CONCLUSIONES DEL SEXTO PLENO DE LA DIRECCION NACIONAL DEL ELN
LA UNIDAD
Revista de la Dirección Nacional del ELN de Colombia
Octubre de 2004.
CONCLUSIONES DEL SEXTO PLENO DE LA DIRECCION NACIONAL DEL ELN
CONTENIDO:
- Presentación
- Hegemonía e imperialismo
- Oposición al continuismo y a la crisis social
- Declaración política
- Un camino nacional y popular para resolver la crisis
- El pensamiento del ELN
- Cartas
PRESENTACIÓN
Cada cuatro años se reúne la comandancia del Ejército de Liberación Nacional y en esta oportunidad el Pleno llevó el nombre, ELN, cuarenta años de lucha y esperanzas. De sus deliberaciones quedan las Conclusiones que ahora entregamos a ustedes, en la expectativa de poder recoger las opiniones que ellas les merezcan.
Al principio encontrarán análisis de la situación mundial y de Colombia en los artículos,Hegemonía e imperialismo y Oposición al continuismo y a la crisis social. Enseguida, en la Declaración Política y en Un camino nacional y popular para resolver la crisis están las propuestas que este Sexto pleno de la Dirección Nacional le hace al país.
Para cerrar estas Conclusiones hallarán las tesis sobre El pensamiento del ELN, en las que se hace una breve reseña de las reflexiones que está haciendo la dirección Elena en esta materia. Al final, en la sección Cartas están los distintos mensajes que este Pleno le envía al Secretariado de las FARC, a los hermanos de lucha y amigos de todo el mundo, y a los prisioneros políticos.
En estas Conclusiones se amplía el espíritu del Sexto Pleno, el cual se halla sintetizado en las siguientes consignas, que se agitaron en todos los días de sesión:
Alerta Colombia, alerta que camina, la espada de Bolívar, por América Latina
Cuarenta años resistiendo, venceremos.
HEGEMONÍA E IMPERIALISMO
Hace 55 años el Señor George Kennan -Director del Departamento de Estado Planificación Política de Estados Unidos, en 1948 afirmó:
"Tenemos aproximadamente el 60 por ciento de las riquezas del mundo, pero sólo el 6,3 por ciento de su población. En estas circunstancias no podemos dejar de ser objeto de envidia y de resentimiento. Nuestra verdadera tarea para los años venideros es crear un modelo de relaciones que nos permita mantener esta disparidad.
Era en ese entonces, hoy es cerca del 75 por ciento.
El mercado mundial es insuficiente para continuar con su crecimiento descomunal las transnacionales de bandera gringa, quienes se han ido apropiando del mercado gracias al avance tecnológico, son las más favorecidas por la acumulación de capital logrado en la expropiación y, sobre todo, por la imposición imperial aprovechando la condición de súper potencia única. El botín para nuevos repartos del mundo no está agotado. Aún existen importantes reservas extranjeras en Asia, África y América Latina que son motivo de codicia y apropiación por parte de los EEUU, la Unión Europea (UE) y el Japón.
El actual reparto del mundo es un freno molesto al desarrollo de sus transnacionales que hoy exigen nuevas condiciones para continuar el crecimiento desbocado. El orden internacional a pesar de ser favorable en muchos aspectos no satisface los propósitos expansionistas a mediano plazo. Cada vez es más frecuente que cuando un organismo internacional no se pliega totalmente a sus intereses lo desconoce, como acaba de ocurrir con la ONU en la última guerra invasora de Irak.
La estrategia de los EEUU a nivel mundial se expresa en torno a tres (3) propósitos: impedir el surgimiento de otra súper potencia competidora, establecer las condiciones favorables al desarrollo sin límite de sus transnacionales y conservar el poderío militar que le permita concretar los dos primeros cometidos.
Lo que se está dando actualmente en el mundo expresado en las agresiones militares, los chantajes políticos y sobornos económicos, y la violación a la institucionalidad internacional construida durante varios años, es resultado de la estrategia imperialista en marcha.
Así las cosas, la hegemonía imperialista buscó el control de la economía capitalista mundial y sus trasnacionales, el control público de los Estados, la imposición de sus leyes por encima al ordenamiento jurídico internacional y la agresión militar como forma superior de imposición del terror sobre los pueblos y naciones.
De acuerdo con esta estrategia las prioridades del imperialismo están desplazadas hacia el Asia y el Oriente Medio. En la línea de atajar el desarrollo de China como la nueva súper potencia del siglo XXI, controlar el desarrollo de las transnacionales europeas y evitar que la UE se convierta en otra potencia que le haga competencia.
No es gratuito que los EEUU cacen camorra a Corea del Norte fronteriza con China, hayan invadido a Afganistán y establezcan bases militares en los países vecinos de la ex-Unión Soviética. Estos movimientos le dan ventaja estratégica sobre su potencial enemigo al colocarse en sus fronteras y apropiarse de los recursos energéticos de los países vecinos y sobre todo del oleoducto trascaucásico por donde pasa cerca del 35 por ciento del petróleo mundial.
Las guerras en el Oriente Medio hay que mirarlas dentro de tres (3) aristas: la una, reforzar el poderío y expansión de Israel, su principal aliado y contener las luchas de los pueblos árabes. La otra es el control de más del 66 por ciento de las reservas mundiales de petróleo ubicadas en la región (que es la principal) y la tercera, estrechar, arrebatarle mercados a la UE y obstaculizar el posicionamiento del euro como moneda de las transacciones petroleras, que ya empezaba a darse.
Si bien los planes de Bush pretendían fortalecerse con la invasión a Irak, al igual que a las trasnacionales norteamericanas, el tiro le salio por la culata: el imperialismo enfrenta el mayor reto militar en su historia agresora y no es exagerado afirmar que en Irak viene sufriendo pérdidas similares a las de Vietnam. Los norteamericanos exigen de manera creciente el retiro de las tropas de suelo Iraquí y la mayoría que acompaña al candidato demócrata John Kerry no es tanto por legitimidad de su propuesta de gobierno (que en lo interno poco se diferencia de la republicana), sino por su compromiso de bajarle intensidad al discurso guerrerista de Bush. Irak es un polvorín y una daga clavada en el corazón de la campaña reeleccionista Republicana.
No obstante, luego de la Convención de los Republicanos (1 al 3 de septiembre del 2004), donde se respaldó a Bush como candidato del partido para enfrentar a Ferry, se notó un importante avance conservador en las diversas encuestas realizadas.
Es de esperar que la balanza se incline finalmente por el candidato que no solo interpreta la opinión mayoritaria del pueblo norteamericano en contra de la guerra, sino que garantice la estabilidad económica y los derechos civiles, bastiones determinantes en el pensamiento político norteamericano.
Si tenemos en cuenta que en la década del 90 del pasado siglo se nos quiso imponer el neoliberalismo como condición sin la cual no era posible el desarrollo de los países hoy, años después, podemos afirmar que este fracasó como proyecto de construcción de humanidad, sumió a la mayoría de los pueblos del mundo en formas de vida propias de la edad media. Pese a ello, el neoliberalismo sigue siendo el modelo de dominación predominante a nivel mundial, por tanto la lucha diaria y continua de los pueblos y naciones contra este perverso enemigo es la clave de próximas victorias.
Contradicciones con la Unión Europea
Lo anterior explica en buena parte la posición de algunos países industrializados amigos de los EEUU que rechazaron la guerra a Irak. Francia, Alemania, Canadá y Bélgica, además de Rusia y China hicieron quedar en minoría en el Consejo de Seguridad de la ONU la propuesta de los EEUU pidiendo el aval para declarar la guerra.
Después del triunfo de Rodríguez Zapatero en España y el regreso a casa de los militares españoles enviados por el anterior gobierno de Aznar, se han desencadenado una serie de sucesos que demuestran definitivamente que Europa está dividida respecto al respaldo de la ocupación: de un lado, el eje Gran Bretaña, Italia y Polonia insisten legitimar con su presencia la intervención, mientras del otro, España, Alemania y Francia lideraron la propuesta que las fuerzas invasoras imperialistas salgan de Irak y sean reemplazadas por fuerzas de la ONU. Es claro que esta tampoco es la solución. Las fuerzas patrióticas Iraquíes que luchan con las armas en la mano exigen el retiro inmediato e incondicional de las fuerzas invasoras, así también rechazan por incondicional, ilegitimo y vasallo al nuevo gobierno posesionado hace poco, el cual no es más que un comodín, títere de los intereses del imperialismo.
Si bien los organismos internacionales como la ONU y la OEA son instrumentos para la legitimación de las políticas imperialistas a nivel mundial la primera y en América Latina y el Caribe la segunda, esto no invalida la importancia de la presencia política de los países del tercer mundo en ellas. La ONU, por fuera del Consejo de Seguridad deliberó soberanamente en su Asamblea Anual produciendo hechos políticos relevantes como la condena al bloqueo imperialista a Cuba, la condena al racismo y el apartheid en el África, el capítulo sobre derechos humanos donde se ha condenado sucesivamente al Estado colombiano, el apoyo a los países más pobres en su lucha por un mercado más justo.
Europa y Latinoamérica
Tradicionalmente los países europeos han tenido sus ojos puestos en África, Medio Oriente y Europa Oriental. Latinoamérica no ha estado dentro de sus prioridades; los asuntos relacionados con este continente los han dejado al manejo de España, sin que sea exclusivo.
Es en los últimos años que algunos países europeos se han venido metiendo con más interés en Latinoamérica. La Unión Europea en la nueva etapa, afanada en consolidar el mercado único y afianzar su condición de potencia económica, está intensificando sus actividades para lograr acuerdos comerciales, avanzado con México y su interés mayor está en el sur de continente, por lo cual está contribuyendo a que el acuerdo de MERCOSUR se consolide como espacio para concertar los negocios.
La presencia de la Unión Europea en el continente ha generado ciertos celos de los Estados Unidos que ve cómo expande su influencia comercial, cubriendo espacios que ellos antes tenían y sin que sean fruto de rechazo hostil de las comunidades. El Plan Colombia o Iniciativa Andina está dirigido sobre todo a recuperar los espacios perdidos y posesionarse en Suramérica para hacer florecer sus transnacionales y restringir la ingerencia de los capitales europeos.
Manifestaciones en el Continente
Latinoamérica y el Caribe están incluidos en los planes del imperialismo a nivel mundial, como su patio trasero, afianzándolo como mercado cautivo y ventaja geoestratégica. Entre las otras prioridades está impedir el desarrollo de Cuba socialista y frenar a las fuerzas libertarias que resurgen en el continente, el proceso bolivariano venezolano, las expresiones políticas soberanas de los gobiernos de Brasil y Argentina, el fortalecimiento de las fuerzas sociales en el continente y la insurgencia colombiana.
El Plan Colombia de esencia agresiva, rebautizado como Plan Andino, junto al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) constituyen las dos patas de la tenaza con que el imperialismo pretende aplastar a los pueblos e imponer la nueva colonización del siglo veintiuno, apoyado por las oligarquías lacayas del continente. El gobierno colombiano es aliado de los planes imperialistas y cabeza de playa para Sudamérica. Dentro de este papel el presidente Uribe prepara las condiciones para la guerra, reclama insistentemente fuerzas de ocupación para el país y presiona a los países vecinos para que se vinculen al conflicto interno.
Colombia es un caso especial debido a la crisis de gobernabilidad y las características de un conflicto en el que convergen distintos factores, y desde luego tiene sus incidencias sobre el resto de países que tienen iguales o relacionadas problemáticas.
En ese sentido el papel que actualmente cumple el gobierno de Lucio Gutiérrez en Ecuador es particularmente funesto. El carácter incondicional del gobierno ecuatoriano respecto al apoyo al Plan Colombia y a las medidas guerreristas de Uribe, proyectan al Ecuador para su deshonra, como un país que pisotea la tradicional soberanía que ha demostrado a través de su historia en lo que respecta al no involucramiento en el conflicto interno en nuestro país.
La estrategia para el reforzamiento del control de Latinoamérica está enmarcada dentro de los planes del NAFTA, ALCA y Puebla-Panamá que aparecen como acuerdos comerciales pero detrás de ellos se esconden cláusulas que le garantizan el control económico y político al imperialismo, sobre los países y la soberanía de los mismos.
Pero además acelera las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral de libre comercio (de anexión a los EEUU), a espalda de los colombianos, debilitando la posición de algunos gobiernos que se oponen o plantean negociar como bloque de países.
El lacayismo e incondicionalidad de Uribe Vélez con los planes agresivos de Bush, no tienen límite. Conjuntamente con los gobiernos de Nicaragua, El Salvador y Honduras fueron los únicos que, en Latinoamérica y el Caribe, públicamente se adhirieron a la guerra de agresión contra Irak, respaldaron el desconocimiento de la ONU, del Consejo de Seguridad y apoyaron la violación del Derecho Internacional.
El gobierno de los EEUU sufre la presión de sectores de opinión que cuestionan el apoyo que le brinda al gobierno colombiano comprometido en escándalos de narcotráfico y sobre todo violador de los derechos humanos. Estas dos circunstancias hacen que no contemplen, por el momento, el involucrarse en la guerra con el despliegue de sus tropas, aún cuando no hay que ignorar la creciente presencia de soldados gringos en el país y de fuerzas mercenarias camufladas como empresas contratistas civiles.
El apoyo fundamental que viene recibiendo el gobierno colombiano de los EEUU es ayuda en recursos bélicos, capacitación militar, entrenamiento, inteligencia y apoyos especializados. Esto puede variar de acuerdo al escalonamiento y equilibrio de las fuerzas confrontadas.
La implementación del Plan Colombia ha suscitado serias contradicciones al interior de las propias instituciones norteamericanas. Diversos parlamentarios demócratas, ONG, las Iglesias Reformadas, intelectuales como Chomsky y Petras, sectores sociales y sindicales, se oponen abiertamente al apoyo del Estado y el gobierno colombiano por violador de los Derechos Humanos y por ser permisivo con el fenómeno del narcotráfico.
No debemos olvidar las tenazas militares que se cierran sobre el continente a través de las bases militares como la de Manta (Ecuador), las ubicadas en las Antillas Menores y en la Patagonia (Argentina)
Tendencias en nuestra América
Nos encontramos en un período político trascendental en el contexto general mundial caracterizado por: Implementación y generalización de una política imperial mundial a la cabeza de los Estados Unidos que busca una recolonización del mundo a través de claros y definidos objetivos políticos, militares, económicos y jurídicos.
En nuestra América asistimos al tránsito entre el neoliberalismos más brutal que predomina en la dirección económica y política de la mayoría de nuestros países y un nuevo modelo que aún no termina de configurarse. Este nuevo modelo tiene su polo referencial en la Venezuela bolivariana de Chávez, quien acaba de conquistar una resonante victoria al ser ratificado por la inmensa mayoría del pueblo en el pasado referéndum reafirmatorio del 15 de agosto pasado.
Igualmente se manifiesta la crisis generalizada de la llamada democracia representativa que ha separado históricamente sus partidos políticos de los movimientos sociales y los movimientos populares, que ha permitido que el capitalismo a quien defienden como sistema, secuestre al Estado y las elites económicas se apropien de él en detrimento de la justicia social y el bienestar de las mayorías.
Esto explica la pérdida de legitimidad de los partidos tradicionales en la mayoría de nuestros países y el surgimiento de una corriente alternativa de los pueblos cada vez más convencidos de la crisis del neoliberalismo y la necesidad de construir alternativas democráticas que estén asociadas contra la corrupción y el clientelismo.
En algunos países, con la ruptura de la democracia formal se viene produciendo una ampliación de la democracia participativa que sustituye las viejas formas de elección y de representación institucional.
En esta perspectiva podemos señalar que el signo predominante en nuestro tiempos es la construcción de la democracia que a la vez que permite disputarles los espacios políticos a la burguesía en sus propios espacios de gobernabilidad e institucionalidad; nos permite ganar protagonismo por fuera de ellos en el marco de construcción de movimientos sociales alternativos, ejercicios de poder popular y democratización de los instrumentos políticos.
La llegada al gobierno por la vía institucional desde el protagonismo social y político del pueblo en Venezuela con Chávez, del brasilero con Lula Da Silva, solo se puede explicar en la participación democrática y popular desde el ejercicio de la más amplia democracia participativa. Igualmente son favorables para la actual correlación de fuerzas a nivel continental las medidas antimilitaristas adoptadas por el gobierno de Kitchner en Argentina, el énfasis en renegociar los acuerdos con el FMI y su disposición a fortalecer el MERCOSUR. En esta dirección apuntan también las declaraciones del presidente del Paraguay, Nicanor Duarte.
Estos triunfos políticos que se suman al avance del movimiento indígena y popular boliviano, del frente amplio en Uruguay, del triunfo del PRD panameño con Martín Torrijos, quien conquisto la presidencia de la república en las pasadas elecciones del 5 de mayo, marcan un punto de progreso en dirección de la acumulación de fuerzas democráticas en el continente y configuran una nueva situación geopolítica que es importante para nuestras formulaciones estratégicas de periodo y coyuntura.
Anotamos que estos procesos son jóvenes aún y afrontan serias limitaciones como: el marco geopolítico, social y económico del mundo que les son desfavorables, el que están supeditados en la mayoría de los casos a las alianzas con sectores de la burguesía, a la carencia de un programa revolucionario en su conducción, al factor militar no resuelto, al sectarismo y doctrinarismo de algunos sectores de la izquierda que no los entienden, a la falta de liderazgos colectivos.
Por supuesto existen diferencias cualitativas importantes en cada proceso histórico reseñados, producto de las condiciones concretas en cada país y de sus propias realidades socio-políticas, de ahí que no podemos entenderlas como si fueran un todo o simplificarlas solo al marco de sus propias características por fuera de un marco global. No podemos deducir que por efecto dominó los demás procesos estamos regidos por estos pero es indudable el enorme peso político que debemos atribuirle a ellos.
Otras formas de resistencia popular
Los mecanismos políticos y económicos de carácter hegemonista y expansionista que están en marcha contra nuestros pueblos y naciones (Plan Colombia, ALCA, Plan Puebla Panamá, Plan Regional Andino), y algunos acuerdos bilaterales que van en detrimento de nuestras soberanías, nos permiten afirmar que si no trabajamos con una proyección latinoamericanista a todos los niveles y en todos los ámbitos, el tránsito actual puede devenir en una nueva recolonización global del continente.
De ahí que es urgente y necesario reafirmar nuestra vocación integracionista y revolucionaria que nos permite contribuir en la participación de la construcción de una estrategia global anti neoliberal, que dimensione lo política y lo social en función de la defensa de nuestros pueblos y naciones.
Terminamos diciendo que los ámbitos de resistencia popular en nuestra América crecen y se manifiestan de diversas formas y maneras. Veamos:
Desde la institucionalidad con acceso a gobiernos nacionales, regionales y municipales.
Fortalecimiento y mundialización de un movimiento en resistencia contra la globalización, el neoliberalismo, contra la guerra y a favor de la paz.
En las formas de resistencia social que adquiere claros signos políticos revolucionarios (Círculos Bolivarianos en Venezuela, Piqueteros en Argentina, Movimiento sin Tierra en Brasil, Movimiento al Socialismo en Bolivia, entre otros).
En las miles y generalizadas marchas por la paz y contra la guerra.
En el mantenimiento de un proyecto armado desde el movimiento social indigenista (Chiapas, México).
En las grandes movilizaciones y resistencia popular contra las privatizaciones y el intervencionismo extranjero.
Las protestas globales, la recuperación del movimiento popular, la consolidación política de los movimientos sociales, el acceso a la gobernabilidad desde la democracia participativa, la persistencia guerrillera, nos demuestran las grandes dificultades que tienen los sistemas capitalistas en nuestro continente y las grandes esperanzas que depositan millones de personas en nuevos sistemas de gobierno. No son gratuitas las efusivas muestras de amor hacia Fidel, Chávez y Lula donde quiere que participan.
El Socialismo hoy
Persisten varios países (Cuba, Corea, China, Vietnam) donde habitan mil cuatrocientos millones de personas (aproximadamente) que construyen su socialismo basado en las nuevas realidades geopolíticas mundiales y en sus propias especificidades nacionales, manteniendo en permanente construcción el desarrollo económico de sus países, el bienestar de sus pueblos y la defensa de la patria y la soberanía nacional.
