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ASAMBLEA PERMANENTE DE DERECHOS HUMANOS

ASAMBLEA PERMANENTE DE DERECHOS HUMANOS

APDH DEL ECUADOR

… Sucedió el martes 16 de noviembre, a las 9h30 de la mañana, en la plaza de Gobierno, en pleno centro de Quito.



Cuatro integrantes de la APDH cubiertos la cabeza y el rostro con fundas desechables de polietileno, de color negro, amarradas las manos con alambres y cadenas, y con carteles pegados a sus pechos, cuestionaron la presencia en Ecuador de Donald Rumsfeld, "el Carnicero de Faluya" como fuera bautizado por un importante editorialista de un diario nacional, en símbolo y recuerdo de los miles de prisioneros de 40 países en la base militar estadounidense en Guantánamo, de los cientos de detenidos iraquíes martirizados en Ghirab y de los ultimados en Faluja.

Los activistas de derechos humanos procedieron a burlar el cerco policial e ingresar a la plaza de gobierno, a pocos metros de la entrada principal del palacio presidencial donde Rumsfeld, el Secretario de Defensa (eufemismo por ministro de la Guerra) de los EEUU, se reunía en esos precisos momentos con el presidente del Ecuador, Lucio Gutiérrez Borbúa.

Rumsfeld, catalogado como uno de los “halcones” del equipo gubernamental estadounidense y reconocido por hacer parte del círculo de poder más conservador de las últimas décadas en los EEUU, llegó al país para asistir a la VI Cumbre Hemisférica de Ministros de Defensa del continente, donde según lo informado públicamente, buscará apoyos regionales a la “Guerra Global contra el Terrorismo” y tratar de disuadir a los ejércitos del área para que acepten la “nueva arquitectura militar” de América Latina, funcionalizada a la estrategia de “globalización militar” de EEUU para el siglo XXI.

Los 4 integrantes de la APDH aprovecharon el ingreso de una marcha pro-gobiernista, de apoyo al ministro de bienestar social Antonio Vargas y del propio Gutiérrez, para colarse a la plaza de gobierno. En cuestión de minutos se ataviaron con las capuchas de polietileno, se encadenaron las manos y sostuvieron un lienzo grande, de cinco metros, que rezaba: "Rumsfeld, asesino universal".



Fidel Narváez, secretario técnico de la PIDHDD Ecuador; Mauricio Gallardo, coordinador del equipo de fronteras del Grupo de Monitoreo del Plan Colombia; Mauro Castillo, responsable del programa educativo y Alexis Ponce, vocero nacional, todos ellos activistas de la APDH, se colocaron al pie del palacio de gobierno y en silencio, sin proferir una sola palabra ni grito, exhibieron el lienzo. Los acompañaba a pocos metros, la activista Anaité Vargas, premio mundial de DDHH-Radio Francia Internacional en el 2003, con una cámara fotográfica que testimoniara lo que ocurriría poco después.



A los breves minutos, mientras los curiosos se agolpaban a su alrededor y los que se concentraban para vivar al régimen no atinaban a saber qué ocurría, los cuatro activistas lograron empotrar cuatro cajas de madera en la acera y se subieron en ellas para simbolizar la imagen de los torturados en el campo de concentración de Ghirab.



De inmediato, un piquete policial compuesto por al menos veinte uniformados anti-motines, formaron un cerco y los aislaron de los curiosos, procediendo a ordenarles que desalojaran la plaza. Hasta ese instante, ninguno de los uniformados reconocía aún a "los encapuchados": "Desalojen de inmediato este lugar", les decían, mientras empujaban a los defensores de DDHH. El oficial al mando, con un receptor de radio en mano, indicó: "Águila 1, aquí Águila 2, hay cuatro encapuchados que tienen una tela en contra del señor que le visita al señor Presidente". "Águila 2, proceda a desalojarlos de inmediato", contestaron del otro lado. Cuando Ponce se descubrió el rostro, dicho oficial tomó el receptor para indicar: "Son de los derechos humanos, es el señor Alexis Ponce, mi Mayor"...

Hubo silencio por algunos breves segundos.



"Deben desalojar el lugar, señores", les decía el oficial, mientras los uniformados a empellones intentaban retirarlos del lugar. Los activistas respondieron: "Estamos protestando pacíficamente, no lanzamos gritos contra ustedes ni contra nadie. Venimos a repudiar la presencia de un individuo culpable de crímenes de guerra, que no es bienvenido al Ecuador. ¿Por qué no proceden a desalojar a los otros manifestantes, si su misión es cuidar el orden público?".



"Señores, la otra manifestación es en favor del gobierno, tenemos órdenes de proteger esa marcha, pero ustedes deben desalojar en este rato la plaza".



