Y se pronunció, la dignidad venezolana
Y se pronunció, la dignidad venezolana
Hugo Chávez, a nombre del pueblo venezolano, ha mandado un mensaje claro de que
aquí no se pisotea la soberanía así no más, cual pirata Morgan asaltando y
haciendo pillaje. A lo de Uribe y Bush se le llama política de alianza
estratégica para América Latina, que significa buscar la derrota de la
insurgencia colombiana, contención de la oposición y agresiones a la República
soberana Bolivariana.
18.01.2005 [Olafo Montalbán/ANNCOL/www.anncol.org] Todos los diarios
venezolanos de esta semana, los corporativos El Nacional y El Mundo como los
regionales y alternativos registraron el pronunciamiento del presidente
Bolivariano Hugo Chàvez ante la Asamblea Nacional, sobre el secuestro en Caracas
el mes pasado de Rodrigo Granda (Ricardo Gonzalez), vocero internacional de las
FARC.
Respondiendo con dignidad y aferrado al derecho internacional, a la afrenta y
provocación del gobierno encabezado por Uribe Vélez quien sigue sosteniendo, de
forma arrogante, que se abroga el derecho de “capturar”
“terroristas” en otros países así tenga que saltarse la legalidad
internacional. Chávez ha sostenido la postura de defensa de la soberanía de
Venezuela, y ha replicado a su homólogo colombiano diciendo: “Parece que
el gobierno (colombiano) defiende la aberración cometida.
Si Colombia tiene conocimiento de que aquí vive o esta de tránsito cualquier
persona solicitada, está obligado a solicitar a Venezuela el procedimiento
respectivo. Ojalá rectifiquen”, afirmó Chávez en su intervención. Nada más
esperado, y qué diferencia con el tratamiento que le dio hace un año la
marioneta Lucio Gutierrez, presidente de Ecuador, al caso de Simón Trinidad,
igualmente secuestrado por agentes de la CIA en combinación con el aparato
policial colombiano y entregado posteriormente al imperio del norte.
Las implicaciones y consecuencias diplomáticas y jurídicas que provocó el
secuestro de Rodrigo Granda, no se han dejado esperar. “Suspendidos los
acuerdos comerciales con Colombia”, era el titular de Panorama. “No
regresará” (a Bogotá embajador de Venezuela), decía en primera página el
Diario Vea. “Gobierno (venezolano) aprieta tuercas a Colombia”,
decía Ultimas Noticias. “Chávez exige disculpas a Uribe”, pregonaba
El Universal.
El hecho, como se ha visto, se ha convertido no solo en escándalo sino en motivo
de ruptura diplomática y comercial, algo insólito en la historia de las dos
repúblicas hermanas. Más, cuando lo primero que hizo el establecimiento
colombiano y sus voceros el día que el Granda fue mostrado ente las cámaras de
TV en Bogotá esposado, fue empezar a desinformar y contradecirse. Quedando claro
que Uribe, como su tutor Bush, mintió y sigue haciéndolo sin miramiento alguno.
Si el uno mintió sobre armas de destrucción masiva, como una de las
justificaciones para invadir y atacar a Irak, ¿por qué no podría éste, un simple
presidente tutelado y cliente de Estados Unidos, mentir y violar la soberanía de
Venezuela, y de paso agitar las aguas y calentar las fronteras del vecino que
lleva a cabo un programa y un proceso de transformación política y social que lo
ha convertido en enemigo del imperio del Norte? A lo de Uribe y Bush se le llama
política de alianza estratégica para América Latina, que significa buscar la
derrota de la insurgencia colombiana, contención de la oposición y agresiones a
la República soberana Bolivariana.
Por eso es acertada la respuesta de Chávez, porque necesita poner orden en las
relaciones internacionales, hacerle frente como cabeza de estado a la afrenta de
un gobierno agresivo y un peligro para la estabilidad y seguridad hemisférica.
“Triste sería que un gobierno de nuestra América asuma la misma actitud
que Estados Unidos que se considera con derecho a invadir otras naciones”,
afirmó Hugo Chávez ante la Asamblea Nacional.
El pronunciamiento de Chávez sobre el secuestro de un revolucionario colombiano
en territorio venezolano, llamando los militares y policías implicados de
traidores a la patria, y solicitándole a Uribe que se disculpe, es
importantísimo y oportuno porque aclara dos asuntos fundamentales.
Por un lado, demuestra que asume como cabeza del ejecutivo venezolano la defensa
la soberanía de la República Bolivariana. Constantemente asediada por una
potencia que no disimula, por el contrario se lanza (Irak, Afganistán, Siria,
Medio Oriente, Corea del Norte, Irán, Cuba, etc), a la conquista. Y por el otro,
responde al llamado de los pueblos, del secretariado de las FARC, intelectuales
antiimperialistas y movimientos populares, sobre la necesidad de esclarecer las
responsabilidades y establecer la verdad detrás del secuestro de un vocero de
las FARC.