Es indudable la supremacía del bienestar social de estos pueblos que superan con creces sus debilidades económicas. Aspectos como la salud, la educación, al respeto por los derechos humanos, la paz, la estabilidad laboral, la atención esencial a la niñez, la mujer, la vejez, el desarrollo cultural, el respeto étnico, la participación social, la construcción de su identidad nacional, el deporte, son manifestaciones claras en el socialismo de hoy, en construcción en estos países.
Entender estas ventajas, no nos puede llevar a desconocer las limitaciones existentes, el contexto económico que obliga a convivir e interlocutar con el capital internacional en detrimento de sus monedas nacionales, el desabastecimiento de sus mercados y en algunos países el atraso tecnológico.
Entender el sistema socialista con sus ventajas para nuestros pueblos y naciones es también aceptar que él se construye en difíciles condiciones geopolíticas, económicas, militares e ideológicas, y que estas no pueden ser desconocidas o ignoradas por quienes luchamos por su construcción.
OPOSICIÓN AL CONTINUISMO Y A LA CRISIS SOCIAL
Readecuación del régimen
En los últimos años el imperialismo y la oligarquía colombiana han venido adecuando el régimen político a la implementación del modelo de dominación. Con la Asamblea Nacional Constituyente del 91 se negoció un nuevo consenso donde sin afectar el modelo neoliberal y la concepción de Seguridad Nacional, y adecuando la legislación laboral al interés imperialista, se introdujeron reformas con aspectos democráticos. Con esto quisieron dejar sin banderas al movimiento insurgente.
Para entonces el régimen se la jugó captando una parte del movimiento insurgente, desmovilizándolo; (M19, EPL, PRT, QL) y al resto le lanzó una ofensiva militar e ideológica, para sellar con ello su triunfo político en la constituyente.
La respuesta insurgente fue oportuna e integral, por primera vez de manera unitaria la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar lanzó una campaña político militar, forzando con ésta a los diálogos de Caracas, con lo cual se logró abrir un nuevo escenario político en el país, legitimando propuestas y la interlocución con la insurgencia.
A partir de ese momento no hubo una propuesta unificada desde el bloque dominante, sobre todo en lo referente a las salidas al conflicto, unos se inclinaron más por la negociación y la aplicación gradual del modelo neoliberal y otros por la guerra total, con la idea de debilitar militar y políticamente a la insurgencia para obligarla a negociar en condiciones desventajosas y así llevarla a su desmovilización, o en su defecto, convertirla en organizaciones marginales a la vida política del país, aplicando a fondo el neoliberalismo.
Pastrana optó desde su candidatura por un proceso de Diálogo con la insurgencia, en particular con las FARC, para desactivar su ofensiva militar, pagar la deuda electoral de la foto con Marulanda, y atenuar la crisis económica. Procedió de manera distinta con el ELN a quien le definió una ofensiva mientras negociaba con las FARC, entre tanto adecuaba y reestructuraba las Fuerzas Militares (FFMM) en el marco del Plan Colombia.
Recomposición de ultraderecha
El desgaste del proceso de diálogos entre gobierno e insurgencia fue propiciado en parte por el equivocado manejo dado por la insurgencia, que desaprovecho el espacio logrado ante el país.
Uribe logró reagrupar a la burguesía y a toda la institucionalidad en un proyecto de recomposición de ultraderecha desde la opción de la guerra total, apuntalado en la ofensiva Antiterrorista del imperialismo y respaldado por el gran capital y el narcotráfico; aprovechó el debilitamiento del movimiento popular, producto de la guerra sucia, el desgaste en la lucha contra el paramilitarismo, el descrédito político por el accionar equivocado de la insurgencia.
Su objetivo es la derrota de la insurgencia como proyecto de nación y de sociedad, recomponer el modelo de dominación y ganar estabilidad para implantar con mayor profundidad el modelo neoliberal, el Tratado de Libre Comercio y el ALCA que anexa el país a los intereses del imperialismo.
Esta recomposición le exige al régimen la implementación de la contrarreforma constitucional y otras medidas de reestructuración del Estado: Plan de ajuste fiscal, reforma política, reforma a la justicia, fortalecimiento del militarismo con el estatuto antiterrorista. Con esto se fortalece en el Estado una práctica autoritaria y excluyente.
Crisis y realinderamiento de los partidos políticos
Producto de la practica guerrerista, el autoritarismo, la irregularización del funcionamiento del estado, el excesivo arrodillamiento a los intereses gringos, el desconocimiento a sectores de la burguesía, se ha polarizado el país gestándose un reagrupamiento de ultraderecha expresado en el partido uribista y otro agrupamiento de oposición que incluye a algunos sectores de los partidos tradicionales por ejemplo la senadora Piedad Córdoba. Este bloque opositor y democrático, heterogéneo en su composición por la confluencia de: liberales, sectores democráticos, de izquierda, independientes y organizaciones sociales y populares, se presenta como una propuesta alternativa para el país, que no ve en la guerra la manera de resolver el conflicto y se propone la solución política como la posibilidad de lograr la reconciliación de los colombianos.
Economía que crece a costa de la pobreza y miseria para las mayorías
Los últimos periodos de gobierno: Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe, asumieron de manera obediente las directrices del Banco Mundial, FMI, BID, ejecutar el neoliberalismo, con efectos nefastos para la economía del país.
Al igual que el resto de países de América Latina, todas las empresas estatales y privadas nacionales están quedando en manos de las multinacionales. Tendencia que se ahondará a medida que se aplique el ALCA. Esto significa pérdida de soberanía, aumenta la brecha entre ricos y pobres, que hoy son más de 27 millones de colombianos y 10 de estos en la miseria absoluta.
Para sostener la guerra al Estado no le ha sido suficiente la financiación externa, por lo tanto ha venido recortando el presupuesto para la inversión social. Aplicando las medidas de ajuste dictadas por el FMI, Privatizaciones, despidos masivos de trabajadores, recorte de presupuesto para la educación y salud, recorte a las transferencias regionales, ahondando la crisis del país.
Aumenta la crisis social
Este es un periodo en el que se evidencia con más claridad la pauperización de la población Colombiana, donde los registros del índice de desempleo y subempleo cada vez son más alarmantes y devastadores, porque disminuye el nivel de ingresos de las familias colombianas. Según las estadísticas, el desempleo en los últimos años ha aumentado por encima del 17 por ciento producto de los desplazamientos y despidos masivos de trabajadores, entre otros.
Así como el hambre alcanzó niveles sin precedentes en el país, el problema social se agrava, configurando una crisis humanitaria con 3 millones de desplazados-desterrados, producto de la guerra sucia, el conflicto armado y los efectos generados por la implementación de los acuerdos del TLC que acentúa la pobreza y marginalidad del campo, afectando de manera particular a campesinos e indígenas.
Producto de la aplicación de la reforma laboral, pensional, los despidos y el terror por la guerra sucia, hay crisis organizativa de los trabajadores. De 21 millones de la PEA (Población Económicamente Activa), solo hay organizados 800 mil.
El pueblo sigue resistiendo
Hay parcial reactivación de la movilización social de las comunidades en defensa de la vida, los derechos humanos, contra el desplazamiento forzado y en defensa del estado social de derecho.
Las comunidades negras e indígenas resisten y se movilizan contra la agresión que les genera la implementación de las medidas neoliberales y de guerra.
Aunque no hay luchas generalizadas ni tan masivas, las últimas movilizaciones (como la de Cartagena contra el ALCA y la jornada de movilización indígena) tienen un notorio avance por cuanto confrontan las políticas imperialistas y en ellas participaron las diferentes fuerzas sociales y políticas.
De gran importancia es el surgimiento de agrupamientos de izquierda, independientes, sectores democráticos y de la intelectualidad, que inciden de manera significativa en la opinión del país, ganando espacios en la institucionalidad y en la gobernabilidad regional y municipal.
Estos, junto a diferentes expresiones de movimiento social y sectores del partido liberal, vienen configurando un bloque de oposición, en la gran coalición democrática que derrotó el referendo, eligió al Alcalde de Bogotá y hoy desarrolla una gran campaña contra la reelección de Uribe.
El desgaste de la opción de la guerra por falta de resultados y las graves consecuencias que genera, despierta el interés y la participación de algunos sectores de la sociedad que abogan por la solución política al conflicto social y armado.
Narcotráfico y paramilitarismo
El imperialismo y el Estado colombiano han hecho alianza con carteles narcotraficantes en diferentes momentos de la historia reciente del país, como parte del plan contrainsurgente.
A comienzos de los 80 el paramilitarismo toma fuerza en Colombia como alianza macabra entre el narcotráfico y el Estado para ejecutar el genocidio más grande de nuestra historia contra la izquierda.
Convirtiéndose en la principal arma del plan contrainsurgente provocando el debilitamiento insurgente a través del aniquilamiento de organizaciones políticas y sociales, utilizando la masacre, el genocidio político y el destierro como armas de terror.
Esta herramienta propia de la guerra de baja intensidad es hoy parte de la nueva doctrina de seguridad nacional implementada por el imperialismo y seguirá siendo utilizada, así modifiquen su forma de aplicación.
Actualmente el Plan Colombia y la Iniciativa Regional Andina (IRA), hacen parte de la gran ofensiva del imperialismo en la región contra la insurgencia colombiana y como mecanismo para vencer la resistencia de los pueblos y el movimiento popular en América Latina, destacándose los intentos por desestabilizar el legítimo proceso venezolano. A través de este plan se modernizan las fuerzas militares, se triplica su pie de fuerza, se desarrollan nuevas modalidades y especialidades de combate y colocan al ejército colombiano como punta de lanza para el control y agresión en el área fronteriza andina.
Hoy el gobierno viene haciendo ingentes esfuerzos por legalizar a los narcotraficantes y paramilitares, para pagarles los servicios prestados en la lucha contra insurgente y contra la resistencia popular.
Con este proceso de negociación con los paramilitares, el gobierno a través de maniobras políticas y jurídicas intenta cubrir con un manto de impunidad, todos los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por estos agentes para-estatales.
Insurgencia
A pesar de la gran ofensiva contra insurgente de los últimos 4 años a través del Plan Colombia y su desarrollo en planes específicos regionales, como el plan Destructor y Patriotas, entre otros, con grandes operaciones a profundidad en los acumulados estratégicos insurgentes, extendiéndose en el tiempo, con campañas permanentes, saturando los territorios con efectivos militares, paramilitares y policiales. Los días van pasando y el compromiso de Uribe con la oligarquía y el imperialismo de derrotar a la insurgencia no se avizora por ningún lado.
Luego de dos años de exacerbar al país con el tema de la guerra total, para vencer al terrorismo, Uribe y sus fuerzas militares no han podido presentar resultados tangibles que afecten la voluntad de lucha de la insurgencia colombiana.
Es obvio el escalamiento del conflicto, aumentando la periodicidad de los combates y su intensidad pero hasta el momento no ha podido mostrar el aniquilamiento de una sola de las tantas estructuras guerrilleras existentes, ni tampoco ha podido debilitar la conducción estratégica de la misma.
La gran ofensiva contrainsurgente se ha ensañado contra el movimiento social y político. La persecución, detenciones masivas, asesinato de dirigentes sindicales y populares, la muerte de civiles en supuestos combates del ejército con la guerrilla, los campos de concentración en que se han convertido vastas zonas del país debido al cerco militar y paramilitar, son las expresiones cotidianas de la agresión del régimen de Uribe.
Ante la falta de resultados contra la insurgencia y con la crisis humanitaria que arrastra consigo el escalamiento de la guerra, la opinión de los colombianos se inclina hoy con mayor fervor por una solución política al conflicto, en la búsqueda de caminos que le conduzcan a una paz duradera, con justicia social.
UNIDAD PARA RESISTIR. UNIDAD PARA LUCHAR. UNIDAD PARA VENCER
Declaración Política
A 40 años de haber iniciado nuestra primera marcha guerrillera, el ELN le informa a la nación, a los pueblos colombiano y latinoamericano, que hemos concluido en un ambiente de alegría y unidad revolucionaria el Sexto Pleno de Dirección Nacional, máximo evento de la Comandancia Elena cuando no está deliberando el Congreso Nacional.
Ningún espacio más propicio para analizar el estado del país, la crisis estructural que en los diversos ordenes políticos, sociales, económicos, éticos y miliares afectan a la inmensa mayoría de colombianos y colombianas, como resultado del autoritarismo gubernamental que se impone en nombre de la libertad, la democracia y la "sacro santa defensa del orden institucional". Las mismas palabrejas de siempre y el mismo discreto encanto de la burguesía colombiana de mimetizar el horror de la guerra, del hambre, del desplazamiento interno, del genocidio paramilitar, de la aguda crisis social, con frases de cajón que no le dicen nada o dicen muy poco a los colombianos humildes, amantes del trabajo y la verdadera libertad.
Asistimos hoy en Colombia a una extraña y paradójica inversión de valores: un Presidente de la república que dice defender el orden institucional, está produciendo la más grande reforma antidemocrática de los últimos años, desconoce los fallos jurídicos que en ley le son contrarios, presiona o compra votos en el parlamento nacional como se venden baratijas en cualquier mercado callejero, levanta las banderas contra la politiquería y se convierte en su propio jefe de campaña en búsqueda de la reelección presidencial, aprovechando las jugosas sumas de dinero que administra como jefe de Estado. Juraba y perjuraba que no dialogaría con los terroristas guerrilleros, pero se sienta a manteles con los asesinos y narcotraficantes paramilitares en Santa Fe de Ralito. Dice luchar contra el narcotráfico porque fumiga sin piedad alguna la gran reserva ecológica de La Sierra Nevada de Santa Marta, los Parques Naturales de la Macarena y el Cocuy, regiones de nuestra Amazonía como el Putumayo y Caquetá, territorios ancestrales de nuestros pueblos originarios como el Cauca, la región del Catatumbo y el Chocó, mientras firma el salvoconducto presidencial que posibilitó que tres jefes narcotraficantes asistieran al Congreso colombiano para que sus parlamentarios los aplaudan.
Dice proteger los derechos humanos, mientras ordena a sus instituciones detener sin fórmula de juicio u orden de captura alguna, a miles de gentes del pueblo porque el sistema inquisidor que paga a sapos y arrepentidos que cobran encapuchados y por ventanilla, los señalan como presuntos colaboradores de la insurgencia y en extraños arrebatos reafirma su profunda vocación social y su compromiso con los pobres", mientras los azota con el látigo de los impuestos, aumenta el IVA, confisca sus pensiones, cierra hospitales y universidades públicas, recorta los servicios del SENA y de la vivienda. Y como fiel representante de la clase política, se autoproclama luchador contra la corrupción, mientras compra los votos de Yidis, de Teodolindo, de algunos conservadores, de liberales sumisos y protege a funcionarios serviles así ellos hagan negocios con dineros del Estado, como es el caso del ex secretario presidencial José Roberto Arango.
Y como las paradojas abundan, los grandes medios de comunicación, voces pregoneras de los capitales privados, secuestran a diario la verdad cuando colocan a Uribe en el sitial de la popularidad, mientras este pierde las verdaderas encuestas, como sucedió en las pasadas elecciones sobre el Referendo y las elecciones populares de gobernadores, alcaldes y concejales.
Según los publicistas del sistema la popularidad presidencial se debe principalmente a los buenos resultados de su política de seguridad democrática. Claro que como en Colombia las cosas insólitas pueden convertirse en realidad, el país se está moviendo no propiamente para "defender la seguridad democrática" sino en la proyección de un amplio movimiento de resistencia popular como se demostró en los dos paros nacionales de trabajadores desarrollados en el último año, en la heroica huelga de los trabajadores petroleros en contra de la privatización de ECOPETROL, en la lucha que a diario ofrecen los maestros, los trabajadores de la salud, los pobladores contra los impuestos y los malos gobiernos locales, en la gran movilización indígena y popular de mediados de septiembre que convocó a 60 mil manifestantes hacia la ciudad de Cali, en el llamamiento de la CUT, de la CGTD y de la CTC al paro nacional del mes de octubre.
Además la resistencia guerrillera crece y se multiplica a lo largo y ancho de nuestra geografía, como lo hemos demostrado en el sur del país, el Oriente y Nororiente de Antioquia, los Santanderes, el Sur de Bolívar y Arauca. Esta resistencia popular y guerrillera invisible para los mercantilistas de los medios y los usurpadores del poder, es tan presente y real que ha llevado a que el péndulo de los que apostamos por la paz se incline a nuestro favor, cuando el 65 por ciento de los colombianos claman y apuestan por la solución política del conflicto, contrariando a todas luces el papel comunicador de los grandes medios.
Los Elenos hoy, afirmamos que asistimos a un fenómeno difícil de explicar: La existencia de dos Colombias que se forman en el conciente colectivo, de acuerdo al tamaño de las chequeras de quien las analice o en función de la suma de pobrezas que acompañan a los millones de colombianos carentes de todo, menos de dignidad y disposición para luchar.
La primera Colombia, la de la fantasía, los videos, la guerra y las mentiras anida en el puñado de ricachos, de políticos corruptos, de la alta oficialidad militar y de los nuevos ricos del narcotráfico, que consideran el país su gran hacienda solo comparable al paraíso terrenal.
Colombia, la real, la de los pobres, la que insiste en la búsqueda de su verdadera identidad, la que rescata los valores de la democracia, la soberanía y la solución política, esa Colombia, crece y se agiganta en el corazón soñador de nuestros negros en el Chocó, el Cauca, la Costa Atlántica y Pacífica, se vuelve poema en defensa de su cultura, su lengua y su tierra con las diversas etnias que engrandecen los conceptos de nación y patria; se torna infinita como nuestros llanos cuando al ritmo del Joropo nuestros llaneros empuñan el arpa; se hace camino y trabajo cuando paisas, vallunos, opitas, boyacenses, santandereanos, retoman el hacha en la mano porque las cadenas en el cuello les pesan; o cuando el acordeón nos llama a un nuevo vallenato por la paz. Ésta Colombia, la nuestra, merece un mejor destino sobre la tierra que la que pretenden imponernos los señores de la guerra, y es a esa Colombia que resiste desde los tiempos del alzamiento de nuestros pueblos originarios contra el coloniaje español, que éste Sexto Pleno de Dirección de la Comandancia Elena convoca para que unamos manos, razones y corazones en búsqueda de nuestra segunda y verdadera independencia, de un nuevo país donde la paz con justicia social no siga significando palabrejas sin valor de quienes las desconocen a diario.
Sumamos nuestras razones e ideas para que entre todos empecemos la reconstrucción del tejido social, hoy afectado por la guerra impuesta por gentes que tanto nos odian como nos desprecian.
Buscaremos y trabajaremos con ahínco por colocar nuestro grano de arena en el propósito de refundar la Nueva Colombia, donde el interés de mayorías prime sobre los negocios y el mercantilismo despiadado de los que ostentan el poder en todos los ámbitos y espacios.
Insistiremos con fuerza, como en efecto lo venimos haciendo, en mantener en alto las banderas del diálogo verdadero y la búsqueda de la solución política, como un primer paso hacia el nuevo país que todos anhelamos.
En ésta dirección trabajaremos por empujar un amplio acuerdo nacional con diversas fuerzas políticas y sociales procurando unir la fortaleza de la patria toda contra el guerrerismo y reeleccionismo uribistas, para darle proyección a una gran alianza por un amplio y nuevo gobierno de convergencia nacional que encamine al país por los senderos de las libertades democráticas, la equidad social, la justicia para todos y la soberanía nacional.
Mantenemos y proyectaremos en este periodo especial de nuestra historia la realización de la Convención Nacional, donde todo el país, sin exclusiones ni sectarismos, sin hegemonismos ni fraccionalismos, coloquemos todas las energías de la patria y el pueblo en convocar a la realización de una nueva Asamblea Constituyente que trascienda los elementos antidemocráticos de la actual, tales como la excesiva concentración de la propiedad privada, la hipoteca permanente del país a poderes trasnacionales e imperialistas, así como la reconstrucción de las Fuerzas Armadas convertidas hoy en una fuerza de ocupación, de choque y terror contra los colombianos y colombianas.
Saludamos desde estas trincheras de combate los diversos procesos sociales y políticos que cubren la gran patria americana de nuevos vientos de independencia, justicia, democracia y soberanía.
