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De narcotraficantes y secuestros

De narcotraficantes y secuestros

Los verdaderos narcotraficantes están saliendo a la luz pública.
Narcoembajadores, esposas de oficiales, mercenarios y oficiales gringos
involucrados en casos de narcotráfico, muestran algo más que una tendencia. La
mafia de la Casa de Nariño exporta el delito a Centroamérica, escribe el
analista, Allende la Paz.

05.04.2005 [Allende La Paz/ANNCOL/www.anncol.org] Hay hechos que van mostrando
el rumbo de la política. Ya Marx planteaba que a los hombres se les juzga por lo
que hacen, no por lo digan o piensen de sí mismos. Nada más cierto. Y si lo
aplicamos en los momentos actuales al imperio y su mafia narcoparamilitar
inquilina del Palacio de Nariño, es una verdad absoluta.

El “sanbenito” de la guerra contra las drogas

El imperio gringo utiliza el sanbenito de la “Guerra contra las drogas” como una
cortina de humo para ocultar sus verdaderas intenciones. Durante la “guerra
fría” fue evitar la expansión del comunismo. Como si los pueblos optaran por tal
o cual sistema de gobierno o sociedad porque “les da la gana” y no por
condiciones histórico-concretas. Así tildaban a los opositores al capitalismo de
“comunistas” y la persecución era salvaje, incluso al interior de las propias
fronteras, como el tristemente célebre McCartismo.

Con la caída del “socialismo real”, marcado por el derribamiento del “Muro de
Berlín” otrora convertido en símbolo propagandístico por los medios de
comunicación capitalistas, el argumento del peligro del “comunismo” queda sin
piso. Señalamos que era tal la tergiversación de los planteamientos del
comunismo, que se mostraba, por ejemplo, a Fidel Castro, como un ser que “comía
niños”.

Tras la derrota que les infringió el heroico pueblo Vietnamita, revisan sus
teorías y definen que el nuevo enemigo son “las drogas y el terrorismo”. Ello
queda plasmado en la Doctrina del Conflicto de Baja Intensidad y los Documentos
Santa Fé.

Los verdaderos narcotraficantes

Así, tras esa cortina de humo, mantienen la injerencia en nuestros países. Claro
que para hacerlo cuentan con el sometimiento de los “indios cipayos” que dicen
ser de la clase oligárquica, como la colombiana. Que ha permitido
vergonzantemente que los embajadores gringos, como Lewis Tambs, o Myles
Frechette, o el actual Mr. Woods, actúen como procónsules en tierra colombiana.

Pero, como dicen mis viejos ancestros, “no hay mal que dure cien años, ni pueblo
que lo resista”. Ahora está saliendo a la luz pública quiénes son los verdaderos
narcotraficantes. Primero fue develado que el embajador Lewis Tambs –quien se
hizo famoso por acuñar el término de “narcoguerrilla”- en funciones en
Nicaragua, embarcaba Coca en ese país, a fin de allegar dólares para los
contrarrevolucionarios, caso conocido como “Irán-Contras”.

Después, la esposa del agregado militar de la embajada USA en Colombia,
embarcaba heroína para su país; y al parecer fueron bastantes kilos.

Ya con la implementación del Plan Colombia, mercenarios de la DynCorp –una
empresa de mercenarios que tenía (o tiene?) contrato con el gobierno de USA para
adelantar misiones del Plan Colombia- fueron “descubiertos” con varios kilos de
coca en pleno aeropuerto El Dorado de Bogotá.

Ahora son los propios militares estadounidenses los que están implicados en
narcotráfico; “dieciséis kilos” según reconoce el Comando Sur, enviados por seis
de sus oficiales que adelantaban misiones de “Instructores Anti-narcóticos” en
Colombia, los cuales están “detenidos en algún lugar del territorio de Estados
Unidos”, según versión del diario oligárquico El Tiempo, vocero de la mafia de
la Casa de Nariño.

Los narcotraficantes colombianos

El narcotráfico se volvió un negocio, primeramente el de la marihuana en los
años 70, durante la administración del “compañero-compañero” López Michelsen.

Posteriormente la mafia se nuclea y comienza a exportar coca para los USA,
conformándose dos carteles, el de Medellín y el de Cali. Los Carteles extienden
sus tentáculos y permean la vida de los colombianos. Son comprados diferentes
personajes e instituciones del país.