Con ello ha conseguido no solo fortalecer la unidad de los pueblos en su lucha
por la soberanía y resistencia contra el imperialismo, sino aumentar la
solidaridad y apoyo que viene dándole el movimiento antiimperialista al gobierno
Bolivariano y al pueblo venezolano en la conquista de una sociedad
verdaderamente digna, justa y soberana.
Esta fuera de duda que el gobierno de Colombia viola la soberanía de otros
países cuando afirma que esta pagando a mercenarios y caza recompensas para que
capturen colombianos en otros países vecinos. Esto se ha presentado no solo en
el caso de Rodrigo Granda, Simón Trinidad y Pedro Jaime Mosquera, sino en otros
casos más. Y un gobierno que practica el pillaje contra sus vecinos, de lo cual
hace gala el aspirante a cola de ratón de la Casa de Nariño, no merece más que
el repudio y aislamiento de los pueblos y gobiernos soberanos del mundo.
Aunque muchos habían denunciado desde el mismo día (Carlos Lozano del semanario
Voz, Anncol, Pascual Serrano de Rebelión, el escritor colombiano Hernando Calvo,
colectivos venezolanos y otros) que Rodrigo Granda fue sacado por la fuerza de
una cafetería de Caracas el pasado 13 de Diciembre por agentes de la policía y
la guardia venezolana, para ser entregado a la policía colombiana, pocos
imaginamos el dramático desenlace que ha adquirido este caso. Y lo que quiere el
mandatario Bolivariano, ante todo, es evitar que esto se convierta en la
“ley de la selva”. Y con toda razón. El mundo no necesita más
guerras, le sobran.
Este secuestro, no se lo imaginaba ni el gobierno vende patria colombiano ni la
oligarquía conspiradora y terrorista venezolana que se pasea por las calles de
Bogotá protegida por la policía de Uribe, se ha convertido en una verdadera papa
caliente. Uribe no solo se desacredita y desgasta, sino que el repudio mundial a
su gobierno crece día a día. Mientras, las manifestaciones de solidaridad no
solo con el gobierno Bolivariano, sino con Rodrigo Granda mismo van en aumento.
Como lo demuestra la concentración que se llevó a cabo el lunes 17 de enero a
las 9am en la Plaza Bolívar de Caracas para entregar una carta a la cancillería
pidiéndole que Granda sea repatriado a Venezuela.
La prensa colombiana, El Tiempo (15 enero), como siempre haciendo eco de las
mentiras de Uribe y transmitiendo la animadversión de la oligarquía colombiana
hacia el ejecutivo venezolano, decía como titular “Presidente Uribe
ofrece a su homólogo venezolano discutir crisis diplomática en cumbre
presidencial”. Y más abajo remata, “Propone (Uribe) que el encuentro
cara a cara se amplíe al debate de temas como la lucha contra el terrorismo y el
fortalecimiento del comercio bilateral”. La llamada “lucha contra el
terrorismo”, es precisamente uno de los puntos de fuerte contradicción
entre los dos gobiernos.
Uribe lo concibe y aplica de acuerdo a los planes imperialistas que han sido
diseñados para el continente: lucha “antiterrorista”, Plan Patriota,
Ejércitos continentales, entrega de la soberanía de las naciones a la tutela de
Washington, TLC, ALCA, e implementación del neoliberalismo. Objetivos para los
cuales requiere acabar con quienes se oponen a sus planes. De allí que siga el
mismo modelo, a nivel regional, el mismo lenguaje y herramientas
(encarcelamiento de la oposición, asesinatos selectivos, masacres, secuestros en
países vecinos) que Estados Unidos aplica en Irak, Guantánamo, Afganistán, etc.
No sabemos hacia dónde seguirá esta crisis. Lo que si es cierto, es que el
pronunciamiento del mandatario Bolivariano Hugo Chávez, a nombre del pueblo
venezolano, ha mandado un mensaje claro de que aquí no se pisotea la soberanía
así no más, cual pirata Morgan asaltando y haciendo pillaje. Y tampoco va a
funcionar pagarle a Judas para que sigan entregando luchadores y revolucionarios
al cadalso imperial. El movimiento bolivariano continental, y los movimientos
mundiales de solidaridad se han pronunciado y han empezado a cerrar filas en
torno a la defensa de Venezuela, y al apoyo a los revolucionarios secuestrados y
extraditados.