Inclinamos nuestra roja y negra bandera comunera para evocar la memoria de los siempre presentes Héroes y Mártires revolucionarios, demócratas y patriotas, caídos unos en el fragor del combate, asesinados otros por las hordas estatales que han anegado la patria toda con la sangre de sus mejores hijos e hijas. Ante su memoria juramos vencer.
Presidieron nuestro campamento central y el salón de conferencias, las miradas vivas y las figuras colosales de Galán el Comunero, Bolívar nuestro padre libertador, el caudillo popular Jorge Eliécer Gaitán, la voz de los que no tienen voz, los Comandantes de la unidad nacional y guerrillera Jacobo Arenas, Jaime Bateman Cayón, el Turco Álvaro Fayad y nuestros Comandantes en Jefe Camilo Torres Restrepo, profeta de la unidad entre marxistas y cristianos, Manuel Vásquez Castaño, visionario desde el marxismo del rescate de la identidad latinoamericana y Manuel Pérez Martínez, internacionalista consumado, generoso, puro y el más grande dirigente que haya fecundado el ELN en los últimos treinta años.
¡HONOR Y GLORIA POR SIEMPRE PARA ELLOS!
Sexto Pleno de Dirección Nacional: ELN 40 años de lucha y esperanzas
¡COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES!
¡NI UN PASO ATRÁS LIBERACION O MUERTE!
Montañas de Colombia
Octubre de 2004
PROPUESTA PARA LAS MAYORÍAS NACIONALES
Un camino nacional y popular para resolver la crisis
Las luchas de los pueblos en la búsqueda de una nueva sociedad enseñan que los procesos sociales discurren por tiempos amplios, en los que se distinguen varios momentos. El primero de los cuales es de desarrollo de la democracia y de adaptación al mercado mundial imperante, apoyándose en logros humanos anteriores para crear elementos culturales nuevos. Al tiempo que se interactúa con el antiguo orden, quien por su parte persiste en absorber a las fuerzas revolucionarias de la sociedad.
Los Estados Unidos diseñaron la estrategia de Contra insurgencia para sofocar el levantamiento de los pueblos, ésta ha hecho mella en el movimiento popular colombiano sin lograr neutralizarlo aún, pese a que contra él han empleado a fondo la guerra abierta, la represión ilegal y la lucha antidrogas. Por ello el régimen colombiano sigue siendo genocida.
Al examinar el último periodo de luchas en América Latina es notorio el desgaste del modelo de dominación imperialista, los intentos por maquillarlo, el estallido popular que ha suscitado y los nuevos caminos de democracia, desarrollo y soberanía que hoy buscan romper los lazos de dependencia de los Estados Unidos. El proceso democrático de Venezuela airea las posibilidades de cambio en Colombia y ayuda a comprender los extravíos que hasta ahora se han presentado en la estrategia popular.
Objetivos estratégicos
Cuatro objetivos sostienen la estrategia popular y nacional para resolver la crisis del país. Ellos son: Construir Poder Popular, crear un proyecto de nación, integrar un bloque continental y hacer realidad la consigna universal de que, Otro mundo si es posible.
El camino de avance hacia estos objetivos parte de buscar una recomposición del poder que haga viable una primera meta, como es la construcción de Un país en paz con justicia social. Para ello debe configurarse una Fuerza Política de Masas y un Consenso Nacional por la Solución Política, a la vez que se busca neutralizar a la Contra insurgencia como arma imperialista.
Acuerdo de paz por un nuevo gobierno de confluencia nacional
Impulsaremos la construcción de un Bloque de oposición al régimen de ultraderecha y por alternativas nacionales, por el desarrollo de un Acuerdo Nacional y Popular como camino de la solución política y por dinamizar un movimiento político y social activo por democracia, paz, justicia social y mejores condiciones de vida.
Para lograr los anteriores propósitos impulsamos la Convención Nacional como un consenso de mayorías sobre el nuevo país, en la vía de la solución política. Estamos abiertos al diálogo con el gobierno como apoyo de éste camino de protagonismo de la sociedad en la construcción de sus destinos.
Consideramos que el propósito más importante en el momento es la construcción de una gran Fuerza Política de Masas comprometida con los cambios, junto a configurar un bloque de oposición y por la paz con justicia social, en el que confluyan amplios sectores en torno a la búsqueda de un nuevo país.
La insurgencia, como parte de esta sociedad, buscamos interactuar de manera más dinámica con el pueblo, potenciar las luchas políticas y sociales de las masas, ayudar a articular expresiones y movimientos de oposición y de cambio. Lo principal es la promoción de lucha social y de todas las formas de lucha política, es positivo que las masas se abran paso hacia los espacios institucionales y electorales. De igual manera es importante que la organización comunitaria participe en el control de la administración pública y demuestre nuevas formas de gestión de los bienes públicos y de hacer la política.
Le apostamos a la lucha ideológica para buscar una hegemonía en torno a los intereses de nación, de cambio y de nuevo país.
Estamos trabajando por ser una insurgencia más ligada al pueblo y a sus múltiples expresiones de rebeldía y nación, más incluyente, más unida a toda la multiplicidad de expresiones del movimiento popular y de lucha por un nuevo país y con presencia más incidente en los centros urbanos.
No descansaremos hasta ganar el corazón del pueblo y por confluir con sus intereses, sus aspiraciones y sus luchas. Procuramos pensar más en las aspiraciones y el sentir de la gente, que en el interés de un movimiento u organización política particular.
Persistimos en ganar una mayor actitud y sentido de confluencia para construir identidades de nación y bloques muy amplios, para desarrollar otros caminos y estilos que masifiquen la participación del pueblo en la lucha política por un nuevo país.
Seguiremos resistiendo a la ofensiva contra insurgente, buscaremos desgastarla por medio de la lucha política y militar del pueblo. Nos emplearemos a fondo para cubrir a las organizaciones y luchas populares del terror de la elite, sin hacernos ilusiones sobre el publicitado desmonte del paramilitarismo, porque sigue siendo su arma ilegal predilecta de represión.
El camino es la unidad del pueblo. La unidad es confluencia, es suma como integración, no es imposición, tampoco es sujeción o aplastamiento. Es reconocer al otro, es un acto de grandeza. Es pensar esfuerzos que integren y acorten distancias.
Nos comprometemos a impulsar la unidad de los revolucionarios y de la insurgencia sobre la base de que nos unifican sueños, idearios de futuro y la lucha por una nueva sociedad que superen al capitalismo.
¡Solución política y Convención Nacional para un país en paz!
¡Acuerdo Nacional para un gobierno de convergencia y justicia social!
¡Contra el guerrerismo y la destrucción no a la reelección!
Sexto Pleno de la Dirección Nacional
ELN 40 años de lucha y esperanzas
Montañas de Colombia
Octubre de 2004.
EL PENSAMIENTO DEL ELN
A propósito de 40 años de lucha y esperanzas
Los fundamentos y las tesis socialistas del ELN aprobadas en los eventos democráticos, son la base que sustentan el pensamiento crítico al modelo y que hoy requieren actualizarse y complementarse con la experiencia de 40 años de lucha y de presencia activa en la vida política de Colombia.
Los nuevos conceptos que presentamos nos aproximan a un análisis concreto de la realidad del mundo, con una visión holística e integradora de los fenómenos naturales, de los cambios estructurales de la sociedad, del reacomodamiento del capitalismo como modelo económico, de la caída del modelo socialista de la Europa oriental y de la interacción de los actuales países socialistas con el capitalismo y de las luchas de los pueblos por la liberación en la construcción de su futuro, señalando nuevos caminos y derroteros.
El ejercicio de la elaboración de los nuevos conceptos y fundamentos pasa por identificarnos en unas ideas básicas, principios y métodos que, recojan la identidad Latinoamericana.
Desarrollo de una cultura alternativa
La cultura es única, es universal, que enriquece la vida y el camino de la humanidad. La cultura es comprender al hombre y la mujer, los rumbos de la humanidad, sus aciertos y extravíos en la búsqueda de su felicidad, en su lucha por su identidad, de la armonía con la naturaleza, como entorno propio de la continuidad de su vida y su libertad.
Lo que la especie humana le ha agregado a la naturaleza es su cultura, es la civilización humana, valores éticos y sociales; además, muchos avances científicos que buscan el bienestar de la humanidad, contrapuestos a otros que llevan a su destrucción.
Cultura es apropiación de los avances y construcción de nuevos hitos humanos. Es ganar conciencia de humanidad y avanzar hacia escalones más altos de dignidad humana.
La cultura para una nueva sociedad recoge el patrimonio de civilización y revoluciona los códigos obsoletos de la vieja sociedad y la búsqueda de nuevos rumbos para la humanidad.
La cultura interpreta las realidades de todas las partes del mundo. En el marco de estas realidades, Latinoamérica representa un acumulado cultural de mucha importancia para estos procesos de liberación que recogemos en estos conceptos: el idioma y sus dialectos, sus multietnias, su territorio, la diversidad de sus expresiones culturales, religiosidad que han permitido construir su pensamiento propio, fundamentado en el humanismo, donde recogemos del pensamiento Bolivariano, el concepto de que nuestra Patria es América, de Martí el anticolonialismo, de Gaitán sus aportes en la identidad de Nación, de Guevara el fortalecimiento de nuestros fundamentos ideológicos y latinoamericanos, de Camilo la Teología de la Liberación, de Manuel Pérez, de Fidel y de muchos escritores como Mariátegui, Galeano, etc. Todo lo anterior nos lleva a configurar el pensamiento y filosofía latinoamericana.
Durante estos 40 años de vida política el ELN, como corriente de pensamiento y cultura Latinoamericana, nos hemos alimentado y hemos contribuido a este pensamiento que concretamos en: Pensamiento de Camilo Torres Restrepo, Manuel Vásquez Castaño, Manuel Pérez Martínez, y la labor colectiva que han ejercido nuestros organismos de conducción, que engendran valores como: la ética de la verdad, el valor de la palabra, el respeto a nuestro pueblo, rechazamos el trato humillante y degradante, el respeto y defensa del bien público, el deslinde con el narcotráfico y nuestro espíritu unitario con todos los revolucionarios.
Una época de crisis: estamos en un momento de crisis de civilización, de crisis de humanidad.
La teoría capitalista pretende el dominio del hombre y la mujer sobre la naturaleza, con unos resultados nefastos para el planeta y la humanidad. Apareciendo nuevas teorías que proponen: Los continuadores de seguir dominando la naturaleza, otros, que manifiestan regresar el rumbo de la humanidad y recoger los valores indígenas de defensa de la naturaleza y el planeta y los que proponen vivir en equilibrio y armonía con ella.
Nos encontramos en la época moderna de la civilización dentro del capitalismo imperialista o neoliberal, pero en el fondo existen mezclas de comportamientos bárbaros como capitalismo salvaje. Estamos en un momento de crisis estructural, compleja y multidimensional, que afecta a todos los aspectos de nuestras vidas: la salud y el sustento, la calidad del medio ambiente y la relación con nuestros semejantes; la economía, la política y la tecnología La crisis tiene dimensiones políticas, intelectuales, morales y espirituales. La amplitud y la urgencia no tienen precedentes en la historia de la humanidad.
El deterioro de nuestro entorno social, se manifiesta en los numerosos signos de la desintegración de nuestra sociedad. La inflación desenfrenada, el desempleo masivo y la injusta repartición de la riqueza y de la renta se han vuelto un aspecto estructural de la mayoría de las economías nacionales. La energía y los recursos naturales (ingredientes básicos de toda actividad industrial) se están agotando a pasos agigantados, por no existir una explotación racional de los recursos fósiles, los Estados Unidos vienen desarrollando dentro de su estrategia guerras por el control de las reservas mundiales y el control de los oleoductos. De igual manera el mundo hoy está amenazado por los arsenales y la continuidad de los reactores nucleares por parte de los imperialistas.
No hemos podido resolver la hambruna mundial sabiendo que la humanidad produce cinco veces más de lo que consume. O sea, es un problema de administración y distribución del sistema social. Además, no todo lo que produce el actual modelo es para el bienestar humano y va en contra vía a su existencia. No se ha podido erradicar el analfabetismo, prevenir y curar muchas enfermedades y hacer una sociedad sostenible y sustentable. Las multinacionales están acabando los ecosistemas y no hay armonía del hombre y la mujer con la naturaleza, del planeta con el universo. Por lo tanto, el capitalismo no es proyecto de humanidad, es un camino equivocado, que pone en peligro la especie y la naturaleza, por eso los pueblos buscan otros rumbos, otros caminos.
Estos problemas son intrínsecos al sistema, están íntimamente vinculados, son interdependientes, no es posible entenderlos dentro de la metodología fragmentada que caracterizan a nuestras disciplinas académicas y a nuestras instituciones gubernamentales. Sólo será posible encontrar la solución cambiando la estructura misma de la red y esto exige una profunda transformación de nuestras instituciones sociales, de nuestros valores, de nuestras ideas y actitudes.
Mientras una parte de la humanidad lucha por tener (cosas materiales, capital, privilegios, etc.) para el disfrute individual, otros encuentran como objetivo de su vida prioridad en el ser y en la satisfacción de sus necesidades básicas: conocerse, superarse y ser útil a los demás, el respeto a la cultura, étnias y a la defensa de la naturaleza, para el disfrute colectivo.
Así como los ricos y poderosos se reúnen cada año, desde hace 35 años en Davos (Suiza), para analizar y definir sus políticas e imponerlas a las mayorías de la humanidad. También los pobres y explotados hemos logrado desde hace 5 años convocar a una mayoría de los movimientos sociales y populares en el Foro Social Mundial, donde se analizan y definen las políticas de resistencia y lucha para la defensa de sus derechos, la naturaleza y por la construcción de un mundo mejor y posible.
Identidad y unidad de Nación
La identidad colombiana depende de que se construya una hegemonía nacional que posibilite su propio desarrollo y que trascienda a la integración de toda la América Latina, recogiendo desde la cultura indígena hasta nuestros días y que pase por reconocer al otro y a nosotros mismos.
El quiebre de nuestra identidad nacional lo hizo la oligarquía desde la época de la primera independencia, impuso el modelo español parcelado, contrapuesto al modelo de Bolívar de la Patria Latinoamericana (La Gran Colombia) como destino común. Se impusieron en las regiones los intereses de los gamonales y clientelistas que sepultaron el proyecto de Nación Bolivariana.
Nuestra historia como república es una historia de conflictos sucesivos, de problemas sin resolver y de polarizaciones, solo con Bolívar, con Jorge Eliécer Gaitán, y más recientemente con Camilo Torres, hubo cortos momentos de construcción de una identidad nacional y la búsqueda de un equilibrio de intereses de los colombianos. Las diferencias regionales fortalecen la identidad y el concepto de nación, como una virtud del pueblo.
La identidad nacional y de nación, son conceptos más amplios y comunes de poder entender y profundizar sobre la historia de nuestros indígenas y sus luchas de resistencia, el mestizaje y la lucha junto a los criollos; las batallas de la primera independencia y el pensamiento Bolivariano; las guerras intestinas del siglo XIX, el pensamiento socialista de la segunda década del siglo veinte, la violencia de mitad de siglo y las luchas por nuestra segunda y definitiva independencia, que es nuestra memoria histórica.
Al no existir identidad nacional y un proyecto de nación, los desarrollos del país han obedecido a intereses del capital para el saqueo y expoliación de su riqueza, no hay un criterio de desarrollo de nación sino de intereses y conveniencias de la oligarquía. Somos un país de ciudades, regiones y de múltiples potencialidades naturales y humanas, donde la identidad y unidad hacen parte de nuestra diversidad. No hay escenarios donde se genere el consenso porque está la costumbre impuesta de la intolerancia oligárquica. Si queremos que se construya una identidad debemos priorizar un proyecto de nación y acompañar en un proceso su integración al todo. Así que la reconstrucción de nuestra identidad, la tenemos que hacer en escenarios de consenso, que debemos mantenerlos y defenderlos.
Después de más de 40 años de conflicto (en ésta última etapa) exige de los colombianos una alta dosis de conciencia, para aceptar que debemos transitar por un proceso de reconstrucción, donde la identidad nacional debe ser construida por las mayorías y fundamentalmente por los sectores populares; donde el interés de todos prime sobre el de la elite y por todos aquellos que reconozcan la prioridad del bienestar social, con una sólida y clara política de alianzas. Necesitamos la unidad de la comunidad para superar el conflicto, en torno a la identidad nacional y un nuevo proyecto de nación que requiere de un momento preciso, de unos hechos o hitos que trasciendan y recojan la voluntad del pueblo y las mayorías nacionales, este es el camino por el cual debemos transitar.
Liberación y Paz
El ELN nace como respuesta al régimen en la búsqueda y solución de los graves problemas sociales que afectan al pueblo colombiano. Somos una respuesta de resistencia y la paz era nuestro objetivo; pero la concebíamos como una realidad después del triunfo insurreccional.
Posteriormente, en eventos democráticos se define incluir los diálogos y la solución política, donde la paz se convierte en un esfuerzo por conseguir el objetivo estratégico. Con las conversaciones que realizamos en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México), en el gobierno de Cesar Gaviria (1991-1992), conversaciones que se hicieron de manera conjunta, como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (FARC, EPL, ELN), los análisis y reflexiones del Congreso de 1996 afianzan éste eje de acción política convirtiéndolo en un elemento permanente en la vida de la organización, por el cual hemos transitado por más de una década, en la búsqueda de una salida política al conflicto y a la solución de los problemas que originaron el alzamiento armado en Colombia.
El proyecto hegemónico imperialista liderado por los Estados Unidos es de largo aliento como modelo de dominación, que se impone utilizando la fuerza como elemento esencial pero utilizando diversas formas para desarrollarlo y concretarlo, de acuerdo a las características y condiciones de cada país. La paz para ellos es la desactivación de los conflictos, el objetivo es ilegitimarnos como proyecto alternativo.
La paz con justicia social es el objetivo estratégico, la paz es cambio, es lo nuevo, es un instrumento aglutinador para ir creando una corriente de opinión favorable, que nos permita acumular para la construcción de una identidad de nación en función de las mayorías nacionales y como tal un proyecto de nación que busque el equilibrio de intereses entre el centro y las distintas regiones del país.
La paz no es solo la desaparición total del conflicto, la paz es el tratamiento acertado de los conflictos dentro de la construcción de la hegemonía de las mayorías nacionales, o sea, es el producto de un gran consenso nacional. La paz es una bandera de integración nacional y hace parte de la corriente mundial por la paz.
Si no hay cambios la situación estructural del país, la guerra va a continuar en el futuro. La guerra no es solo la confrontación armada, sino también todas las dinámicas que mantienen las estructuras de la injusticia, antidemocracia y persecución.
En Colombia el enemigo ha degradado la guerra para justificar la de ellos e invalidar la nuestra por lo que debemos encontrar caminos donde dejemos claro nuestro planteamiento de resistencia, paz y justicia social. El recurso de la fuerza lo entendemos como todas las formas de lucha utilizadas por el pueblo, en su legítimo derecho a la rebelión, fundamentado en unas causas políticas y sociales, que han originado el alzamiento armado y las protestas sociales.
La guerra no la inventaron los desposeídos, la guerra la inventaron los poderosos como un instrumento ideal para defender sus intereses de clase. En los momentos actuales, los imperialistas y la oligarquía la hacen, pero la disfrazan con otros elementos, como la defensa de la libertad, democracia y la justicia.
La Política subordinada a la ética
Nuestra política está supeditada a la ética, en una visión de un mundo justo y posible, al respeto de la vida, las ideas de los demás y a la autodeterminación de los pueblos. El ELN hace parte del pensamiento latinoamericano, enriquecido en valores y comportamientos de identidad revolucionaria.
La política como camino que nos debe conducir a la libertad, como comunidad, como proyecto de humanidad, en la construcción de un proyecto de nación, pasa hoy por entender la multiplicidad de intereses no solamente de clase, heredados de los desarrollos del capitalismo y de su modelo de dominación, sino que recoge a una gama de aliados y de otras expresiones que permiten crear un objetivo común y unos rumbos que se oponen abiertamente a la oligarquía y a su modelo de dominación.
El centro de nuestra ética y política, es la verdad, la libertad en comunidad, como proyecto de futuro humano, de identidad nacional.
Toda nuestra actividad revolucionaria en los diferentes espacios políticos y militares, deben estar regulados por nuestra ética en la búsqueda de una patria mejor.
