Ayer, tras finalizar su emotivo discurso a los jóvenes graduados como Instructores de Arte, en la Plaza Ernesto Che Guevara de Santa Clara
Estoy entero
Ayer, tras finalizar su emotivo discurso a los jóvenes graduados como Instructores de Arte, en la Plaza Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el Comandante en Jefe Fidel Castro al dirigirse a su asiento, mientras saludaba a la multitud y no percatándose del bordillo de la acera, cayó de frente, protegiéndose instintivamente con los brazos extendidos de lo que habría sido un fuerte impacto en el rostro y en el cráneo. Con la ayuda de varios compañeros se ubicó nuevamente en su silla, desde donde solicitó un micrófono para dirigirse a la población, a la que expresó las siguientes palabras:
Queridos graduados;
Queridos villaclareños y demás invitados:
Les pido perdón por haberme caído (Aplausos y exclamaciones).
Seguramente... Bueno, observo, y para que nadie especule por ahí, que tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo, tal vez, no es muy seguro todavía, pero estoy entero (Risas y aplausos).
Me da pena, únicamente, el mal rato, el posible sufrimiento que les ocasioné con esto (Aplausos y exclamaciones).
Ahora estaré muy interesado por ver la foto de cómo me caí, la prensa internacional lo ha recogido y seguramente mañana está en las primeras páginas de los periódicos (Risas); pero créanme que no estoy triste, me siento lleno de felicidad por este acto y por lo que acabamos de ver (Aplausos), lo que acabo de ver, una de las más agradables experiencias de mi vida, y he tenido muchas experiencias agradables, al lado de las cuales nada tiene importancia.
De modo que cuenten con que haré todo lo posible por recuperarme lo más pronto posible; pero, como ustedes ven, puedo hablar aunque me enyesen, y puedo continuar mi trabajo (Risas y aplausos). Por aquí viene un carro, porque no quiero moverme de aquí en ambulancia, me voy en un yipi, ese carro no me gusta (Risas), ¿no hay un yipi? Bueno, pues no hay un yipi, así que no me pueden complacer.
Me despido de ustedes, y les voy a rogar una cosa, que no suspendan el acto cultural, que han trabajado muchos artistas, y, complázcanme, por favor, no quiero tristeza, quiero alegría, quiero felicidad para todos (Aplausos prolongados).
Mas tarde, al finalizar la Gala, el Comandante en Jefe se comunicó con sus organizadores a los que pidió impresiones sobre el espectáculo cultural y sobre la entrega posterior de sus diplomas a los graduados que actuaron en la misma. Al conocer que los jóvenes graduados, preocupados por su salud, habían expresado el deseo de suspender la actividad recreativa final que se les había organizado, Fidel solicitó se les transmitiera el siguiente mensaje:
Les ruego encarecidamente que hagan la actividad. Me siento bien y adoptando las medidas pertinentes para recuperar la salud lo más pronto posible. No me sentiría feliz si suspenden la actividad. Les deseo felicidad y toda la alegría que merece la forma en que han cumplido la tarea.
Cuando se le daba a conocer este mensaje a todos los recién graduados, aún reunidos en la Plaza Ernesto Che Guevara, el Comandante en Jefe llamó para conocer la respuesta de los jóvenes y recibió el reclamo insistente de los allí congregados de escuchar en su propia voz cómo estaba su estado de salud. El Jefe de la Revolución pidió acercar el teléfono a un micrófono e intercambió entonces con los jóvenes durante más de 15 minutos y dialogó con dos de las mejores graduadas del curso. Fidel preguntó detalles de la actividad recreativa y solicitó lo mantuvieran al tanto y filmaran lo que pasara en la fiesta. La reacción fue de alivio y alegría entre los nuevos trabajadores de la cultura, quienes recibieron ayer la justa recompensa tras cuatro años de duro esfuerzo.
Ayer, tras finalizar su emotivo discurso a los jóvenes graduados como Instructores de Arte, en la Plaza Ernesto Che Guevara de Santa Clara, el Comandante en Jefe Fidel Castro al dirigirse a su asiento, mientras saludaba a la multitud y no percatándose del bordillo de la acera, cayó de frente, protegiéndose instintivamente con los brazos extendidos de lo que habría sido un fuerte impacto en el rostro y en el cráneo. Con la ayuda de varios compañeros se ubicó nuevamente en su silla, desde donde solicitó un micrófono para dirigirse a la población, a la que expresó las siguientes palabras:
Queridos graduados;
Queridos villaclareños y demás invitados:
Les pido perdón por haberme caído (Aplausos y exclamaciones).
Seguramente... Bueno, observo, y para que nadie especule por ahí, que tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo, tal vez, no es muy seguro todavía, pero estoy entero (Risas y aplausos).
Me da pena, únicamente, el mal rato, el posible sufrimiento que les ocasioné con esto (Aplausos y exclamaciones).
Ahora estaré muy interesado por ver la foto de cómo me caí, la prensa internacional lo ha recogido y seguramente mañana está en las primeras páginas de los periódicos (Risas); pero créanme que no estoy triste, me siento lleno de felicidad por este acto y por lo que acabamos de ver (Aplausos), lo que acabo de ver, una de las más agradables experiencias de mi vida, y he tenido muchas experiencias agradables, al lado de las cuales nada tiene importancia.
De modo que cuenten con que haré todo lo posible por recuperarme lo más pronto posible; pero, como ustedes ven, puedo hablar aunque me enyesen, y puedo continuar mi trabajo (Risas y aplausos). Por aquí viene un carro, porque no quiero moverme de aquí en ambulancia, me voy en un yipi, ese carro no me gusta (Risas), ¿no hay un yipi? Bueno, pues no hay un yipi, así que no me pueden complacer.
Me despido de ustedes, y les voy a rogar una cosa, que no suspendan el acto cultural, que han trabajado muchos artistas, y, complázcanme, por favor, no quiero tristeza, quiero alegría, quiero felicidad para todos (Aplausos prolongados).
Mas tarde, al finalizar la Gala, el Comandante en Jefe se comunicó con sus organizadores a los que pidió impresiones sobre el espectáculo cultural y sobre la entrega posterior de sus diplomas a los graduados que actuaron en la misma. Al conocer que los jóvenes graduados, preocupados por su salud, habían expresado el deseo de suspender la actividad recreativa final que se les había organizado, Fidel solicitó se les transmitiera el siguiente mensaje:
Les ruego encarecidamente que hagan la actividad. Me siento bien y adoptando las medidas pertinentes para recuperar la salud lo más pronto posible. No me sentiría feliz si suspenden la actividad. Les deseo felicidad y toda la alegría que merece la forma en que han cumplido la tarea.
Cuando se le daba a conocer este mensaje a todos los recién graduados, aún reunidos en la Plaza Ernesto Che Guevara, el Comandante en Jefe llamó para conocer la respuesta de los jóvenes y recibió el reclamo insistente de los allí congregados de escuchar en su propia voz cómo estaba su estado de salud. El Jefe de la Revolución pidió acercar el teléfono a un micrófono e intercambió entonces con los jóvenes durante más de 15 minutos y dialogó con dos de las mejores graduadas del curso. Fidel preguntó detalles de la actividad recreativa y solicitó lo mantuvieran al tanto y filmaran lo que pasara en la fiesta. La reacción fue de alivio y alegría entre los nuevos trabajadores de la cultura, quienes recibieron ayer la justa recompensa tras cuatro años de duro esfuerzo.
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