Ninguna revolución ha estado sola jamás, lo saben bien Cuba y Venezuela.
Hugo Chávez, a nombre del pueblo venezolano, ha mandado un mensaje claro de que
aquí no se pisotea la soberanía así no más, cual pirata Morgan asaltando y
haciendo pillaje. A lo de Uribe y Bush se le llama política de alianza
estratégica para América Latina, que significa buscar la derrota de la
insurgencia colombiana, contención de la oposición y agresiones a la República
soberana Bolivariana.
18.01.2005 [Olafo Montalbán/ANNCOL/www.anncol.org] Todos los diarios
venezolanos de esta semana, los corporativos El Nacional y El Mundo como los
regionales y alternativos registraron el pronunciamiento del presidente
Bolivariano Hugo Chàvez ante la Asamblea Nacional, sobre el secuestro en Caracas
el mes pasado de Rodrigo Granda (Ricardo Gonzalez), vocero internacional de las
FARC.
Respondiendo con dignidad y aferrado al derecho internacional, a la afrenta y
provocación del gobierno encabezado por Uribe Vélez quien sigue sosteniendo, de
forma arrogante, que se abroga el derecho de “capturar”
“terroristas” en otros países así tenga que saltarse la legalidad
internacional. Chávez ha sostenido la postura de defensa de la soberanía de
Venezuela, y ha replicado a su homólogo colombiano diciendo: “Parece que
el gobierno (colombiano) defiende la aberración cometida.
Si Colombia tiene conocimiento de que aquí vive o esta de tránsito cualquier
persona solicitada, está obligado a solicitar a Venezuela el procedimiento
respectivo. Ojalá rectifiquen”, afirmó Chávez en su intervención. Nada más
esperado, y qué diferencia con el tratamiento que le dio hace un año la
marioneta Lucio Gutierrez, presidente de Ecuador, al caso de Simón Trinidad,
igualmente secuestrado por agentes de la CIA en combinación con el aparato
policial colombiano y entregado posteriormente al imperio del norte.
Las implicaciones y consecuencias diplomáticas y jurídicas que provocó el
secuestro de Rodrigo Granda, no se han dejado esperar. “Suspendidos los
acuerdos comerciales con Colombia”, era el titular de Panorama. “No
regresará” (a Bogotá embajador de Venezuela), decía en primera página el
Diario Vea. “Gobierno (venezolano) aprieta tuercas a Colombia”,
decía Ultimas Noticias. “Chávez exige disculpas a Uribe”, pregonaba
El Universal.
El hecho, como se ha visto, se ha convertido no solo en escándalo sino en motivo
de ruptura diplomática y comercial, algo insólito en la historia de las dos
repúblicas hermanas. Más, cuando lo primero que hizo el establecimiento
colombiano y sus voceros el día que el Granda fue mostrado ente las cámaras de
TV en Bogotá esposado, fue empezar a desinformar y contradecirse. Quedando claro
que Uribe, como su tutor Bush, mintió y sigue haciéndolo sin miramiento alguno.
Si el uno mintió sobre armas de destrucción masiva, como una de las
justificaciones para invadir y atacar a Irak, ¿por qué no podría éste, un simple
presidente tutelado y cliente de Estados Unidos, mentir y violar la soberanía de
Venezuela, y de paso agitar las aguas y calentar las fronteras del vecino que
lleva a cabo un programa y un proceso de transformación política y social que lo
ha convertido en enemigo del imperio del Norte? A lo de Uribe y Bush se le llama
política de alianza estratégica para América Latina, que significa buscar la
derrota de la insurgencia colombiana, contención de la oposición y agresiones a
la República soberana Bolivariana.
Por eso es acertada la respuesta de Chávez, porque necesita poner orden en las
relaciones internacionales, hacerle frente como cabeza de estado a la afrenta de
un gobierno agresivo y un peligro para la estabilidad y seguridad hemisférica.
“Triste sería que un gobierno de nuestra América asuma la misma actitud
que Estados Unidos que se considera con derecho a invadir otras naciones”,
afirmó Hugo Chávez ante la Asamblea Nacional.
El pronunciamiento de Chávez sobre el secuestro de un revolucionario colombiano
en territorio venezolano, llamando los militares y policías implicados de
traidores a la patria, y solicitándole a Uribe que se disculpe, es
importantísimo y oportuno porque aclara dos asuntos fundamentales.
Por un lado, demuestra que asume como cabeza del ejecutivo venezolano la defensa
la soberanía de la República Bolivariana. Constantemente asediada por una
potencia que no disimula, por el contrario se lanza (Irak, Afganistán, Siria,
Medio Oriente, Corea del Norte, Irán, Cuba, etc), a la conquista. Y por el otro,
responde al llamado de los pueblos, del secretariado de las FARC, intelectuales
antiimperialistas y movimientos populares, sobre la necesidad de esclarecer las
responsabilidades y establecer la verdad detrás del secuestro de un vocero de
las FARC.