La política como emancipación y de armonía en equilibrio con la naturaleza para transformar la vida, para servir a los intereses del pueblo, la defensa del planeta y para construir el poder fundamentado en la ética, la justicia y la verdad y no para disfrutarlo de manera individual, donde priman los intereses de clase a costa de los sacrificios del pueblo.
Socialismo o barbarie
Las ideas y la racionalización sobre los fundamentos y tesis socialistas vigentes, requieren hoy de una actualización que deben estar en correspondencia a los cambios de las realidades nacionales y mundiales acontecidos en los últimos años.
El socialismo es una propuesta de un nuevo modelo de sociedad y proyecto de humanidad, que nace como respuesta al modelo capitalista; lo asimilamos como un proceso de cómo entendemos el mundo hoy y el nuevo modelo de sociedad.
El socialismo sigue siendo nuestro ideario pero cursa por unas etapas y fases como procesos intermedios, transitando por unos escenarios de lucha que posibiliten acercarnos a ese objetivo que hemos denominado: Paz con justicia social.
En éste proceso de construcción hacia el socialismo, debemos recoger las experiencias positivas de los diversos procesos desarrollados en Latinoamérica y el mundo.
Los países socialistas que hoy se mantienen, han tenido que hacer esfuerzos colectivos y acuerdos económicos y políticos para lograr contener la avalancha del neoliberalismo. Una constante en ellos es mantener economías mixtas, de capital estatal y privado, pero a su vez han logrado un desarrollo humano sostenible, resolviendo parte de la pobreza, mejorando la calidad de vida y la problemática social. Es de resaltar el papel de las organizaciones revolucionarias que junto al pueblo hacen los consensos, luchando por mantenerlos y defenderlos, como también el de garantizar el desarrollo y la calidad de la vida humana.
El capitalismo en su nacimiento revolucionó al mundo y sepultó la vieja estructura feudal pero en el transcurso de su desarrollo perdió el rumbo de la humanidad y hoy no es solución a los problemas de calidad de vida de las gentes de todo los pueblos del planeta; por el contrario este modelo ha arrasado sin contemplación alguna la armonía natural del hombre, la mujer y la tierra.
La humanidad como centro del planeta, jamás se detendrá en la búsqueda y materialización de sus ideales de libertad, es decir construir un modelo de sociedad que le permita preservar y proyectar su vida.
La lucha por un modelo más humano sigue siendo la opción lógica para los pueblos excluidos de la tierra, hoy son necesarios modelos propios de los pueblos, donde prime la dignidad de los seres humanos, el respeto entre las personas y los pueblos, que este modelo de manera integral y creadora recoja el sentir para una nueva sociedad, donde convivamos en armonía con nuestro entorno y los múltiples elementos culturales.
Las propuestas y proyectos posibles de revolución que vayan posibilitando la conquista del objetivo estratégico, cursa por un proceso de transición entre la producción capitalista y socialista, por un proyecto de nación que tenga como fundamento la identidad nacional.
La humanidad y el planeta han transitado por diversos caminos, todo esto en aras de buscar salidas a las crisis de civilizaciones que se han presentado en sus debidos momentos.
Hoy es indiscutible que el capitalismo ha generado una de las mayores y más profundas crisis por las que haya pasado la humanidad, es por esto que no hay discusión que todos los pueblos estamos obligados a luchar con todos los medios y formas para la búsqueda y construcción de un nuevo modelo de sociedad donde se garantice la dignidad y la armonía de la humanidad con la tierra.
El socialismo es un camino o búsqueda de solución a los problemas de la humanidad, despunta como una propuesta realizable a largo plazo, pero que apenas nace, comparándola en tiempo con el modelo capitalista actual, materializar cualquier modelo que dignifique al hombre y la mujer, debe nutrirse de otros, debe estar en el marco de la solución de la crisis de la humanidad.
Marxismo en diálogo con otros pensamientos
El marxismo como ciencia, se ha venido estructurando como teoría y práctica, como motor activo y dinámico, en la lucha por la superación de la crisis de la civilización.
El marxismo como filosofía se integra a las diferentes corrientes humanitarias que luchan y están en la permanente búsqueda por la dignidad del hombre y la mujer. El marxismo por lo tanto no se agota por la caída del modelo de la Unión Soviética y Europa Oriental, sino que nos permite enriquecerlo con las múltiples experiencias y procesos de todos los pueblos que luchan con modelos propios por su liberación.
Por tanto el marxismo es una ciencia que nos aproxima a la realidad, que integra otras corrientes de pensamiento y que se enriquece permanentemente de todos los procesos sociales en la búsqueda de un mundo mejor, justo y equitativo para toda la humanidad.
La religiosidad popular: Las religiones en la humanidad y sus diversas expresiones representan para los pueblos un patrimonio histórico que hacen parte de su identidad y que los revolucionarios debemos tener en cuenta en todo proceso de transformación social.
El cristianismo humanitario y popular liderado en la vida de nuestro Comandante Camilo Torres Restrepo, con su ejemplo y sus mensajes, sus tesis, las ideas de Domingo Laín, Manuel Pérez Martínez, Frey Betto, Pedro Casaldáliga, que representan en su teoría y práctica la iglesia de los pobres y oprimidos, son los desarrollos a la teología de la liberación del mundo, que es hoy un hecho palpante y real, las luchas que se desarrollen en cualquier parte del planeta, éste debe ser un elemento de identidad y cultura que se debe tener en cuenta para poner a jugar éste gran acumulado de masas, para la construcción de la nueva sociedad.
Las étnias: En el contexto de identidad y nuevo proyecto de nación las diferentes étnias aborígenes y afro colombianas, son una fuerza social muy importante de nuestro pueblo y aportan con su sabiduría y valores en el proceso de construcción de la nueva sociedad. Las étnias las entendemos como pueblos autónomos, porque tienen un territorio, su lenguaje, su gobierno propio, sus costumbres y sus valores culturales que los identifican, enriquecen y son parte del proyecto de soberanía y nación.
Construcción de Poder Popular
La soberanía, la democracia y la libertad están por encima de los derechos, son la razón de la existencia de los pueblos, que han sido vulnerados por los imperios y las oligarquías nacionales. Todos tenemos intereses, los pueblos, los partidos, los movimientos, etc. Estos intereses no solo nos dan identidad, sino que se constituyen en una fuerza transformadora para que se hagan viables y posibles, deben ser la prioridad de la lucha de todos por nuestro proyecto de nación, podemos señalar algunos mayoritarios: La paz, la vida digna y otros. Entonces democracia hoy es ser incluyentes, dialogantes, recoger y materializar las aspiraciones y esperanzas de todos, así vamos resolviendo las necesidades integrales más sentidas, este ejercicio nos va llevando a un mayor enraizamiento como propuesta a las mayorías, y este enraizamiento se va convirtiendo en pensamiento y acción a las grandes soluciones de nuestro pueblo.
La construcción del poder popular, del poder colectivo y de mayorías, por el querer de unos objetivos que son capaces de crear un estado de ánimo y disposición activa que es el reflejo de su nivel de conciencia. Garantías del desarrollo del bien común y de materializar esas posibilidades.
El poder popular y los embriones de nueva sociedad los vamos construyendo desde ya, todo lo anterior teniendo en cuenta que somos una propuesta de sociedad nueva y que no tenemos la verdad absoluta, esto significa que nuestro proyecto tiene que ir confluyendo hacia las grandes mayorías que están en las luchas por construir una sociedad más justa y digna.
La unidad de las fuerzas insurgentes, de las organizaciones políticas, sociales y de todo el pueblo, es un factor determinante en la construcción de nuestra identidad nacional y de proyecto de nación.
Estos esfuerzos deben ir encaminados a ser de nuestra organización una gran herramienta para que contribuya a estos propósitos populares.
CARTAS
Comandante Manuel Marulanda Vélez,
Camaradas todos del Secretariado de las FARC EP, para Ustedes y los mandos de su organización guerrillera un fraternal abrazo.
Hoy queremos compartir con ustedes, la alegría de haber realizado el Sexto Pleno de Dirección Nacional del ELN. Concentrar la conducción nacional para evaluar el trabajo revolucionario y proyectar la lucha es sin duda una batalla de las tantas ganadas en la lucha, que demuestra además, que el enemigo está muy lejos de vulnerar a la insurgencia.
Nuestro Sexto Pleno reflexionó y analizó el complejo momento por el que atraviesa la lucha de los pueblos del mundo y la soberbia feroz del imperialismo por impedir los avances revolucionarios que se abren paso en diversos espacios del continente y el mundo.
Si bien siempre hemos reivindicado la continentalidad de la lucha revolucionaria, percibimos que hoy varios pueblos latinoamericanos se abren paso con formulas muy particulares, las cuales nos están aportando enseñanzas sobre todo en la creatividad para generar desarrollos en el movimiento de masas y dar así importantes batallas democráticas y antiimperialistas. Sentimos como propias las luchas de los pueblos latinoamericanos y seguiremos trabajando por fortalecer la corriente Bolivariana que se ha ido creando.
Reafirmó el evento, que la lucha armada revolucionaria debe desarrollarse en estrecha relación con la lucha de las masas y en tal sentido trazó derroteros como retos para los años venideros. Reafirma igualmente que la unidad insurgente sigue siendo un asunto indispensable para fortalecer el proceso revolucionario colombiano y en esa dirección afianza los compromisos que tenemos pendientes.
Al considerar que el rechazo a las políticas de Uribe ha ido creciendo en una importante franja de organizaciones populares, de sectores intermedios y de fuerzas que desde la misma institución buscan salidas que apunten a superar la crisis, el Pleno concluye en la necesidad de dinamizar una clara política de alianzas y de unidad donde los objetivos por construir nación, por la paz y la justicia social sean los ejes que proyecten dichos desarrollos.
El evento parte de considerar que la crisis social ha tocado fondo y requiere de la insurgencia propuestas que involucren a la población entera y que lleguen también a nuestros amigos en el extranjero, en esta dirección mantenemos abierta la ventana del diálogo para buscar colocar en la opinión el pensamiento del ELN sobre asuntos de interés nacional.
Por último camaradas, el evento concluye que la insurgencia debe trabajar en los diferentes espacios y formas de lucha social y política, buscando confluencias para sumar, así crecemos en la medida que los otros también se desarrollan, para el bien común de la causa revolucionaria.
Con aprecio y fraternidad revolucionaria.
Sexto Pleno de la Dirección Nacional del ELN.
Montañas de Colombia,
Octubre del 2004
Para nuestros amigos, los activistas y la militancia.
En esta época de crisis de la humanidad, en que el imperialismo de manera bárbara arrasa a los pueblos oprimidos del mundo con sus políticas guerreristas y de sometimiento económico, época que se caracteriza por la pérdida de la dignidad humana y por la pérdida de la solidaridad; son todos estos anti valores los que el imperialismo pretende imponer a lo largo y ancho del planeta.
Hoy en que la vida del planeta, el hombre y la mujer, están amenazadas por los intereses egoístas e individuales del capital, se hace urgente y necesario que los pueblos oprimidos nos decidamos a cerrar filas en la lucha por un proyecto de nación donde se recoja el sentir de las mayorías explotadas, nación que se construya en armonía del hombre y la mujer con la naturaleza.
La Dirección Nacional del Ejército de Liberación Nacional (ELN) acaba de realiza su Sexto Pleno, 40 años de lucha y esperanzas, en armonía, unidad y alegría revolucionaria, siempre con la fe y esperanza en la búsqueda del sueño por la construcción de una sociedad nueva, digna y equitativa para todos. Podemos reiterarles después de este magno acontecimiento, que nuestra Organización es una herramienta de los colombianos y colombianas para hacer posible los ideales de libertad, democracia y bienestar con justicia social, y que por encima de nuestros intereses como corriente de pensamiento, están los sueños de las mayorías.
A todos ustedes, les manifestamos que el ELN, hoy más que nunca sigue en la inquebrantable decisión, de trabajar incansablemente por la solución política del conflicto, este objetivo común de todos, es el cimiento que nos permitirá materializar en un futuro las bases reales para la búsqueda y construcción de la paz con bienestar y justicia social, también esta meta es el camino para la nación que aspiramos. Por todo esto no ahorraremos esfuerzos por trabajar en la realización de la Convención Nacional, como el espacio y escenario en donde todos y todas las colombianas y colombianos ideemos los sueños del país que anhelamos.
Los momentos que vive nuestro país actualmente requiere por parte de todos la unidad y la confluencia por los intereses comunes, solo así es posible frenar los intereses egoístas y guerreristas, que la oligarquía colombiana con su presidente Uribe, quien con la reelección pretende prolongar sus programas y políticas al servicio de los intereses de los ricos e imperialistas.
También el ELN, en este evento de manera madura y con mente abierta vemos que no es posible avanzar en los sueños comunes si las distintas corrientes de pensamiento no hacemos algunos giros de manera integral y creadora, en miras a caminar todos por los mismos senderos que nos conduzcan a materializar el sentir común que otro mundo es posible.
Este evento reconoce a la militancia Elena la heroica y férrea actitud que ha tenido en el transcurso de estos 40 años de luchas por la Liberación Nacional y la construcción de una nueva sociedad más justa y digna, haciendo con esto que este proyecto siga jugando como opción de esperanza para todos los colombianos. Se requiere de manera urgente que todos nuestros hombres y mujeres que militan en el ELN materialicen los nuevos giros y retos que nos planteamos en estos momentos para encarar el compromiso revolucionario y dar los saltos necesarios en la lucha junto al pueblo.
A todos nuestros amigos, queremos decirles que aquí estamos abiertos para seguir como siempre trabajando mancomunadamente en todos los espacios necesarios que junto a Ustedes vamos construyendo, y configurando para materializar la nueva nación, por esto los diálogos y la Convención Nacional son parte de los instrumentos para buscar entre todos una solución política al conflicto que vive el país, y así de manera real y objetiva irnos encaminando a materializar la verdadera paz que aclamamos todos y todas los Colombianos
La oligarquía colombiana, junto al imperialismo norteamericano, a través del neoliberalismo pretende llevar al país a la mayor miseria absoluta que jamás hayamos vivido en nuestra historia, ha aplicado estas política sin contemplación al ser humano en toda su dimensión, ya que para ellos prima el mercado por encima de la vida y la dignidad. A Ustedes los activistas y líderes desde sus múltiples espacios de trabajo son el pulmón que dan oxigeno a través de la organización y las luchas de todos los sectores sociales del país, hacemos el llamado para que todos unidos construyamos instrumentos que nos sirvan para la lucha popular y avanzar en los sueños de libertad y democracia.
Fraternalmente
Sexto Pleno de La Dirección Nacional del ELN
Montañas de Colombia, Octubre del 2004
Apreciados Compañeros y compañeras Presos Políticos.
Reciban nuestro afectuoso saludo para todos quienes hoy se encuentran privados de la libertad por ser luchadores populares.
Para comunicarles que en el desarrollo del Sexto Pleno de la Dirección Nacional de nuestra organización, al que denominamos 40 años de lucha y esperanzas, efectuado en el mes de octubre de 2004, lo desarrollamos exitosamente en un ambiente de hermandad y alegría que nos caracteriza a toda la familia Elena. Esperamos les lleguen las conclusiones y estamos prestos a recoger las inquietudes y sugerencias de Ustedes.
Un tema preocupante que analizamos es la situación de todos Ustedes; asumimos la autocrítica ante los problemas y limitaciones no resueltos; así no estén todos a nuestro alcance; pero estamos en la disposición de superarlos, aunque no todo lo podamos resolver, siendo lo ideal, es nuestro deber y obligación, hacer el esfuerzo por desarrollar la atención política, jurídica, humana y familiar.
El sistema judicial actual impuesto por el régimen, argumenta la precondición de que el sindicado, ya es acusado, y se niega el derecho a la inocencia; de esa manera se violan las normas al debido proceso y se acrecientan las violaciones de los Derechos Humanos, por parte del Estado. Estos escenarios de humillación, aislamiento e indignidad, de vigilancia estricta, tienen como objetivo pretender quebrar la voluntad de nuestros hombres y mujeres y obligarlos a una negociación y traición de su proyecto de vida, donde una de las más poderosas armas que podemos contraponer es la fortaleza ideológica y lucha política permanente individual y colectiva.
Entendemos para ustedes lo difícil, tétrico, espantoso y torturante de encontrarse en las garras enemigas. Pero a la vez, estar orgullosos con la frente en alto, de ser dignos como hombres y mujeres alzados en armas, rebeldes del actual sistema. De ser capaces de estar de pie, con lealtad y fidelidad a los ideales y principios de la Organización. De ser capaces de resistir todos los oprobios y ofensas; a la vez, ser modestos y humildes ante los halagos y prebendas para no traicionar los nobles ideales y principios revolucionarios que nos unen al pueblo. Por eso todos ustedes que siguen firmes y leales en tales circunstancias, son los nuevos héroes que el pueblo sigue necesitando y creyendo.
Tenemos que ganar junto a Ustedes la dimensión de su trabajo, como otro frente de lucha, donde son muchas las enseñanzas vividas y a rescatar, para innovar nuevas dinámicas al interior de las cárceles y fuera de ellas; exigiendo la amnistía e indulto de todos los presos políticos, con las organizaciones sociales y políticas, con la iglesia, con las ONGs, con la comunidad internacional. Aprovechar estos espacios y encuentros también para la denuncia, defensa y difusión de nuestras propuestas como organización; pero fundamentalmente con el anhelo de construir una nación para todos.
Valoramos el acumulado de revolución que hemos podido construir junto a nuestro pueblo en estos 40 años de lucha y en especial, puesto a la dura prueba del Plan Colombia; donde las manos de la intervención norteamericana se hacen más evidentes, con la presencia de asesores, equipo tecnológico, ayudas financieras para la implementación de todo el plan contrainsurgente y anti popular. Todas las luchas desarrolladas son ejemplos para abrir nuevos rumbos de convergencia e identidad, para construir un bloque de oposición al actual modelo y régimen, que se proponga impulsar un gobierno comprometido en la solución política al conflicto social y armado, cuyo propósito principal sea lograr la Paz con justicia social.
En estos 40 años de activa y sistemática lucha en el país, hemos podido construir en el escenario internacional relaciones políticas, quienes valoran nuestro modesto aporte como una corriente de pensamiento libertario en el ideario Latinoamericano; algunos nos acompañan en el proceso de solución política con el Estado, como Grupo de países amigos. Somos invitados y tenidos en cuenta en los diversos encuentros y jornadas, como parte de los actores en el conflicto social y armado que vivimos. De la misma manera, en el país son muchas las organizaciones sociales, políticas, étnicas, religiosas, personalidades y amigos que ven en nuestras propuestas una luz de esperanza a la grave crisis que padecemos.
Nos sentimos identificados con todas las jornadas de protestas en el continente contra la ingerencia del imperialismo norteamericano, mediante el Plan Colombia y el ALCA; festejamos los esfuerzos encaminados a desarrollar los acuerdos regionales y la construcción de gobiernos alternativos.
Es parte de nuestra ética política el reconocer como humanos los diferentes errores y en éste ejercicio valorar el honor a la palabra, a la verdad; también ser constructores de los nuevos valores sociales y humanos como el respeto y defensa del bien público, nuestro espíritu unitario con todos los revolucionarios, el respeto a nuestro pueblo, rechazamos el trato humillante y degradante, y el deslinde con el fenómeno del narcotráfico.
Para el ELN hoy, la Paz y la justicia social son las prioridades que el país demanda; nos sumamos a ese torrente por construir dinámicas sociales, encuentros y consensos, acuerdos y pactos sociales, que permitan escuchar e interpretar el clamor de los necesitados. En esa perspectiva venimos dialogando con todos quienes estén por el cambio y las transformaciones, con quienes creemos poder soñar con una Colombia para todos. Los que estamos por generar una identidad como pueblo y nación, donde la soberanía sea la verdadera voluntad de nuestro pueblo; donde la unidad nacional sea la fuerza determinante de nuestra diversidad regional, cultural y étnica.
El régimen viene trabajando en impedir y aislar nuestra comunicación para no dar continuidad a nuestros planes, por eso los traslados y la violencia intra carcelaria.
Nuevas luchas nos esperan y trataremos de no ser inferiores a la realidad y la necesidad que el momento y el pueblo nos exige. Sepan que en nuestros días de trabajo están su memoria y recuerdo que nos fortalece; a la vez, la esperanza y anhelo de tenerlos pronto junto a nosotros.
Con mucho cariño para Ustedes.
