Blogia
Buenosdiasamerica

EL TRISTE PAPEL DE LOS PARAMILITARES

El triste papel de los paramilitares

Durante los 36 años que duró el conflicto armado en Guatemala, el Ejército armó
a más de medio millón de paramilitares, agrupados en las tristemente célebres
Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), similares a los grupos asesinos
colombianos. Durante las últimas semanas, los ex paramilitares paralizaron el
transporte público mediante el bloqueo de importantes carreteras. Ellos exigen
indemnización.

03.08.2004 (Carlos Quintanilla*, ANNCOL) Un futuro incierto enfrentan en
Guatemala cientos de miles de ex paramilitares, conocidos también como ex
patrulleros, quienes durante los años de conflicto armado fueron forzados por
el gobierno a vigilar los puestos militares, y a poyar las tareas del Ejército
y la policía en su lucha contra la guerrilla de aquel entonces.

Durante las últimas semanas, los ex paramilitares paralizaron el transporte púb
lico mediante el bloqueo de importantes carreteras. Ellos exigen indemnización.
Han reiterado que sus acciones se incrementarán en los próximos días, hasta que
su petición tenga una respuesta positiva.

Durante los 36 años que duró el conflicto armado en Guatemala, el Ejército armó
a más de medio millón de paramilitares, agrupados en las tristemente célebres
Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), similares a los grupos asesinos
colombianos.

La mayoría de ellos operó en municipios, cantones (pueblos pequeños) y caserío
s. Ahí vigilaban el despliegue de “elementos extraños”. Muchos también se
convirtieron en fieles “orejas” o informantes del Ejército. Hubo infinidad de
casos en que los ex paramilitares llegaron hasta delatar a sus propios
familiares por “apoyar el comunismo”. Hoy muchos de ellos se arrepienten del
triste papel que jugaron contra el pueblo.

Los ex patrulleros, que en países como Perú se les conocen como ronderos, son
en su mayoría campesinos e indígenas, y fueron creados por el ex dictador Efraín
Ríos Montt a principio de los años ochenta. Fueron finalmente disueltos en
1995 mientras se negociaba el cese al fuego con la Unidad Revolucionaria
Nacional Guatemalteca (URNG).

Hasta el momento no han recibido la indemnización prometida por el gobierno.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos responsabilizan a estos
grupos del asesinato y desaparición de miles de guatemaltecos. En opinión de
activistas, no es posible que el gobierno indemnice a los victimarios mientras
los familiares de las víctimas de la guerra todavía siguen buscando a sus
muertos.

Es oportuno señalar que la represión militar en Guatemala cobró fuerza durante

0 comentarios