Con ello ha conseguido no solo fortalecer la unidad de los pueblos en su lucha
por la soberanía y resistencia contra el imperialismo, sino aumentar la
solidaridad y apoyo que viene dándole el movimiento antiimperialista al gobierno
Bolivariano y al pueblo venezolano en la conquista de una sociedad
verdaderamente digna, justa y soberana.
Esta fuera de duda que el gobierno de Colombia viola la soberanía de otros
países cuando afirma que esta pagando a mercenarios y caza recompensas para que
capturen colombianos en otros países vecinos. Esto se ha presentado no solo en
el caso de Rodrigo Granda, Simón Trinidad y Pedro Jaime Mosquera, sino en otros
casos más. Y un gobierno que practica el pillaje contra sus vecinos, de lo cual
hace gala el aspirante a cola de ratón de la Casa de Nariño, no merece más que
el repudio y aislamiento de los pueblos y gobiernos soberanos del mundo.
Aunque muchos habían denunciado desde el mismo día (Carlos Lozano del semanario
Voz, Anncol, Pascual Serrano de Rebelión, el escritor colombiano Hernando Calvo,
colectivos venezolanos y otros) que Rodrigo Granda fue sacado por la fuerza de
una cafetería de Caracas el pasado 13 de Diciembre por agentes de la policía y
la guardia venezolana, para ser entregado a la policía colombiana, pocos
imaginamos el dramático desenlace que ha adquirido este caso. Y lo que quiere el
mandatario Bolivariano, ante todo, es evitar que esto se convierta en la
“ley de la selva”. Y con toda razón. El mundo no necesita más
guerras, le sobran.
Este secuestro, no se lo imaginaba ni el gobierno vende patria colombiano ni la
oligarquía conspiradora y terrorista venezolana que se pasea por las calles de
Bogotá protegida por la policía de Uribe, se ha convertido en una verdadera papa
caliente. Uribe no solo se desacredita y desgasta, sino que el repudio mundial a
su gobierno crece día a día. Mientras, las manifestaciones de solidaridad no
solo con el gobierno Bolivariano, sino con Rodrigo Granda mismo van en aumento.
Como lo demuestra la concentración que se llevó a cabo el lunes 17 de enero a
las 9am en la Plaza Bolívar de Caracas para entregar una carta a la cancillería
pidiéndole que Granda sea repatriado a Venezuela.
La prensa colombiana, El Tiempo (15 enero), como siempre haciendo eco de las
mentiras de Uribe y transmitiendo la animadversión de la oligarquía colombiana
hacia el ejecutivo venezolano, decía como titular “Presidente Uribe
ofrece a su homólogo venezolano discutir crisis diplomática en cumbre
presidencial”. Y más abajo remata, “Propone (Uribe) que el encuentro
cara a cara se amplíe al debate de temas como la lucha contra el terrorismo y el
fortalecimiento del comercio bilateral”. La llamada “lucha contra el
terrorismo”, es precisamente uno de los puntos de fuerte contradicción
entre los dos gobiernos.
Uribe lo concibe y aplica de acuerdo a los planes imperialistas que han sido
diseñados para el continente: lucha “antiterrorista”, Plan Patriota,
Ejércitos continentales, entrega de la soberanía de las naciones a la tutela de
Washington, TLC, ALCA, e implementación del neoliberalismo. Objetivos para los
cuales requiere acabar con quienes se oponen a sus planes. De allí que siga el
mismo modelo, a nivel regional, el mismo lenguaje y herramientas
(encarcelamiento de la oposición, asesinatos selectivos, masacres, secuestros en
países vecinos) que Estados Unidos aplica en Irak, Guantánamo, Afganistán, etc.
No sabemos hacia dónde seguirá esta crisis. Lo que si es cierto, es que el
pronunciamiento del mandatario Bolivariano Hugo Chávez, a nombre del pueblo
venezolano, ha mandado un mensaje claro de que aquí no se pisotea la soberanía
así no más, cual pirata Morgan asaltando y haciendo pillaje. Y tampoco va a
funcionar pagarle a Judas para que sigan entregando luchadores y revolucionarios
al cadalso imperial. El movimiento bolivariano continental, y los movimientos
mundiales de solidaridad se han pronunciado y han empezado a cerrar filas en
torno a la defensa de Venezuela, y al apoyo a los revolucionarios secuestrados y
extraditados.
Ninguna revolución ha estado sola jamás, lo saben bien Cuba y Venezuela.
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