SEXTO PLENO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL ELN
Montañas de Colombia, Octubre de 2004
Revista de la Dirección Nacional del ELN de Colombia
Octubre de 2004.
CONCLUSIONES DEL SEXTO PLENO DE LA DIRECCION NACIONAL DEL ELN
CONTENIDO:
- Presentación
- Hegemonía e imperialismo
- Oposición al continuismo y a la crisis social
- Declaración política
- Un camino nacional y popular para resolver la crisis
- El pensamiento del ELN
- Cartas
PRESENTACIÓN
Cada cuatro años se reúne la comandancia del Ejército de Liberación Nacional y en esta oportunidad el Pleno llevó el nombre, ELN, cuarenta años de lucha y esperanzas. De sus deliberaciones quedan las Conclusiones que ahora entregamos a ustedes, en la expectativa de poder recoger las opiniones que ellas les merezcan.
Al principio encontrarán análisis de la situación mundial y de Colombia en los artículos,Hegemonía e imperialismo y Oposición al continuismo y a la crisis social. Enseguida, en la Declaración Política y en Un camino nacional y popular para resolver la crisis están las propuestas que este Sexto pleno de la Dirección Nacional le hace al país.
Para cerrar estas Conclusiones hallarán las tesis sobre El pensamiento del ELN, en las que se hace una breve reseña de las reflexiones que está haciendo la dirección Elena en esta materia. Al final, en la sección Cartas están los distintos mensajes que este Pleno le envía al Secretariado de las FARC, a los hermanos de lucha y amigos de todo el mundo, y a los prisioneros políticos.
En estas Conclusiones se amplía el espíritu del Sexto Pleno, el cual se halla sintetizado en las siguientes consignas, que se agitaron en todos los días de sesión:
Alerta Colombia, alerta que camina, la espada de Bolívar, por América Latina
Cuarenta años resistiendo, venceremos.
HEGEMONÍA E IMPERIALISMO
Hace 55 años el Señor George Kennan -Director del Departamento de Estado Planificación Política de Estados Unidos, en 1948 afirmó:
"Tenemos aproximadamente el 60 por ciento de las riquezas del mundo, pero sólo el 6,3 por ciento de su población. En estas circunstancias no podemos dejar de ser objeto de envidia y de resentimiento. Nuestra verdadera tarea para los años venideros es crear un modelo de relaciones que nos permita mantener esta disparidad.
Era en ese entonces, hoy es cerca del 75 por ciento.
El mercado mundial es insuficiente para continuar con su crecimiento descomunal las transnacionales de bandera gringa, quienes se han ido apropiando del mercado gracias al avance tecnológico, son las más favorecidas por la acumulación de capital logrado en la expropiación y, sobre todo, por la imposición imperial aprovechando la condición de súper potencia única. El botín para nuevos repartos del mundo no está agotado. Aún existen importantes reservas extranjeras en Asia, África y América Latina que son motivo de codicia y apropiación por parte de los EEUU, la Unión Europea (UE) y el Japón.
El actual reparto del mundo es un freno molesto al desarrollo de sus transnacionales que hoy exigen nuevas condiciones para continuar el crecimiento desbocado. El orden internacional a pesar de ser favorable en muchos aspectos no satisface los propósitos expansionistas a mediano plazo. Cada vez es más frecuente que cuando un organismo internacional no se pliega totalmente a sus intereses lo desconoce, como acaba de ocurrir con la ONU en la última guerra invasora de Irak.
La estrategia de los EEUU a nivel mundial se expresa en torno a tres (3) propósitos: impedir el surgimiento de otra súper potencia competidora, establecer las condiciones favorables al desarrollo sin límite de sus transnacionales y conservar el poderío militar que le permita concretar los dos primeros cometidos.
Lo que se está dando actualmente en el mundo expresado en las agresiones militares, los chantajes políticos y sobornos económicos, y la violación a la institucionalidad internacional construida durante varios años, es resultado de la estrategia imperialista en marcha.
Así las cosas, la hegemonía imperialista buscó el control de la economía capitalista mundial y sus trasnacionales, el control público de los Estados, la imposición de sus leyes por encima al ordenamiento jurídico internacional y la agresión militar como forma superior de imposición del terror sobre los pueblos y naciones.
De acuerdo con esta estrategia las prioridades del imperialismo están desplazadas hacia el Asia y el Oriente Medio. En la línea de atajar el desarrollo de China como la nueva súper potencia del siglo XXI, controlar el desarrollo de las transnacionales europeas y evitar que la UE se convierta en otra potencia que le haga competencia.
No es gratuito que los EEUU cacen camorra a Corea del Norte fronteriza con China, hayan invadido a Afganistán y establezcan bases militares en los países vecinos de la ex-Unión Soviética. Estos movimientos le dan ventaja estratégica sobre su potencial enemigo al colocarse en sus fronteras y apropiarse de los recursos energéticos de los países vecinos y sobre todo del oleoducto trascaucásico por donde pasa cerca del 35 por ciento del petróleo mundial.
Las guerras en el Oriente Medio hay que mirarlas dentro de tres (3) aristas: la una, reforzar el poderío y expansión de Israel, su principal aliado y contener las luchas de los pueblos árabes. La otra es el control de más del 66 por ciento de las reservas mundiales de petróleo ubicadas en la región (que es la principal) y la tercera, estrechar, arrebatarle mercados a la UE y obstaculizar el posicionamiento del euro como moneda de las transacciones petroleras, que ya empezaba a darse.
Si bien los planes de Bush pretendían fortalecerse con la invasión a Irak, al igual que a las trasnacionales norteamericanas, el tiro le salio por la culata: el imperialismo enfrenta el mayor reto militar en su historia agresora y no es exagerado afirmar que en Irak viene sufriendo pérdidas similares a las de Vietnam. Los norteamericanos exigen de manera creciente el retiro de las tropas de suelo Iraquí y la mayoría que acompaña al candidato demócrata John Kerry no es tanto por legitimidad de su propuesta de gobierno (que en lo interno poco se diferencia de la republicana), sino por su compromiso de bajarle intensidad al discurso guerrerista de Bush. Irak es un polvorín y una daga clavada en el corazón de la campaña reeleccionista Republicana.
No obstante, luego de la Convención de los Republicanos (1 al 3 de septiembre del 2004), donde se respaldó a Bush como candidato del partido para enfrentar a Ferry, se notó un importante avance conservador en las diversas encuestas realizadas.
Es de esperar que la balanza se incline finalmente por el candidato que no solo interpreta la opinión mayoritaria del pueblo norteamericano en contra de la guerra, sino que garantice la estabilidad económica y los derechos civiles, bastiones determinantes en el pensamiento político norteamericano.
Si tenemos en cuenta que en la década del 90 del pasado siglo se nos quiso imponer el neoliberalismo como condición sin la cual no era posible el desarrollo de los países hoy, años después, podemos afirmar que este fracasó como proyecto de construcción de humanidad, sumió a la mayoría de los pueblos del mundo en formas de vida propias de la edad media. Pese a ello, el neoliberalismo sigue siendo el modelo de dominación predominante a nivel mundial, por tanto la lucha diaria y continua de los pueblos y naciones contra este perverso enemigo es la clave de próximas victorias.
Contradicciones con la Unión Europea
Lo anterior explica en buena parte la posición de algunos países industrializados amigos de los EEUU que rechazaron la guerra a Irak. Francia, Alemania, Canadá y Bélgica, además de Rusia y China hicieron quedar en minoría en el Consejo de Seguridad de la ONU la propuesta de los EEUU pidiendo el aval para declarar la guerra.
Después del triunfo de Rodríguez Zapatero en España y el regreso a casa de los militares españoles enviados por el anterior gobierno de Aznar, se han desencadenado una serie de sucesos que demuestran definitivamente que Europa está dividida respecto al respaldo de la ocupación: de un lado, el eje Gran Bretaña, Italia y Polonia insisten legitimar con su presencia la intervención, mientras del otro, España, Alemania y Francia lideraron la propuesta que las fuerzas invasoras imperialistas salgan de Irak y sean reemplazadas por fuerzas de la ONU. Es claro que esta tampoco es la solución. Las fuerzas patrióticas Iraquíes que luchan con las armas en la mano exigen el retiro inmediato e incondicional de las fuerzas invasoras, así también rechazan por incondicional, ilegitimo y vasallo al nuevo gobierno posesionado hace poco, el cual no es más que un comodín, títere de los intereses del imperialismo.
Si bien los organismos internacionales como la ONU y la OEA son instrumentos para la legitimación de las políticas imperialistas a nivel mundial la primera y en América Latina y el Caribe la segunda, esto no invalida la importancia de la presencia política de los países del tercer mundo en ellas. La ONU, por fuera del Consejo de Seguridad deliberó soberanamente en su Asamblea Anual produciendo hechos políticos relevantes como la condena al bloqueo imperialista a Cuba, la condena al racismo y el apartheid en el África, el capítulo sobre derechos humanos donde se ha condenado sucesivamente al Estado colombiano, el apoyo a los países más pobres en su lucha por un mercado más justo.
Europa y Latinoamérica
Tradicionalmente los países europeos han tenido sus ojos puestos en África, Medio Oriente y Europa Oriental. Latinoamérica no ha estado dentro de sus prioridades; los asuntos relacionados con este continente los han dejado al manejo de España, sin que sea exclusivo.
Es en los últimos años que algunos países europeos se han venido metiendo con más interés en Latinoamérica. La Unión Europea en la nueva etapa, afanada en consolidar el mercado único y afianzar su condición de potencia económica, está intensificando sus actividades para lograr acuerdos comerciales, avanzado con México y su interés mayor está en el sur de continente, por lo cual está contribuyendo a que el acuerdo de MERCOSUR se consolide como espacio para concertar los negocios.
La presencia de la Unión Europea en el continente ha generado ciertos celos de los Estados Unidos que ve cómo expande su influencia comercial, cubriendo espacios que ellos antes tenían y sin que sean fruto de rechazo hostil de las comunidades. El Plan Colombia o Iniciativa Andina está dirigido sobre todo a recuperar los espacios perdidos y posesionarse en Suramérica para hacer florecer sus transnacionales y restringir la ingerencia de los capitales europeos.
Manifestaciones en el Continente
Latinoamérica y el Caribe están incluidos en los planes del imperialismo a nivel mundial, como su patio trasero, afianzándolo como mercado cautivo y ventaja geoestratégica. Entre las otras prioridades está impedir el desarrollo de Cuba socialista y frenar a las fuerzas libertarias que resurgen en el continente, el proceso bolivariano venezolano, las expresiones políticas soberanas de los gobiernos de Brasil y Argentina, el fortalecimiento de las fuerzas sociales en el continente y la insurgencia colombiana.
El Plan Colombia de esencia agresiva, rebautizado como Plan Andino, junto al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) constituyen las dos patas de la tenaza con que el imperialismo pretende aplastar a los pueblos e imponer la nueva colonización del siglo veintiuno, apoyado por las oligarquías lacayas del continente. El gobierno colombiano es aliado de los planes imperialistas y cabeza de playa para Sudamérica. Dentro de este papel el presidente Uribe prepara las condiciones para la guerra, reclama insistentemente fuerzas de ocupación para el país y presiona a los países vecinos para que se vinculen al conflicto interno.
Colombia es un caso especial debido a la crisis de gobernabilidad y las características de un conflicto en el que convergen distintos factores, y desde luego tiene sus incidencias sobre el resto de países que tienen iguales o relacionadas problemáticas.
En ese sentido el papel que actualmente cumple el gobierno de Lucio Gutiérrez en Ecuador es particularmente funesto. El carácter incondicional del gobierno ecuatoriano respecto al apoyo al Plan Colombia y a las medidas guerreristas de Uribe, proyectan al Ecuador para su deshonra, como un país que pisotea la tradicional soberanía que ha demostrado a través de su historia en lo que respecta al no involucramiento en el conflicto interno en nuestro país.
La estrategia para el reforzamiento del control de Latinoamérica está enmarcada dentro de los planes del NAFTA, ALCA y Puebla-Panamá que aparecen como acuerdos comerciales pero detrás de ellos se esconden cláusulas que le garantizan el control económico y político al imperialismo, sobre los países y la soberanía de los mismos.
Pero además acelera las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral de libre comercio (de anexión a los EEUU), a espalda de los colombianos, debilitando la posición de algunos gobiernos que se oponen o plantean negociar como bloque de países.
El lacayismo e incondicionalidad de Uribe Vélez con los planes agresivos de Bush, no tienen límite. Conjuntamente con los gobiernos de Nicaragua, El Salvador y Honduras fueron los únicos que, en Latinoamérica y el Caribe, públicamente se adhirieron a la guerra de agresión contra Irak, respaldaron el desconocimiento de la ONU, del Consejo de Seguridad y apoyaron la violación del Derecho Internacional.
El gobierno de los EEUU sufre la presión de sectores de opinión que cuestionan el apoyo que le brinda al gobierno colombiano comprometido en escándalos de narcotráfico y sobre todo violador de los derechos humanos. Estas dos circunstancias hacen que no contemplen, por el momento, el involucrarse en la guerra con el despliegue de sus tropas, aún cuando no hay que ignorar la creciente presencia de soldados gringos en el país y de fuerzas mercenarias camufladas como empresas contratistas civiles.
El apoyo fundamental que viene recibiendo el gobierno colombiano de los EEUU es ayuda en recursos bélicos, capacitación militar, entrenamiento, inteligencia y apoyos especializados. Esto puede variar de acuerdo al escalonamiento y equilibrio de las fuerzas confrontadas.
La implementación del Plan Colombia ha suscitado serias contradicciones al interior de las propias instituciones norteamericanas. Diversos parlamentarios demócratas, ONG, las Iglesias Reformadas, intelectuales como Chomsky y Petras, sectores sociales y sindicales, se oponen abiertamente al apoyo del Estado y el gobierno colombiano por violador de los Derechos Humanos y por ser permisivo con el fenómeno del narcotráfico.
No debemos olvidar las tenazas militares que se cierran sobre el continente a través de las bases militares como la de Manta (Ecuador), las ubicadas en las Antillas Menores y en la Patagonia (Argentina)
Tendencias en nuestra América
Nos encontramos en un período político trascendental en el contexto general mundial caracterizado por: Implementación y generalización de una política imperial mundial a la cabeza de los Estados Unidos que busca una recolonización del mundo a través de claros y definidos objetivos políticos, militares, económicos y jurídicos.
En nuestra América asistimos al tránsito entre el neoliberalismos más brutal que predomina en la dirección económica y política de la mayoría de nuestros países y un nuevo modelo que aún no termina de configurarse. Este nuevo modelo tiene su polo referencial en la Venezuela bolivariana de Chávez, quien acaba de conquistar una resonante victoria al ser ratificado por la inmensa mayoría del pueblo en el pasado referéndum reafirmatorio del 15 de agosto pasado.
Igualmente se manifiesta la crisis generalizada de la llamada democracia representativa que ha separado históricamente sus partidos políticos de los movimientos sociales y los movimientos populares, que ha permitido que el capitalismo a quien defienden como sistema, secuestre al Estado y las elites económicas se apropien de él en detrimento de la justicia social y el bienestar de las mayorías.
Esto explica la pérdida de legitimidad de los partidos tradicionales en la mayoría de nuestros países y el surgimiento de una corriente alternativa de los pueblos cada vez más convencidos de la crisis del neoliberalismo y la necesidad de construir alternativas democráticas que estén asociadas contra la corrupción y el clientelismo.
En algunos países, con la ruptura de la democracia formal se viene produciendo una ampliación de la democracia participativa que sustituye las viejas formas de elección y de representación institucional.
En esta perspectiva podemos señalar que el signo predominante en nuestro tiempos es la construcción de la democracia que a la vez que permite disputarles los espacios políticos a la burguesía en sus propios espacios de gobernabilidad e institucionalidad; nos permite ganar protagonismo por fuera de ellos en el marco de construcción de movimientos sociales alternativos, ejercicios de poder popular y democratización de los instrumentos políticos.
La llegada al gobierno por la vía institucional desde el protagonismo social y político del pueblo en Venezuela con Chávez, del brasilero con Lula Da Silva, solo se puede explicar en la participación democrática y popular desde el ejercicio de la más amplia democracia participativa. Igualmente son favorables para la actual correlación de fuerzas a nivel continental las medidas antimilitaristas adoptadas por el gobierno de Kitchner en Argentina, el énfasis en renegociar los acuerdos con el FMI y su disposición a fortalecer el MERCOSUR. En esta dirección apuntan también las declaraciones del presidente del Paraguay, Nicanor Duarte.
Estos triunfos políticos que se suman al avance del movimiento indígena y popular boliviano, del frente amplio en Uruguay, del triunfo del PRD panameño con Martín Torrijos, quien conquisto la presidencia de la república en las pasadas elecciones del 5 de mayo, marcan un punto de progreso en dirección de la acumulación de fuerzas democráticas en el continente y configuran una nueva situación geopolítica que es importante para nuestras formulaciones estratégicas de periodo y coyuntura.
Anotamos que estos procesos son jóvenes aún y afrontan serias limitaciones como: el marco geopolítico, social y económico del mundo que les son desfavorables, el que están supeditados en la mayoría de los casos a las alianzas con sectores de la burguesía, a la carencia de un programa revolucionario en su conducción, al factor militar no resuelto, al sectarismo y doctrinarismo de algunos sectores de la izquierda que no los entienden, a la falta de liderazgos colectivos.
Por supuesto existen diferencias cualitativas importantes en cada proceso histórico reseñados, producto de las condiciones concretas en cada país y de sus propias realidades socio-políticas, de ahí que no podemos entenderlas como si fueran un todo o simplificarlas solo al marco de sus propias características por fuera de un marco global. No podemos deducir que por efecto dominó los demás procesos estamos regidos por estos pero es indudable el enorme peso político que debemos atribuirle a ellos.
Otras formas de resistencia popular
Los mecanismos políticos y económicos de carácter hegemonista y expansionista que están en marcha contra nuestros pueblos y naciones (Plan Colombia, ALCA, Plan Puebla Panamá, Plan Regional Andino), y algunos acuerdos bilaterales que van en detrimento de nuestras soberanías, nos permiten afirmar que si no trabajamos con una proyección latinoamericanista a todos los niveles y en todos los ámbitos, el tránsito actual puede devenir en una nueva recolonización global del continente.
De ahí que es urgente y necesario reafirmar nuestra vocación integracionista y revolucionaria que nos permite contribuir en la participación de la construcción de una estrategia global anti neoliberal, que dimensione lo política y lo social en función de la defensa de nuestros pueblos y naciones.
Terminamos diciendo que los ámbitos de resistencia popular en nuestra América crecen y se manifiestan de diversas formas y maneras. Veamos:
Desde la institucionalidad con acceso a gobiernos nacionales, regionales y municipales.
Fortalecimiento y mundialización de un movimiento en resistencia contra la globalización, el neoliberalismo, contra la guerra y a favor de la paz.
En las formas de resistencia social que adquiere claros signos políticos revolucionarios (Círculos Bolivarianos en Venezuela, Piqueteros en Argentina, Movimiento sin Tierra en Brasil, Movimiento al Socialismo en Bolivia, entre otros).
En las miles y generalizadas marchas por la paz y contra la guerra.
En el mantenimiento de un proyecto armado desde el movimiento social indigenista (Chiapas, México).
En las grandes movilizaciones y resistencia popular contra las privatizaciones y el intervencionismo extranjero.
Las protestas globales, la recuperación del movimiento popular, la consolidación política de los movimientos sociales, el acceso a la gobernabilidad desde la democracia participativa, la persistencia guerrillera, nos demuestran las grandes dificultades que tienen los sistemas capitalistas en nuestro continente y las grandes esperanzas que depositan millones de personas en nuevos sistemas de gobierno. No son gratuitas las efusivas muestras de amor hacia Fidel, Chávez y Lula donde quiere que participan.
El Socialismo hoy
Persisten varios países (Cuba, Corea, China, Vietnam) donde habitan mil cuatrocientos millones de personas (aproximadamente) que construyen su socialismo basado en las nuevas realidades geopolíticas mundiales y en sus propias especificidades nacionales, manteniendo en permanente construcción el desarrollo económico de sus países, el bienestar de sus pueblos y la defensa de la patria y la soberanía nacional.
