cuervos que crearon les van a sacar los ojos en las elecciones. Cuándo
diablos se ha visto a un ultraderechista zapateando contra los
narcoparamilitares?
Cuando él, César Gaviria, y Rafael Pardo, su ministro de guerra, en diciembre
del año 1990 los llevaron a participar del ataque a Casa Verde, prometiendo
que en 18 meses acabarían con las FARC. En esa operación conformaron fuerzas
conjuntas con los paramilitares. Y los partes de guerra oficiales? Más tristes
que una carta de despedida. Pero curioso que ahora ese señor ya no se acuerda.
En sus partes las FFMM hacen alharaca de haber logrado éxitos contra los
narcoparamilitares. Pero es de juicio público que esas acciones son
enfrentamientos que se dan entre los carteles. En ellos los generales tienen
participación activa. Se pueden comparar los resultados obtenidos en los
combates. Las FARC han obtenido victorias más importantes que las FFMM y los
narcoparamilitares juntos.
Los éxitos de las FARC se deben a su conciencia de lucha patriótica a favor de
los pobres de Colombia; al planteamiento que reivindica la paz con justicia
social. Sus combatientes, hombres y mujeres, están dispuestos a entregar toda su
vida en defensa de los principios de la libertad, soberanía y dignidad de las
mayorías de nuestro pueblo. Por eso hasta un pequeño comando fariano está
dispuesto a combatir todo el año, así sea contra unidades de mayor tamaño.
Los cacaos de la política, la economía y los militares, aliados con los EEUU han
montado todos los planes militares para colocar bajo su control riquezas
estratégicas de interés para las multinacionales. Los planes militares de
Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe, Ataque a Casa Verde, Destructor I y II, Plan
Colombia, Plan Thánatos, Plan Patriota y el narcoparamilitarismo, servirán para
recordar el fracaso de la guerra y la ignominia del Estado contra el pueblo
colombiano.
La mentira más repasada por los medios de comunicación, intentan meter en la
cabeza de la gente que los narcoparamilitares y Uribe fueron creados para acabar
a las FARC. El Ralito es otro símbolo del fracaso de las FFMM y del núcleo del
poder del Estado colombiano aliado a los norteamericanos. Y como todo el que
cría cuervos, van a tener su merecido.
1 comentario
camilo andres -