“Procedan a quitarles la tela, pero no los detengan delante de las cámaras ni los golpeen en la plaza", decía de nuevo la otra voz por el radio-receptor. Entonces, mientras la gente reclamaba contra la represión y los defensores de DDHH defendían su lienzo, sin dejárselo arrebatar, el oficial que dirigía el operativo le dijo a Anaité Vargas: "Entienda, son órdenes superiores, debemos obedecer. Es una orden de la Seguridad estadounidense desde adentro del palacio, que nos pide desalojarlos del sitio. Ustedes pueden permanecer lejos de la plaza, si quieren, pero bajen esa tela".



"Si por lo menos la orden proviniera de sus superiores… qué vergüenza, es un deshonor al uniforme recibir órdenes de oficiales extranjeros, señores!", reclamaban los activistas, que fueron empujados y maltratados, para finalmente ser orillados en una esquina de la plaza, donde se apostaron a su alrededor elementos policiales de caballería -con caballos incluidos por supuesto- y una veintena de uniformados que intentaban a toda costa esconder de las cámaras y los curiosos, a "los presos de Irak" y su lienzo.



Más de una hora resistieron los defensores el acoso y cuando recibieron de periodistas apostados en el sitio, la información de que ese momento salía Rumsfeld del palacio, los defensores se retiraron de la esquina despidiéndose de los policías: "nos vamos al Ministerio de Defensa, por favor avisen por radio que allá protestaremos igual, así cerquen cuadras a la redonda". Burlando el cerco, "los cuatro presos de Guantánamo", cubiertos los rostros con las fundas de basura con la que se tortura en Irak y en los centros de detención ecuatorianos (“submarino seco” en el argot criollo de investigaciones), procedieron a ganar la entrada lateral del palacio y, antes que se dieran cuenta los agentes de la Seguridad, abrieron el lienzo mientras los automóviles de los emisarios militares estadounidenses se acercaban por el lugar.

Fue allí que la Policía decidió desalojarlos violentamente de la plaza de gobierno, sometiéndolos con golpes, empujándolos a rastras con sus escudos anti-motines, propinándoles rodillazos y puñetazos en el rostro y la espalda, a vista de las decenas de ciudadanos, incluidos los que inicialmente coreaban en favor del régimen, y que empezaron a abuchear a la Policía y protestar por el maltrato desmedido a los cuatro activistas de DDHH, todo ello en medio de los fotógrafos de los medios, camarógrafos de los canales de televisión apostados en el sitio ese momento (canales Uno, Gamavisión, Ecuavisa y TC Televisión) y de varios periodistas de la prensa escrita, así como de corresponsales internacionales que apuraban sus cámaras en torno de "los presos de Irak" y del lienzo decidor.



"Si somos solamente cuatro, cuatro pelagatos, pero dignos… miren ustedes cómo el régimen utiliza la caballería y nos agreden treinta policías para impedir que se conozca que en Ecuador hay dignidad... Protestamos contra el carnicero de Irak, y lo hacemos en público, y lo volveremos a hacer todos estos días, así que preparen más caballos y escudos... La agenda de seguridad de Rumsfeld no es la agenda de seguridad del Ecuador ni de Latinoamérica... Nos echan, pero nos vamos con nuestro lienzo... Rumsfeld, nazi de Faluya, usted no es bienvenido..."



Desalojados de la plaza, fueron acompañados por los ciudadanos que reclamaban por el maltrato y que evitaron que se los llevaran detenidos en una camioneta policial que ya estaba lista con las puertas abiertas para llevárselos. La gente procedió a rodearlos y a aplaudirlos. Una señora decía: "Está bien que protesten los jóvenes, pues. Si ustedes también son ecuatorianos ¿o son chapas gringos?” (“Chapas”: policías, en el argot popular ecuatoriano).



Los seguían agentes de civil, y ni siquiera pudieron acercarse a la zona aledaña al Ministerio de Defensa. Pero faltan tres días para que la Conferencia Militar Hemisférica culmine, donde “el Himmler de Washington”, como fue calificado por varios analistas, intentará vender a los ejércitos latinoamericanos la rueda de molino de la "Guerra Preventiva Global contra el Terrorismo".



Anaité Vargas alcanzó a tomar algunas fotografías del acto simbólico y de la represión vivida. Al retornar a la APDH, esas fotos fueron reveladas y escaneadas.

Hoy, con este testimonio, acompañamos una de las imágenes. En la noche, a excepción de TC Televisión que pasó segundos del hecho en su noticiero, ningún otro canal difundió la protesta contra Rumsfeld y la represión: el unanimismo mediático no solo es en Washington y Faluya.



Pero se les pasó un hecho: la noticia fue difundida por la Televisión Española al mundo.



Volveremos a mostrar nuestro lienzo en estos días: "Rumsfeld asesino universal". Iremos al Swiss-Hotel donde “el carnicero de Faluja” aloja sus fantasmas.



"Aquí Águila 1: cumplimos la orden, fueron desalojados. ¡Pero no pudimos arrebatarles la tela, mi Mayor!".

APDH del Ecuador

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