Es indudable la supremacía del bienestar social de estos pueblos que superan con creces sus debilidades económicas. Aspectos como la salud, la educación, al respeto por los derechos humanos, la paz, la estabilidad laboral, la atención esencial a la niñez, la mujer, la vejez, el desarrollo cultural, el respeto étnico, la participación social, la construcción de su identidad nacional, el deporte, son manifestaciones claras en el socialismo de hoy, en construcción en estos países.
Entender estas ventajas, no nos puede llevar a desconocer las limitaciones existentes, el contexto económico que obliga a convivir e interlocutar con el capital internacional en detrimento de sus monedas nacionales, el desabastecimiento de sus mercados y en algunos países el atraso tecnológico.
Entender el sistema socialista con sus ventajas para nuestros pueblos y naciones es también aceptar que él se construye en difíciles condiciones geopolíticas, económicas, militares e ideológicas, y que estas no pueden ser desconocidas o ignoradas por quienes luchamos por su construcción.
OPOSICIÓN AL CONTINUISMO Y A LA CRISIS SOCIAL
Readecuación del régimen
En los últimos años el imperialismo y la oligarquía colombiana han venido adecuando el régimen político a la implementación del modelo de dominación. Con la Asamblea Nacional Constituyente del 91 se negoció un nuevo consenso donde sin afectar el modelo neoliberal y la concepción de Seguridad Nacional, y adecuando la legislación laboral al interés imperialista, se introdujeron reformas con aspectos democráticos. Con esto quisieron dejar sin banderas al movimiento insurgente.
Para entonces el régimen se la jugó captando una parte del movimiento insurgente, desmovilizándolo; (M19, EPL, PRT, QL) y al resto le lanzó una ofensiva militar e ideológica, para sellar con ello su triunfo político en la constituyente.
La respuesta insurgente fue oportuna e integral, por primera vez de manera unitaria la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar lanzó una campaña político militar, forzando con ésta a los diálogos de Caracas, con lo cual se logró abrir un nuevo escenario político en el país, legitimando propuestas y la interlocución con la insurgencia.
A partir de ese momento no hubo una propuesta unificada desde el bloque dominante, sobre todo en lo referente a las salidas al conflicto, unos se inclinaron más por la negociación y la aplicación gradual del modelo neoliberal y otros por la guerra total, con la idea de debilitar militar y políticamente a la insurgencia para obligarla a negociar en condiciones desventajosas y así llevarla a su desmovilización, o en su defecto, convertirla en organizaciones marginales a la vida política del país, aplicando a fondo el neoliberalismo.
Pastrana optó desde su candidatura por un proceso de Diálogo con la insurgencia, en particular con las FARC, para desactivar su ofensiva militar, pagar la deuda electoral de la foto con Marulanda, y atenuar la crisis económica. Procedió de manera distinta con el ELN a quien le definió una ofensiva mientras negociaba con las FARC, entre tanto adecuaba y reestructuraba las Fuerzas Militares (FFMM) en el marco del Plan Colombia.
Recomposición de ultraderecha
El desgaste del proceso de diálogos entre gobierno e insurgencia fue propiciado en parte por el equivocado manejo dado por la insurgencia, que desaprovecho el espacio logrado ante el país.
Uribe logró reagrupar a la burguesía y a toda la institucionalidad en un proyecto de recomposición de ultraderecha desde la opción de la guerra total, apuntalado en la ofensiva Antiterrorista del imperialismo y respaldado por el gran capital y el narcotráfico; aprovechó el debilitamiento del movimiento popular, producto de la guerra sucia, el desgaste en la lucha contra el paramilitarismo, el descrédito político por el accionar equivocado de la insurgencia.
Su objetivo es la derrota de la insurgencia como proyecto de nación y de sociedad, recomponer el modelo de dominación y ganar estabilidad para implantar con mayor profundidad el modelo neoliberal, el Tratado de Libre Comercio y el ALCA que anexa el país a los intereses del imperialismo.
Esta recomposición le exige al régimen la implementación de la contrarreforma constitucional y otras medidas de reestructuración del Estado: Plan de ajuste fiscal, reforma política, reforma a la justicia, fortalecimiento del militarismo con el estatuto antiterrorista. Con esto se fortalece en el Estado una práctica autoritaria y excluyente.
Crisis y realinderamiento de los partidos políticos
Producto de la practica guerrerista, el autoritarismo, la irregularización del funcionamiento del estado, el excesivo arrodillamiento a los intereses gringos, el desconocimiento a sectores de la burguesía, se ha polarizado el país gestándose un reagrupamiento de ultraderecha expresado en el partido uribista y otro agrupamiento de oposición que incluye a algunos sectores de los partidos tradicionales por ejemplo la senadora Piedad Córdoba. Este bloque opositor y democrático, heterogéneo en su composición por la confluencia de: liberales, sectores democráticos, de izquierda, independientes y organizaciones sociales y populares, se presenta como una propuesta alternativa para el país, que no ve en la guerra la manera de resolver el conflicto y se propone la solución política como la posibilidad de lograr la reconciliación de los colombianos.
Economía que crece a costa de la pobreza y miseria para las mayorías
Los últimos periodos de gobierno: Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe, asumieron de manera obediente las directrices del Banco Mundial, FMI, BID, ejecutar el neoliberalismo, con efectos nefastos para la economía del país.
Al igual que el resto de países de América Latina, todas las empresas estatales y privadas nacionales están quedando en manos de las multinacionales. Tendencia que se ahondará a medida que se aplique el ALCA. Esto significa pérdida de soberanía, aumenta la brecha entre ricos y pobres, que hoy son más de 27 millones de colombianos y 10 de estos en la miseria absoluta.
Para sostener la guerra al Estado no le ha sido suficiente la financiación externa, por lo tanto ha venido recortando el presupuesto para la inversión social. Aplicando las medidas de ajuste dictadas por el FMI, Privatizaciones, despidos masivos de trabajadores, recorte de presupuesto para la educación y salud, recorte a las transferencias regionales, ahondando la crisis del país.
Aumenta la crisis social
Este es un periodo en el que se evidencia con más claridad la pauperización de la población Colombiana, donde los registros del índice de desempleo y subempleo cada vez son más alarmantes y devastadores, porque disminuye el nivel de ingresos de las familias colombianas. Según las estadísticas, el desempleo en los últimos años ha aumentado por encima del 17 por ciento producto de los desplazamientos y despidos masivos de trabajadores, entre otros.
Así como el hambre alcanzó niveles sin precedentes en el país, el problema social se agrava, configurando una crisis humanitaria con 3 millones de desplazados-desterrados, producto de la guerra sucia, el conflicto armado y los efectos generados por la implementación de los acuerdos del TLC que acentúa la pobreza y marginalidad del campo, afectando de manera particular a campesinos e indígenas.
Producto de la aplicación de la reforma laboral, pensional, los despidos y el terror por la guerra sucia, hay crisis organizativa de los trabajadores. De 21 millones de la PEA (Población Económicamente Activa), solo hay organizados 800 mil.
El pueblo sigue resistiendo
Hay parcial reactivación de la movilización social de las comunidades en defensa de la vida, los derechos humanos, contra el desplazamiento forzado y en defensa del estado social de derecho.
Las comunidades negras e indígenas resisten y se movilizan contra la agresión que les genera la implementación de las medidas neoliberales y de guerra.
Aunque no hay luchas generalizadas ni tan masivas, las últimas movilizaciones (como la de Cartagena contra el ALCA y la jornada de movilización indígena) tienen un notorio avance por cuanto confrontan las políticas imperialistas y en ellas participaron las diferentes fuerzas sociales y políticas.
De gran importancia es el surgimiento de agrupamientos de izquierda, independientes, sectores democráticos y de la intelectualidad, que inciden de manera significativa en la opinión del país, ganando espacios en la institucionalidad y en la gobernabilidad regional y municipal.
Estos, junto a diferentes expresiones de movimiento social y sectores del partido liberal, vienen configurando un bloque de oposición, en la gran coalición democrática que derrotó el referendo, eligió al Alcalde de Bogotá y hoy desarrolla una gran campaña contra la reelección de Uribe.
El desgaste de la opción de la guerra por falta de resultados y las graves consecuencias que genera, despierta el interés y la participación de algunos sectores de la sociedad que abogan por la solución política al conflicto social y armado.
Narcotráfico y paramilitarismo
El imperialismo y el Estado colombiano han hecho alianza con carteles narcotraficantes en diferentes momentos de la historia reciente del país, como parte del plan contrainsurgente.
A comienzos de los 80 el paramilitarismo toma fuerza en Colombia como alianza macabra entre el narcotráfico y el Estado para ejecutar el genocidio más grande de nuestra historia contra la izquierda.
Convirtiéndose en la principal arma del plan contrainsurgente provocando el debilitamiento insurgente a través del aniquilamiento de organizaciones políticas y sociales, utilizando la masacre, el genocidio político y el destierro como armas de terror.
Esta herramienta propia de la guerra de baja intensidad es hoy parte de la nueva doctrina de seguridad nacional implementada por el imperialismo y seguirá siendo utilizada, así modifiquen su forma de aplicación.
Actualmente el Plan Colombia y la Iniciativa Regional Andina (IRA), hacen parte de la gran ofensiva del imperialismo en la región contra la insurgencia colombiana y como mecanismo para vencer la resistencia de los pueblos y el movimiento popular en América Latina, destacándose los intentos por desestabilizar el legítimo proceso venezolano. A través de este plan se modernizan las fuerzas militares, se triplica su pie de fuerza, se desarrollan nuevas modalidades y especialidades de combate y colocan al ejército colombiano como punta de lanza para el control y agresión en el área fronteriza andina.
Hoy el gobierno viene haciendo ingentes esfuerzos por legalizar a los narcotraficantes y paramilitares, para pagarles los servicios prestados en la lucha contra insurgente y contra la resistencia popular.
Con este proceso de negociación con los paramilitares, el gobierno a través de maniobras políticas y jurídicas intenta cubrir con un manto de impunidad, todos los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por estos agentes para-estatales.
Insurgencia
A pesar de la gran ofensiva contra insurgente de los últimos 4 años a través del Plan Colombia y su desarrollo en planes específicos regionales, como el plan Destructor y Patriotas, entre otros, con grandes operaciones a profundidad en los acumulados estratégicos insurgentes, extendiéndose en el tiempo, con campañas permanentes, saturando los territorios con efectivos militares, paramilitares y policiales. Los días van pasando y el compromiso de Uribe con la oligarquía y el imperialismo de derrotar a la insurgencia no se avizora por ningún lado.
Luego de dos años de exacerbar al país con el tema de la guerra total, para vencer al terrorismo, Uribe y sus fuerzas militares no han podido presentar resultados tangibles que afecten la voluntad de lucha de la insurgencia colombiana.
Es obvio el escalamiento del conflicto, aumentando la periodicidad de los combates y su intensidad pero hasta el momento no ha podido mostrar el aniquilamiento de una sola de las tantas estructuras guerrilleras existentes, ni tampoco ha podido debilitar la conducción estratégica de la misma.
La gran ofensiva contrainsurgente se ha ensañado contra el movimiento social y político. La persecución, detenciones masivas, asesinato de dirigentes sindicales y populares, la muerte de civiles en supuestos combates del ejército con la guerrilla, los campos de concentración en que se han convertido vastas zonas del país debido al cerco militar y paramilitar, son las expresiones cotidianas de la agresión del régimen de Uribe.
Ante la falta de resultados contra la insurgencia y con la crisis humanitaria que arrastra consigo el escalamiento de la guerra, la opinión de los colombianos se inclina hoy con mayor fervor por una solución política al conflicto, en la búsqueda de caminos que le conduzcan a una paz duradera, con justicia social.
UNIDAD PARA RESISTIR. UNIDAD PARA LUCHAR. UNIDAD PARA VENCER
Declaración Política
A 40 años de haber iniciado nuestra primera marcha guerrillera, el ELN le informa a la nación, a los pueblos colombiano y latinoamericano, que hemos concluido en un ambiente de alegría y unidad revolucionaria el Sexto Pleno de Dirección Nacional, máximo evento de la Comandancia Elena cuando no está deliberando el Congreso Nacional.
Ningún espacio más propicio para analizar el estado del país, la crisis estructural que en los diversos ordenes políticos, sociales, económicos, éticos y miliares afectan a la inmensa mayoría de colombianos y colombianas, como resultado del autoritarismo gubernamental que se impone en nombre de la libertad, la democracia y la "sacro santa defensa del orden institucional". Las mismas palabrejas de siempre y el mismo discreto encanto de la burguesía colombiana de mimetizar el horror de la guerra, del hambre, del desplazamiento interno, del genocidio paramilitar, de la aguda crisis social, con frases de cajón que no le dicen nada o dicen muy poco a los colombianos humildes, amantes del trabajo y la verdadera libertad.
Asistimos hoy en Colombia a una extraña y paradójica inversión de valores: un Presidente de la república que dice defender el orden institucional, está produciendo la más grande reforma antidemocrática de los últimos años, desconoce los fallos jurídicos que en ley le son contrarios, presiona o compra votos en el parlamento nacional como se venden baratijas en cualquier mercado callejero, levanta las banderas contra la politiquería y se convierte en su propio jefe de campaña en búsqueda de la reelección presidencial, aprovechando las jugosas sumas de dinero que administra como jefe de Estado. Juraba y perjuraba que no dialogaría con los terroristas guerrilleros, pero se sienta a manteles con los asesinos y narcotraficantes paramilitares en Santa Fe de Ralito. Dice luchar contra el narcotráfico porque fumiga sin piedad alguna la gran reserva ecológica de La Sierra Nevada de Santa Marta, los Parques Naturales de la Macarena y el Cocuy, regiones de nuestra Amazonía como el Putumayo y Caquetá, territorios ancestrales de nuestros pueblos originarios como el Cauca, la región del Catatumbo y el Chocó, mientras firma el salvoconducto presidencial que posibilitó que tres jefes narcotraficantes asistieran al Congreso colombiano para que sus parlamentarios los aplaudan.
Dice proteger los derechos humanos, mientras ordena a sus instituciones detener sin fórmula de juicio u orden de captura alguna, a miles de gentes del pueblo porque el sistema inquisidor que paga a sapos y arrepentidos que cobran encapuchados y por ventanilla, los señalan como presuntos colaboradores de la insurgencia y en extraños arrebatos reafirma su profunda vocación social y su compromiso con los pobres", mientras los azota con el látigo de los impuestos, aumenta el IVA, confisca sus pensiones, cierra hospitales y universidades públicas, recorta los servicios del SENA y de la vivienda. Y como fiel representante de la clase política, se autoproclama luchador contra la corrupción, mientras compra los votos de Yidis, de Teodolindo, de algunos conservadores, de liberales sumisos y protege a funcionarios serviles así ellos hagan negocios con dineros del Estado, como es el caso del ex secretario presidencial José Roberto Arango.
Y como las paradojas abundan, los grandes medios de comunicación, voces pregoneras de los capitales privados, secuestran a diario la verdad cuando colocan a Uribe en el sitial de la popularidad, mientras este pierde las verdaderas encuestas, como sucedió en las pasadas elecciones sobre el Referendo y las elecciones populares de gobernadores, alcaldes y concejales.
Según los publicistas del sistema la popularidad presidencial se debe principalmente a los buenos resultados de su política de seguridad democrática. Claro que como en Colombia las cosas insólitas pueden convertirse en realidad, el país se está moviendo no propiamente para "defender la seguridad democrática" sino en la proyección de un amplio movimiento de resistencia popular como se demostró en los dos paros nacionales de trabajadores desarrollados en el último año, en la heroica huelga de los trabajadores petroleros en contra de la privatización de ECOPETROL, en la lucha que a diario ofrecen los maestros, los trabajadores de la salud, los pobladores contra los impuestos y los malos gobiernos locales, en la gran movilización indígena y popular de mediados de septiembre que convocó a 60 mil manifestantes hacia la ciudad de Cali, en el llamamiento de la CUT, de la CGTD y de la CTC al paro nacional del mes de octubre.
Además la resistencia guerrillera crece y se multiplica a lo largo y ancho de nuestra geografía, como lo hemos demostrado en el sur del país, el Oriente y Nororiente de Antioquia, los Santanderes, el Sur de Bolívar y Arauca. Esta resistencia popular y guerrillera invisible para los mercantilistas de los medios y los usurpadores del poder, es tan presente y real que ha llevado a que el péndulo de los que apostamos por la paz se incline a nuestro favor, cuando el 65 por ciento de los colombianos claman y apuestan por la solución política del conflicto, contrariando a todas luces el papel comunicador de los grandes medios.
Los Elenos hoy, afirmamos que asistimos a un fenómeno difícil de explicar: La existencia de dos Colombias que se forman en el conciente colectivo, de acuerdo al tamaño de las chequeras de quien las analice o en función de la suma de pobrezas que acompañan a los millones de colombianos carentes de todo, menos de dignidad y disposición para luchar.
La primera Colombia, la de la fantasía, los videos, la guerra y las mentiras anida en el puñado de ricachos, de políticos corruptos, de la alta oficialidad militar y de los nuevos ricos del narcotráfico, que consideran el país su gran hacienda solo comparable al paraíso terrenal.
Colombia, la real, la de los pobres, la que insiste en la búsqueda de su verdadera identidad, la que rescata los valores de la democracia, la soberanía y la solución política, esa Colombia, crece y se agiganta en el corazón soñador de nuestros negros en el Chocó, el Cauca, la Costa Atlántica y Pacífica, se vuelve poema en defensa de su cultura, su lengua y su tierra con las diversas etnias que engrandecen los conceptos de nación y patria; se torna infinita como nuestros llanos cuando al ritmo del Joropo nuestros llaneros empuñan el arpa; se hace camino y trabajo cuando paisas, vallunos, opitas, boyacenses, santandereanos, retoman el hacha en la mano porque las cadenas en el cuello les pesan; o cuando el acordeón nos llama a un nuevo vallenato por la paz. Ésta Colombia, la nuestra, merece un mejor destino sobre la tierra que la que pretenden imponernos los señores de la guerra, y es a esa Colombia que resiste desde los tiempos del alzamiento de nuestros pueblos originarios contra el coloniaje español, que éste Sexto Pleno de Dirección de la Comandancia Elena convoca para que unamos manos, razones y corazones en búsqueda de nuestra segunda y verdadera independencia, de un nuevo país donde la paz con justicia social no siga significando palabrejas sin valor de quienes las desconocen a diario.
Sumamos nuestras razones e ideas para que entre todos empecemos la reconstrucción del tejido social, hoy afectado por la guerra impuesta por gentes que tanto nos odian como nos desprecian.
Buscaremos y trabajaremos con ahínco por colocar nuestro grano de arena en el propósito de refundar la Nueva Colombia, donde el interés de mayorías prime sobre los negocios y el mercantilismo despiadado de los que ostentan el poder en todos los ámbitos y espacios.
Insistiremos con fuerza, como en efecto lo venimos haciendo, en mantener en alto las banderas del diálogo verdadero y la búsqueda de la solución política, como un primer paso hacia el nuevo país que todos anhelamos.
En ésta dirección trabajaremos por empujar un amplio acuerdo nacional con diversas fuerzas políticas y sociales procurando unir la fortaleza de la patria toda contra el guerrerismo y reeleccionismo uribistas, para darle proyección a una gran alianza por un amplio y nuevo gobierno de convergencia nacional que encamine al país por los senderos de las libertades democráticas, la equidad social, la justicia para todos y la soberanía nacional.
Mantenemos y proyectaremos en este periodo especial de nuestra historia la realización de la Convención Nacional, donde todo el país, sin exclusiones ni sectarismos, sin hegemonismos ni fraccionalismos, coloquemos todas las energías de la patria y el pueblo en convocar a la realización de una nueva Asamblea Constituyente que trascienda los elementos antidemocráticos de la actual, tales como la excesiva concentración de la propiedad privada, la hipoteca permanente del país a poderes trasnacionales e imperialistas, así como la reconstrucción de las Fuerzas Armadas convertidas hoy en una fuerza de ocupación, de choque y terror contra los colombianos y colombianas.
Saludamos desde estas trincheras de combate los diversos procesos sociales y políticos que cubren la gran patria americana de nuevos vientos de independencia, justicia, democracia y soberanía.
Inclinamos nuestra roja y negra bandera comunera para evocar la memoria de los siempre presentes Héroes y Mártires revolucionarios, demócratas y patriotas, caídos unos en el fragor del combate, asesinados otros por las hordas estatales que han anegado la patria toda con la sangre de sus mejores hijos e hijas. Ante su memoria juramos vencer.
Presidieron nuestro campamento central y el salón de conferencias, las miradas vivas y las figuras colosales de Galán el Comunero, Bolívar nuestro padre libertador, el caudillo popular Jorge Eliécer Gaitán, la voz de los que no tienen voz, los Comandantes de la unidad nacional y guerrillera Jacobo Arenas, Jaime Bateman Cayón, el Turco Álvaro Fayad y nuestros Comandantes en Jefe Camilo Torres Restrepo, profeta de la unidad entre marxistas y cristianos, Manuel Vásquez Castaño, visionario desde el marxismo del rescate de la identidad latinoamericana y Manuel Pérez Martínez, internacionalista consumado, generoso, puro y el más grande dirigente que haya fecundado el ELN en los últimos treinta años.
¡HONOR Y GLORIA POR SIEMPRE PARA ELLOS!
Sexto Pleno de Dirección Nacional: ELN 40 años de lucha y esperanzas
¡COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES!
¡NI UN PASO ATRÁS LIBERACION O MUERTE!
Montañas de Colombia
Octubre de 2004
PROPUESTA PARA LAS MAYORÍAS NACIONALES
Un camino nacional y popular para resolver la crisis
Las luchas de los pueblos en la búsqueda de una nueva sociedad enseñan que los procesos sociales discurren por tiempos amplios, en los que se distinguen varios momentos. El primero de los cuales es de desarrollo de la democracia y de adaptación al mercado mundial imperante, apoyándose en logros humanos anteriores para crear elementos culturales nuevos. Al tiempo que se interactúa con el antiguo orden, quien por su parte persiste en absorber a las fuerzas revolucionarias de la sociedad.
Los Estados Unidos diseñaron la estrategia de Contra insurgencia para sofocar el levantamiento de los pueblos, ésta ha hecho mella en el movimiento popular colombiano sin lograr neutralizarlo aún, pese a que contra él han empleado a fondo la guerra abierta, la represión ilegal y la lucha antidrogas. Por ello el régimen colombiano sigue siendo genocida.
Al examinar el último periodo de luchas en América Latina es notorio el desgaste del modelo de dominación imperialista, los intentos por maquillarlo, el estallido popular que ha suscitado y los nuevos caminos de democracia, desarrollo y soberanía que hoy buscan romper los lazos de dependencia de los Estados Unidos. El proceso democrático de Venezuela airea las posibilidades de cambio en Colombia y ayuda a comprender los extravíos que hasta ahora se han presentado en la estrategia popular.
Objetivos estratégicos
Cuatro objetivos sostienen la estrategia popular y nacional para resolver la crisis del país. Ellos son: Construir Poder Popular, crear un proyecto de nación, integrar un bloque continental y hacer realidad la consigna universal de que, Otro mundo si es posible.
El camino de avance hacia estos objetivos parte de buscar una recomposición del poder que haga viable una primera meta, como es la construcción de Un país en paz con justicia social. Para ello debe configurarse una Fuerza Política de Masas y un Consenso Nacional por la Solución Política, a la vez que se busca neutralizar a la Contra insurgencia como arma imperialista.
Acuerdo de paz por un nuevo gobierno de confluencia nacional
Impulsaremos la construcción de un Bloque de oposición al régimen de ultraderecha y por alternativas nacionales, por el desarrollo de un Acuerdo Nacional y Popular como camino de la solución política y por dinamizar un movimiento político y social activo por democracia, paz, justicia social y mejores condiciones de vida.
Para lograr los anteriores propósitos impulsamos la Convención Nacional como un consenso de mayorías sobre el nuevo país, en la vía de la solución política. Estamos abiertos al diálogo con el gobierno como apoyo de éste camino de protagonismo de la sociedad en la construcción de sus destinos.
Consideramos que el propósito más importante en el momento es la construcción de una gran Fuerza Política de Masas comprometida con los cambios, junto a configurar un bloque de oposición y por la paz con justicia social, en el que confluyan amplios sectores en torno a la búsqueda de un nuevo país.
La insurgencia, como parte de esta sociedad, buscamos interactuar de manera más dinámica con el pueblo, potenciar las luchas políticas y sociales de las masas, ayudar a articular expresiones y movimientos de oposición y de cambio. Lo principal es la promoción de lucha social y de todas las formas de lucha política, es positivo que las masas se abran paso hacia los espacios institucionales y electorales. De igual manera es importante que la organización comunitaria participe en el control de la administración pública y demuestre nuevas formas de gestión de los bienes públicos y de hacer la política.
Le apostamos a la lucha ideológica para buscar una hegemonía en torno a los intereses de nación, de cambio y de nuevo país.
Estamos trabajando por ser una insurgencia más ligada al pueblo y a sus múltiples expresiones de rebeldía y nación, más incluyente, más unida a toda la multiplicidad de expresiones del movimiento popular y de lucha por un nuevo país y con presencia más incidente en los centros urbanos.
No descansaremos hasta ganar el corazón del pueblo y por confluir con sus intereses, sus aspiraciones y sus luchas. Procuramos pensar más en las aspiraciones y el sentir de la gente, que en el interés de un movimiento u organización política particular.
Persistimos en ganar una mayor actitud y sentido de confluencia para construir identidades de nación y bloques muy amplios, para desarrollar otros caminos y estilos que masifiquen la participación del pueblo en la lucha política por un nuevo país.
Seguiremos resistiendo a la ofensiva contra insurgente, buscaremos desgastarla por medio de la lucha política y militar del pueblo. Nos emplearemos a fondo para cubrir a las organizaciones y luchas populares del terror de la elite, sin hacernos ilusiones sobre el publicitado desmonte del paramilitarismo, porque sigue siendo su arma ilegal predilecta de represión.
El camino es la unidad del pueblo. La unidad es confluencia, es suma como integración, no es imposición, tampoco es sujeción o aplastamiento. Es reconocer al otro, es un acto de grandeza. Es pensar esfuerzos que integren y acorten distancias.
Nos comprometemos a impulsar la unidad de los revolucionarios y de la insurgencia sobre la base de que nos unifican sueños, idearios de futuro y la lucha por una nueva sociedad que superen al capitalismo.
¡Solución política y Convención Nacional para un país en paz!
¡Acuerdo Nacional para un gobierno de convergencia y justicia social!
¡Contra el guerrerismo y la destrucción no a la reelección!
Sexto Pleno de la Dirección Nacional
ELN 40 años de lucha y esperanzas
Montañas de Colombia
Octubre de 2004.
EL PENSAMIENTO DEL ELN
A propósito de 40 años de lucha y esperanzas
Los fundamentos y las tesis socialistas del ELN aprobadas en los eventos democráticos, son la base que sustentan el pensamiento crítico al modelo y que hoy requieren actualizarse y complementarse con la experiencia de 40 años de lucha y de presencia activa en la vida política de Colombia.
Los nuevos conceptos que presentamos nos aproximan a un análisis concreto de la realidad del mundo, con una visión holística e integradora de los fenómenos naturales, de los cambios estructurales de la sociedad, del reacomodamiento del capitalismo como modelo económico, de la caída del modelo socialista de la Europa oriental y de la interacción de los actuales países socialistas con el capitalismo y de las luchas de los pueblos por la liberación en la construcción de su futuro, señalando nuevos caminos y derroteros.
El ejercicio de la elaboración de los nuevos conceptos y fundamentos pasa por identificarnos en unas ideas básicas, principios y métodos que, recojan la identidad Latinoamericana.
Desarrollo de una cultura alternativa
La cultura es única, es universal, que enriquece la vida y el camino de la humanidad. La cultura es comprender al hombre y la mujer, los rumbos de la humanidad, sus aciertos y extravíos en la búsqueda de su felicidad, en su lucha por su identidad, de la armonía con la naturaleza, como entorno propio de la continuidad de su vida y su libertad.
Lo que la especie humana le ha agregado a la naturaleza es su cultura, es la civilización humana, valores éticos y sociales; además, muchos avances científicos que buscan el bienestar de la humanidad, contrapuestos a otros que llevan a su destrucción.
Cultura es apropiación de los avances y construcción de nuevos hitos humanos. Es ganar conciencia de humanidad y avanzar hacia escalones más altos de dignidad humana.
La cultura para una nueva sociedad recoge el patrimonio de civilización y revoluciona los códigos obsoletos de la vieja sociedad y la búsqueda de nuevos rumbos para la humanidad.
La cultura interpreta las realidades de todas las partes del mundo. En el marco de estas realidades, Latinoamérica representa un acumulado cultural de mucha importancia para estos procesos de liberación que recogemos en estos conceptos: el idioma y sus dialectos, sus multietnias, su territorio, la diversidad de sus expresiones culturales, religiosidad que han permitido construir su pensamiento propio, fundamentado en el humanismo, donde recogemos del pensamiento Bolivariano, el concepto de que nuestra Patria es América, de Martí el anticolonialismo, de Gaitán sus aportes en la identidad de Nación, de Guevara el fortalecimiento de nuestros fundamentos ideológicos y latinoamericanos, de Camilo la Teología de la Liberación, de Manuel Pérez, de Fidel y de muchos escritores como Mariátegui, Galeano, etc. Todo lo anterior nos lleva a configurar el pensamiento y filosofía latinoamericana.
Durante estos 40 años de vida política el ELN, como corriente de pensamiento y cultura Latinoamericana, nos hemos alimentado y hemos contribuido a este pensamiento que concretamos en: Pensamiento de Camilo Torres Restrepo, Manuel Vásquez Castaño, Manuel Pérez Martínez, y la labor colectiva que han ejercido nuestros organismos de conducción, que engendran valores como: la ética de la verdad, el valor de la palabra, el respeto a nuestro pueblo, rechazamos el trato humillante y degradante, el respeto y defensa del bien público, el deslinde con el narcotráfico y nuestro espíritu unitario con todos los revolucionarios.
Una época de crisis: estamos en un momento de crisis de civilización, de crisis de humanidad.
La teoría capitalista pretende el dominio del hombre y la mujer sobre la naturaleza, con unos resultados nefastos para el planeta y la humanidad. Apareciendo nuevas teorías que proponen: Los continuadores de seguir dominando la naturaleza, otros, que manifiestan regresar el rumbo de la humanidad y recoger los valores indígenas de defensa de la naturaleza y el planeta y los que proponen vivir en equilibrio y armonía con ella.
Nos encontramos en la época moderna de la civilización dentro del capitalismo imperialista o neoliberal, pero en el fondo existen mezclas de comportamientos bárbaros como capitalismo salvaje. Estamos en un momento de crisis estructural, compleja y multidimensional, que afecta a todos los aspectos de nuestras vidas: la salud y el sustento, la calidad del medio ambiente y la relación con nuestros semejantes; la economía, la política y la tecnología La crisis tiene dimensiones políticas, intelectuales, morales y espirituales. La amplitud y la urgencia no tienen precedentes en la historia de la humanidad.
El deterioro de nuestro entorno social, se manifiesta en los numerosos signos de la desintegración de nuestra sociedad. La inflación desenfrenada, el desempleo masivo y la injusta repartición de la riqueza y de la renta se han vuelto un aspecto estructural de la mayoría de las economías nacionales. La energía y los recursos naturales (ingredientes básicos de toda actividad industrial) se están agotando a pasos agigantados, por no existir una explotación racional de los recursos fósiles, los Estados Unidos vienen desarrollando dentro de su estrategia guerras por el control de las reservas mundiales y el control de los oleoductos. De igual manera el mundo hoy está amenazado por los arsenales y la continuidad de los reactores nucleares por parte de los imperialistas.
No hemos podido resolver la hambruna mundial sabiendo que la humanidad produce cinco veces más de lo que consume. O sea, es un problema de administración y distribución del sistema social. Además, no todo lo que produce el actual modelo es para el bienestar humano y va en contra vía a su existencia. No se ha podido erradicar el analfabetismo, prevenir y curar muchas enfermedades y hacer una sociedad sostenible y sustentable. Las multinacionales están acabando los ecosistemas y no hay armonía del hombre y la mujer con la naturaleza, del planeta con el universo. Por lo tanto, el capitalismo no es proyecto de humanidad, es un camino equivocado, que pone en peligro la especie y la naturaleza, por eso los pueblos buscan otros rumbos, otros caminos.
Estos problemas son intrínsecos al sistema, están íntimamente vinculados, son interdependientes, no es posible entenderlos dentro de la metodología fragmentada que caracterizan a nuestras disciplinas académicas y a nuestras instituciones gubernamentales. Sólo será posible encontrar la solución cambiando la estructura misma de la red y esto exige una profunda transformación de nuestras instituciones sociales, de nuestros valores, de nuestras ideas y actitudes.
Mientras una parte de la humanidad lucha por tener (cosas materiales, capital, privilegios, etc.) para el disfrute individual, otros encuentran como objetivo de su vida prioridad en el ser y en la satisfacción de sus necesidades básicas: conocerse, superarse y ser útil a los demás, el respeto a la cultura, étnias y a la defensa de la naturaleza, para el disfrute colectivo.
Así como los ricos y poderosos se reúnen cada año, desde hace 35 años en Davos (Suiza), para analizar y definir sus políticas e imponerlas a las mayorías de la humanidad. También los pobres y explotados hemos logrado desde hace 5 años convocar a una mayoría de los movimientos sociales y populares en el Foro Social Mundial, donde se analizan y definen las políticas de resistencia y lucha para la defensa de sus derechos, la naturaleza y por la construcción de un mundo mejor y posible.
Identidad y unidad de Nación
La identidad colombiana depende de que se construya una hegemonía nacional que posibilite su propio desarrollo y que trascienda a la integración de toda la América Latina, recogiendo desde la cultura indígena hasta nuestros días y que pase por reconocer al otro y a nosotros mismos.
El quiebre de nuestra identidad nacional lo hizo la oligarquía desde la época de la primera independencia, impuso el modelo español parcelado, contrapuesto al modelo de Bolívar de la Patria Latinoamericana (La Gran Colombia) como destino común. Se impusieron en las regiones los intereses de los gamonales y clientelistas que sepultaron el proyecto de Nación Bolivariana.
Nuestra historia como república es una historia de conflictos sucesivos, de problemas sin resolver y de polarizaciones, solo con Bolívar, con Jorge Eliécer Gaitán, y más recientemente con Camilo Torres, hubo cortos momentos de construcción de una identidad nacional y la búsqueda de un equilibrio de intereses de los colombianos. Las diferencias regionales fortalecen la identidad y el concepto de nación, como una virtud del pueblo.
La identidad nacional y de nación, son conceptos más amplios y comunes de poder entender y profundizar sobre la historia de nuestros indígenas y sus luchas de resistencia, el mestizaje y la lucha junto a los criollos; las batallas de la primera independencia y el pensamiento Bolivariano; las guerras intestinas del siglo XIX, el pensamiento socialista de la segunda década del siglo veinte, la violencia de mitad de siglo y las luchas por nuestra segunda y definitiva independencia, que es nuestra memoria histórica.
Al no existir identidad nacional y un proyecto de nación, los desarrollos del país han obedecido a intereses del capital para el saqueo y expoliación de su riqueza, no hay un criterio de desarrollo de nación sino de intereses y conveniencias de la oligarquía. Somos un país de ciudades, regiones y de múltiples potencialidades naturales y humanas, donde la identidad y unidad hacen parte de nuestra diversidad. No hay escenarios donde se genere el consenso porque está la costumbre impuesta de la intolerancia oligárquica. Si queremos que se construya una identidad debemos priorizar un proyecto de nación y acompañar en un proceso su integración al todo. Así que la reconstrucción de nuestra identidad, la tenemos que hacer en escenarios de consenso, que debemos mantenerlos y defenderlos.
Después de más de 40 años de conflicto (en ésta última etapa) exige de los colombianos una alta dosis de conciencia, para aceptar que debemos transitar por un proceso de reconstrucción, donde la identidad nacional debe ser construida por las mayorías y fundamentalmente por los sectores populares; donde el interés de todos prime sobre el de la elite y por todos aquellos que reconozcan la prioridad del bienestar social, con una sólida y clara política de alianzas. Necesitamos la unidad de la comunidad para superar el conflicto, en torno a la identidad nacional y un nuevo proyecto de nación que requiere de un momento preciso, de unos hechos o hitos que trasciendan y recojan la voluntad del pueblo y las mayorías nacionales, este es el camino por el cual debemos transitar.
Liberación y Paz
El ELN nace como respuesta al régimen en la búsqueda y solución de los graves problemas sociales que afectan al pueblo colombiano. Somos una respuesta de resistencia y la paz era nuestro objetivo; pero la concebíamos como una realidad después del triunfo insurreccional.
Posteriormente, en eventos democráticos se define incluir los diálogos y la solución política, donde la paz se convierte en un esfuerzo por conseguir el objetivo estratégico. Con las conversaciones que realizamos en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México), en el gobierno de Cesar Gaviria (1991-1992), conversaciones que se hicieron de manera conjunta, como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (FARC, EPL, ELN), los análisis y reflexiones del Congreso de 1996 afianzan éste eje de acción política convirtiéndolo en un elemento permanente en la vida de la organización, por el cual hemos transitado por más de una década, en la búsqueda de una salida política al conflicto y a la solución de los problemas que originaron el alzamiento armado en Colombia.
El proyecto hegemónico imperialista liderado por los Estados Unidos es de largo aliento como modelo de dominación, que se impone utilizando la fuerza como elemento esencial pero utilizando diversas formas para desarrollarlo y concretarlo, de acuerdo a las características y condiciones de cada país. La paz para ellos es la desactivación de los conflictos, el objetivo es ilegitimarnos como proyecto alternativo.
La paz con justicia social es el objetivo estratégico, la paz es cambio, es lo nuevo, es un instrumento aglutinador para ir creando una corriente de opinión favorable, que nos permita acumular para la construcción de una identidad de nación en función de las mayorías nacionales y como tal un proyecto de nación que busque el equilibrio de intereses entre el centro y las distintas regiones del país.
La paz no es solo la desaparición total del conflicto, la paz es el tratamiento acertado de los conflictos dentro de la construcción de la hegemonía de las mayorías nacionales, o sea, es el producto de un gran consenso nacional. La paz es una bandera de integración nacional y hace parte de la corriente mundial por la paz.
Si no hay cambios la situación estructural del país, la guerra va a continuar en el futuro. La guerra no es solo la confrontación armada, sino también todas las dinámicas que mantienen las estructuras de la injusticia, antidemocracia y persecución.
En Colombia el enemigo ha degradado la guerra para justificar la de ellos e invalidar la nuestra por lo que debemos encontrar caminos donde dejemos claro nuestro planteamiento de resistencia, paz y justicia social. El recurso de la fuerza lo entendemos como todas las formas de lucha utilizadas por el pueblo, en su legítimo derecho a la rebelión, fundamentado en unas causas políticas y sociales, que han originado el alzamiento armado y las protestas sociales.
La guerra no la inventaron los desposeídos, la guerra la inventaron los poderosos como un instrumento ideal para defender sus intereses de clase. En los momentos actuales, los imperialistas y la oligarquía la hacen, pero la disfrazan con otros elementos, como la defensa de la libertad, democracia y la justicia.
La Política subordinada a la ética
Nuestra política está supeditada a la ética, en una visión de un mundo justo y posible, al respeto de la vida, las ideas de los demás y a la autodeterminación de los pueblos. El ELN hace parte del pensamiento latinoamericano, enriquecido en valores y comportamientos de identidad revolucionaria.
La política como camino que nos debe conducir a la libertad, como comunidad, como proyecto de humanidad, en la construcción de un proyecto de nación, pasa hoy por entender la multiplicidad de intereses no solamente de clase, heredados de los desarrollos del capitalismo y de su modelo de dominación, sino que recoge a una gama de aliados y de otras expresiones que permiten crear un objetivo común y unos rumbos que se oponen abiertamente a la oligarquía y a su modelo de dominación.
El centro de nuestra ética y política, es la verdad, la libertad en comunidad, como proyecto de futuro humano, de identidad nacional.
Toda nuestra actividad revolucionaria en los diferentes espacios políticos y militares, deben estar regulados por nuestra ética en la búsqueda de una patria mejor.
La política como emancipación y de armonía en equilibrio con la naturaleza para transformar la vida, para servir a los intereses del pueblo, la defensa del planeta y para construir el poder fundamentado en la ética, la justicia y la verdad y no para disfrutarlo de manera individual, donde priman los intereses de clase a costa de los sacrificios del pueblo.
Socialismo o barbarie
Las ideas y la racionalización sobre los fundamentos y tesis socialistas vigentes, requieren hoy de una actualización que deben estar en correspondencia a los cambios de las realidades nacionales y mundiales acontecidos en los últimos años.
El socialismo es una propuesta de un nuevo modelo de sociedad y proyecto de humanidad, que nace como respuesta al modelo capitalista; lo asimilamos como un proceso de cómo entendemos el mundo hoy y el nuevo modelo de sociedad.
El socialismo sigue siendo nuestro ideario pero cursa por unas etapas y fases como procesos intermedios, transitando por unos escenarios de lucha que posibiliten acercarnos a ese objetivo que hemos denominado: Paz con justicia social.
En éste proceso de construcción hacia el socialismo, debemos recoger las experiencias positivas de los diversos procesos desarrollados en Latinoamérica y el mundo.
Los países socialistas que hoy se mantienen, han tenido que hacer esfuerzos colectivos y acuerdos económicos y políticos para lograr contener la avalancha del neoliberalismo. Una constante en ellos es mantener economías mixtas, de capital estatal y privado, pero a su vez han logrado un desarrollo humano sostenible, resolviendo parte de la pobreza, mejorando la calidad de vida y la problemática social. Es de resaltar el papel de las organizaciones revolucionarias que junto al pueblo hacen los consensos, luchando por mantenerlos y defenderlos, como también el de garantizar el desarrollo y la calidad de la vida humana.
El capitalismo en su nacimiento revolucionó al mundo y sepultó la vieja estructura feudal pero en el transcurso de su desarrollo perdió el rumbo de la humanidad y hoy no es solución a los problemas de calidad de vida de las gentes de todo los pueblos del planeta; por el contrario este modelo ha arrasado sin contemplación alguna la armonía natural del hombre, la mujer y la tierra.
La humanidad como centro del planeta, jamás se detendrá en la búsqueda y materialización de sus ideales de libertad, es decir construir un modelo de sociedad que le permita preservar y proyectar su vida.
La lucha por un modelo más humano sigue siendo la opción lógica para los pueblos excluidos de la tierra, hoy son necesarios modelos propios de los pueblos, donde prime la dignidad de los seres humanos, el respeto entre las personas y los pueblos, que este modelo de manera integral y creadora recoja el sentir para una nueva sociedad, donde convivamos en armonía con nuestro entorno y los múltiples elementos culturales.
Las propuestas y proyectos posibles de revolución que vayan posibilitando la conquista del objetivo estratégico, cursa por un proceso de transición entre la producción capitalista y socialista, por un proyecto de nación que tenga como fundamento la identidad nacional.
La humanidad y el planeta han transitado por diversos caminos, todo esto en aras de buscar salidas a las crisis de civilizaciones que se han presentado en sus debidos momentos.
Hoy es indiscutible que el capitalismo ha generado una de las mayores y más profundas crisis por las que haya pasado la humanidad, es por esto que no hay discusión que todos los pueblos estamos obligados a luchar con todos los medios y formas para la búsqueda y construcción de un nuevo modelo de sociedad donde se garantice la dignidad y la armonía de la humanidad con la tierra.
El socialismo es un camino o búsqueda de solución a los problemas de la humanidad, despunta como una propuesta realizable a largo plazo, pero que apenas nace, comparándola en tiempo con el modelo capitalista actual, materializar cualquier modelo que dignifique al hombre y la mujer, debe nutrirse de otros, debe estar en el marco de la solución de la crisis de la humanidad.
Marxismo en diálogo con otros pensamientos
El marxismo como ciencia, se ha venido estructurando como teoría y práctica, como motor activo y dinámico, en la lucha por la superación de la crisis de la civilización.
El marxismo como filosofía se integra a las diferentes corrientes humanitarias que luchan y están en la permanente búsqueda por la dignidad del hombre y la mujer. El marxismo por lo tanto no se agota por la caída del modelo de la Unión Soviética y Europa Oriental, sino que nos permite enriquecerlo con las múltiples experiencias y procesos de todos los pueblos que luchan con modelos propios por su liberación.
Por tanto el marxismo es una ciencia que nos aproxima a la realidad, que integra otras corrientes de pensamiento y que se enriquece permanentemente de todos los procesos sociales en la búsqueda de un mundo mejor, justo y equitativo para toda la humanidad.
La religiosidad popular: Las religiones en la humanidad y sus diversas expresiones representan para los pueblos un patrimonio histórico que hacen parte de su identidad y que los revolucionarios debemos tener en cuenta en todo proceso de transformación social.
El cristianismo humanitario y popular liderado en la vida de nuestro Comandante Camilo Torres Restrepo, con su ejemplo y sus mensajes, sus tesis, las ideas de Domingo Laín, Manuel Pérez Martínez, Frey Betto, Pedro Casaldáliga, que representan en su teoría y práctica la iglesia de los pobres y oprimidos, son los desarrollos a la teología de la liberación del mundo, que es hoy un hecho palpante y real, las luchas que se desarrollen en cualquier parte del planeta, éste debe ser un elemento de identidad y cultura que se debe tener en cuenta para poner a jugar éste gran acumulado de masas, para la construcción de la nueva sociedad.
Las étnias: En el contexto de identidad y nuevo proyecto de nación las diferentes étnias aborígenes y afro colombianas, son una fuerza social muy importante de nuestro pueblo y aportan con su sabiduría y valores en el proceso de construcción de la nueva sociedad. Las étnias las entendemos como pueblos autónomos, porque tienen un territorio, su lenguaje, su gobierno propio, sus costumbres y sus valores culturales que los identifican, enriquecen y son parte del proyecto de soberanía y nación.
Construcción de Poder Popular
La soberanía, la democracia y la libertad están por encima de los derechos, son la razón de la existencia de los pueblos, que han sido vulnerados por los imperios y las oligarquías nacionales. Todos tenemos intereses, los pueblos, los partidos, los movimientos, etc. Estos intereses no solo nos dan identidad, sino que se constituyen en una fuerza transformadora para que se hagan viables y posibles, deben ser la prioridad de la lucha de todos por nuestro proyecto de nación, podemos señalar algunos mayoritarios: La paz, la vida digna y otros. Entonces democracia hoy es ser incluyentes, dialogantes, recoger y materializar las aspiraciones y esperanzas de todos, así vamos resolviendo las necesidades integrales más sentidas, este ejercicio nos va llevando a un mayor enraizamiento como propuesta a las mayorías, y este enraizamiento se va convirtiendo en pensamiento y acción a las grandes soluciones de nuestro pueblo.
La construcción del poder popular, del poder colectivo y de mayorías, por el querer de unos objetivos que son capaces de crear un estado de ánimo y disposición activa que es el reflejo de su nivel de conciencia. Garantías del desarrollo del bien común y de materializar esas posibilidades.
El poder popular y los embriones de nueva sociedad los vamos construyendo desde ya, todo lo anterior teniendo en cuenta que somos una propuesta de sociedad nueva y que no tenemos la verdad absoluta, esto significa que nuestro proyecto tiene que ir confluyendo hacia las grandes mayorías que están en las luchas por construir una sociedad más justa y digna.
La unidad de las fuerzas insurgentes, de las organizaciones políticas, sociales y de todo el pueblo, es un factor determinante en la construcción de nuestra identidad nacional y de proyecto de nación.
Estos esfuerzos deben ir encaminados a ser de nuestra organización una gran herramienta para que contribuya a estos propósitos populares.
CARTAS
Comandante Manuel Marulanda Vélez,
Camaradas todos del Secretariado de las FARC EP, para Ustedes y los mandos de su organización guerrillera un fraternal abrazo.
Hoy queremos compartir con ustedes, la alegría de haber realizado el Sexto Pleno de Dirección Nacional del ELN. Concentrar la conducción nacional para evaluar el trabajo revolucionario y proyectar la lucha es sin duda una batalla de las tantas ganadas en la lucha, que demuestra además, que el enemigo está muy lejos de vulnerar a la insurgencia.
Nuestro Sexto Pleno reflexionó y analizó el complejo momento por el que atraviesa la lucha de los pueblos del mundo y la soberbia feroz del imperialismo por impedir los avances revolucionarios que se abren paso en diversos espacios del continente y el mundo.
Si bien siempre hemos reivindicado la continentalidad de la lucha revolucionaria, percibimos que hoy varios pueblos latinoamericanos se abren paso con formulas muy particulares, las cuales nos están aportando enseñanzas sobre todo en la creatividad para generar desarrollos en el movimiento de masas y dar así importantes batallas democráticas y antiimperialistas. Sentimos como propias las luchas de los pueblos latinoamericanos y seguiremos trabajando por fortalecer la corriente Bolivariana que se ha ido creando.
Reafirmó el evento, que la lucha armada revolucionaria debe desarrollarse en estrecha relación con la lucha de las masas y en tal sentido trazó derroteros como retos para los años venideros. Reafirma igualmente que la unidad insurgente sigue siendo un asunto indispensable para fortalecer el proceso revolucionario colombiano y en esa dirección afianza los compromisos que tenemos pendientes.
Al considerar que el rechazo a las políticas de Uribe ha ido creciendo en una importante franja de organizaciones populares, de sectores intermedios y de fuerzas que desde la misma institución buscan salidas que apunten a superar la crisis, el Pleno concluye en la necesidad de dinamizar una clara política de alianzas y de unidad donde los objetivos por construir nación, por la paz y la justicia social sean los ejes que proyecten dichos desarrollos.
El evento parte de considerar que la crisis social ha tocado fondo y requiere de la insurgencia propuestas que involucren a la población entera y que lleguen también a nuestros amigos en el extranjero, en esta dirección mantenemos abierta la ventana del diálogo para buscar colocar en la opinión el pensamiento del ELN sobre asuntos de interés nacional.
Por último camaradas, el evento concluye que la insurgencia debe trabajar en los diferentes espacios y formas de lucha social y política, buscando confluencias para sumar, así crecemos en la medida que los otros también se desarrollan, para el bien común de la causa revolucionaria.
Con aprecio y fraternidad revolucionaria.
Sexto Pleno de la Dirección Nacional del ELN.
Montañas de Colombia,
Octubre del 2004
Para nuestros amigos, los activistas y la militancia.
En esta época de crisis de la humanidad, en que el imperialismo de manera bárbara arrasa a los pueblos oprimidos del mundo con sus políticas guerreristas y de sometimiento económico, época que se caracteriza por la pérdida de la dignidad humana y por la pérdida de la solidaridad; son todos estos anti valores los que el imperialismo pretende imponer a lo largo y ancho del planeta.
Hoy en que la vida del planeta, el hombre y la mujer, están amenazadas por los intereses egoístas e individuales del capital, se hace urgente y necesario que los pueblos oprimidos nos decidamos a cerrar filas en la lucha por un proyecto de nación donde se recoja el sentir de las mayorías explotadas, nación que se construya en armonía del hombre y la mujer con la naturaleza.
La Dirección Nacional del Ejército de Liberación Nacional (ELN) acaba de realiza su Sexto Pleno, 40 años de lucha y esperanzas, en armonía, unidad y alegría revolucionaria, siempre con la fe y esperanza en la búsqueda del sueño por la construcción de una sociedad nueva, digna y equitativa para todos. Podemos reiterarles después de este magno acontecimiento, que nuestra Organización es una herramienta de los colombianos y colombianas para hacer posible los ideales de libertad, democracia y bienestar con justicia social, y que por encima de nuestros intereses como corriente de pensamiento, están los sueños de las mayorías.
A todos ustedes, les manifestamos que el ELN, hoy más que nunca sigue en la inquebrantable decisión, de trabajar incansablemente por la solución política del conflicto, este objetivo común de todos, es el cimiento que nos permitirá materializar en un futuro las bases reales para la búsqueda y construcción de la paz con bienestar y justicia social, también esta meta es el camino para la nación que aspiramos. Por todo esto no ahorraremos esfuerzos por trabajar en la realización de la Convención Nacional, como el espacio y escenario en donde todos y todas las colombianas y colombianos ideemos los sueños del país que anhelamos.
Los momentos que vive nuestro país actualmente requiere por parte de todos la unidad y la confluencia por los intereses comunes, solo así es posible frenar los intereses egoístas y guerreristas, que la oligarquía colombiana con su presidente Uribe, quien con la reelección pretende prolongar sus programas y políticas al servicio de los intereses de los ricos e imperialistas.
También el ELN, en este evento de manera madura y con mente abierta vemos que no es posible avanzar en los sueños comunes si las distintas corrientes de pensamiento no hacemos algunos giros de manera integral y creadora, en miras a caminar todos por los mismos senderos que nos conduzcan a materializar el sentir común que otro mundo es posible.
Este evento reconoce a la militancia Elena la heroica y férrea actitud que ha tenido en el transcurso de estos 40 años de luchas por la Liberación Nacional y la construcción de una nueva sociedad más justa y digna, haciendo con esto que este proyecto siga jugando como opción de esperanza para todos los colombianos. Se requiere de manera urgente que todos nuestros hombres y mujeres que militan en el ELN materialicen los nuevos giros y retos que nos planteamos en estos momentos para encarar el compromiso revolucionario y dar los saltos necesarios en la lucha junto al pueblo.
A todos nuestros amigos, queremos decirles que aquí estamos abiertos para seguir como siempre trabajando mancomunadamente en todos los espacios necesarios que junto a Ustedes vamos construyendo, y configurando para materializar la nueva nación, por esto los diálogos y la Convención Nacional son parte de los instrumentos para buscar entre todos una solución política al conflicto que vive el país, y así de manera real y objetiva irnos encaminando a materializar la verdadera paz que aclamamos todos y todas los Colombianos
La oligarquía colombiana, junto al imperialismo norteamericano, a través del neoliberalismo pretende llevar al país a la mayor miseria absoluta que jamás hayamos vivido en nuestra historia, ha aplicado estas política sin contemplación al ser humano en toda su dimensión, ya que para ellos prima el mercado por encima de la vida y la dignidad. A Ustedes los activistas y líderes desde sus múltiples espacios de trabajo son el pulmón que dan oxigeno a través de la organización y las luchas de todos los sectores sociales del país, hacemos el llamado para que todos unidos construyamos instrumentos que nos sirvan para la lucha popular y avanzar en los sueños de libertad y democracia.
Fraternalmente
Sexto Pleno de La Dirección Nacional del ELN
Montañas de Colombia, Octubre del 2004
Apreciados Compañeros y compañeras Presos Políticos.
Reciban nuestro afectuoso saludo para todos quienes hoy se encuentran privados de la libertad por ser luchadores populares.
Para comunicarles que en el desarrollo del Sexto Pleno de la Dirección Nacional de nuestra organización, al que denominamos 40 años de lucha y esperanzas, efectuado en el mes de octubre de 2004, lo desarrollamos exitosamente en un ambiente de hermandad y alegría que nos caracteriza a toda la familia Elena. Esperamos les lleguen las conclusiones y estamos prestos a recoger las inquietudes y sugerencias de Ustedes.
Un tema preocupante que analizamos es la situación de todos Ustedes; asumimos la autocrítica ante los problemas y limitaciones no resueltos; así no estén todos a nuestro alcance; pero estamos en la disposición de superarlos, aunque no todo lo podamos resolver, siendo lo ideal, es nuestro deber y obligación, hacer el esfuerzo por desarrollar la atención política, jurídica, humana y familiar.
El sistema judicial actual impuesto por el régimen, argumenta la precondición de que el sindicado, ya es acusado, y se niega el derecho a la inocencia; de esa manera se violan las normas al debido proceso y se acrecientan las violaciones de los Derechos Humanos, por parte del Estado. Estos escenarios de humillación, aislamiento e indignidad, de vigilancia estricta, tienen como objetivo pretender quebrar la voluntad de nuestros hombres y mujeres y obligarlos a una negociación y traición de su proyecto de vida, donde una de las más poderosas armas que podemos contraponer es la fortaleza ideológica y lucha política permanente individual y colectiva.
Entendemos para ustedes lo difícil, tétrico, espantoso y torturante de encontrarse en las garras enemigas. Pero a la vez, estar orgullosos con la frente en alto, de ser dignos como hombres y mujeres alzados en armas, rebeldes del actual sistema. De ser capaces de estar de pie, con lealtad y fidelidad a los ideales y principios de la Organización. De ser capaces de resistir todos los oprobios y ofensas; a la vez, ser modestos y humildes ante los halagos y prebendas para no traicionar los nobles ideales y principios revolucionarios que nos unen al pueblo. Por eso todos ustedes que siguen firmes y leales en tales circunstancias, son los nuevos héroes que el pueblo sigue necesitando y creyendo.
Tenemos que ganar junto a Ustedes la dimensión de su trabajo, como otro frente de lucha, donde son muchas las enseñanzas vividas y a rescatar, para innovar nuevas dinámicas al interior de las cárceles y fuera de ellas; exigiendo la amnistía e indulto de todos los presos políticos, con las organizaciones sociales y políticas, con la iglesia, con las ONGs, con la comunidad internacional. Aprovechar estos espacios y encuentros también para la denuncia, defensa y difusión de nuestras propuestas como organización; pero fundamentalmente con el anhelo de construir una nación para todos.
Valoramos el acumulado de revolución que hemos podido construir junto a nuestro pueblo en estos 40 años de lucha y en especial, puesto a la dura prueba del Plan Colombia; donde las manos de la intervención norteamericana se hacen más evidentes, con la presencia de asesores, equipo tecnológico, ayudas financieras para la implementación de todo el plan contrainsurgente y anti popular. Todas las luchas desarrolladas son ejemplos para abrir nuevos rumbos de convergencia e identidad, para construir un bloque de oposición al actual modelo y régimen, que se proponga impulsar un gobierno comprometido en la solución política al conflicto social y armado, cuyo propósito principal sea lograr la Paz con justicia social.
En estos 40 años de activa y sistemática lucha en el país, hemos podido construir en el escenario internacional relaciones políticas, quienes valoran nuestro modesto aporte como una corriente de pensamiento libertario en el ideario Latinoamericano; algunos nos acompañan en el proceso de solución política con el Estado, como Grupo de países amigos. Somos invitados y tenidos en cuenta en los diversos encuentros y jornadas, como parte de los actores en el conflicto social y armado que vivimos. De la misma manera, en el país son muchas las organizaciones sociales, políticas, étnicas, religiosas, personalidades y amigos que ven en nuestras propuestas una luz de esperanza a la grave crisis que padecemos.
Nos sentimos identificados con todas las jornadas de protestas en el continente contra la ingerencia del imperialismo norteamericano, mediante el Plan Colombia y el ALCA; festejamos los esfuerzos encaminados a desarrollar los acuerdos regionales y la construcción de gobiernos alternativos.
Es parte de nuestra ética política el reconocer como humanos los diferentes errores y en éste ejercicio valorar el honor a la palabra, a la verdad; también ser constructores de los nuevos valores sociales y humanos como el respeto y defensa del bien público, nuestro espíritu unitario con todos los revolucionarios, el respeto a nuestro pueblo, rechazamos el trato humillante y degradante, y el deslinde con el fenómeno del narcotráfico.
Para el ELN hoy, la Paz y la justicia social son las prioridades que el país demanda; nos sumamos a ese torrente por construir dinámicas sociales, encuentros y consensos, acuerdos y pactos sociales, que permitan escuchar e interpretar el clamor de los necesitados. En esa perspectiva venimos dialogando con todos quienes estén por el cambio y las transformaciones, con quienes creemos poder soñar con una Colombia para todos. Los que estamos por generar una identidad como pueblo y nación, donde la soberanía sea la verdadera voluntad de nuestro pueblo; donde la unidad nacional sea la fuerza determinante de nuestra diversidad regional, cultural y étnica.
El régimen viene trabajando en impedir y aislar nuestra comunicación para no dar continuidad a nuestros planes, por eso los traslados y la violencia intra carcelaria.
Nuevas luchas nos esperan y trataremos de no ser inferiores a la realidad y la necesidad que el momento y el pueblo nos exige. Sepan que en nuestros días de trabajo están su memoria y recuerdo que nos fortalece; a la vez, la esperanza y anhelo de tenerlos pronto junto a nosotros.
Con mucho cariño para Ustedes.
SEXTO PLENO DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DEL ELN
Montañas de Colombia, Octubre de 2004
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