Ministros que le pedían –y piden- permiso a los capos narcos. Jueces y
magistrados que “dictaban –y dictan- sentencia” acordes con la cantidad de
dólares que ingresaran a sus bolsillos. Políticos que eran –y son- financiados y
elegidos por los capos narcos. Instituciones financieras que lavaban –y lavan-
los dineros del negocio narco.

Candidatos presidenciales –posteriormente elegidos presidentes- que recibían los
dineros calientes del narcotráfico, como Ernesto Samper Pizano, o pertenecientes
a los Carteles, como el caso del “doptor Varito” Uribe Vélez -perteneciente al
Cartel de Medellín- quien continúa ligado y actuante con las mafias y bajo su
gobierno ha nucleado los más de 400 minicarteles en uno solo: El Cartel de la
Casa de Nariño. (Recomendamos a nuestros lectores el libro: Biografía No
Autorizada de Álvaro Uribe Vélez, de Joseph Contreras y Fernando Garavito, para
que conozcan en detalle su pertenencia al Cartel de Medellín).

El secretario privado del “doctor Varito” coordina las relaciones con los
minicarteles de narcotraficantes y maneja cuentas secretas en diversos bancos,
dineros provenientes de las actividades ilícitas del Cartel de la Casa de
Nariño, las cuales van desde narcotráfico hasta secuestros, según denuncia un
periodista venezolano, el cual se ha constituído en el mayor cartel de todos.

Exportadores del delito

La mafia de la Casa de Nariño no muestra ningún empacho en exportar el delito a
otros países. Envían toneladas de coca y heroína a USA y los países europeos.
Secuestran dirigentes políticos populares –de la insurgencia y de la no
insurgencia u opositores políticos a su régimen mafioso- casos de Simón Trinidad
(Quito), Rodrigo Granda (Venezuela), Pedro Mosquera (Venezuela), Chema Balas
(Venezuela); así como exportación de la contrarrevolución narcoparamilitar a
Venezuela.

Induce al delito a militares venezolanos mediante la compra de su conciencia
(delito de Traición a la Patria, secuestro), así como compra la conciencia de
funcionarios de la DIS costarricense (Marcos Badilla Chavaría y un agente
llamado Fernando) y de un periodista del canal Teletica que monta un reportaje
tendencioso que falta a la verdad, en la persecución de un médico refugiado
colombiano.

En su delirio delincuencial, tras la cortina de humo de combatir el terrorismo y
a las FARC, utiliza a funcionarios de Honduras y los convierte en sus
altoparlantes para que denuncien “la presencia de células guerrilleras de las
FARC” en ese país, pretexto a la vez utilizado por estos funcionarios para
adelantar una auténtica cacería de brujas contra sus dirigentes sindicales y
populares. (Habría que investigar si las cuentas bancarias de estos funcionarios
hondureños no se han engordado en estos días por dineros venidos ya sabemos de
donde: el narcotráfico del Cartel de la Casa de Nariño).

En continuidad de sucesos raros en Costa Rica se da el secuestro de un refugiado
en Costa Rica –fallido por cuanto se les escapó cuando iban vía a Limón para
llevarlo a Colombia- y no sabemos hoy las causas de tal suceso, aún no aclarado
por las autoridades de ese país.

Solicitud de extradición

Así las cosas, la re-elección del “doptor Varito” cada día está más entrabada.
Si la Corte no se deja comprar por los “dineros calientes” de la mafia de la
Casa de Nariño –cosa que se verá si declara inconstitucional la reelección- se
habrá cerrado el paso “al golpe de Estado” perpetrado desde el Parlamento
narcoparamilitar colombiano.

Si la Corte declara constitucional tal aberración jurídica, lo que seguirá será
lo que siempre ha propuesto el “doptor Varito”: Guerra, guerra. Para así
satisfacer su deseo de venganza irracional, ya sabemos por qué causa. Porque un
“doptor Varito” creyéndose avalado por sus amos imperiales –no sabiendo que lo
están utilizando para cuando ya no lo necesiten más, meterle “tres cadenas
perpetuas más cien años”-, por el poder judicial y con un parlamento
narcoparamilitar, amén de sus fuerzas militares-narcoparamilitares, va a creerse
con poder para meterse con todo el mundo, al mejor estilo del führer. Heil,
Hitler!!!

El movimiento popular tendrá entonces que seguir desarrollando “la combinación
de todas las formas de lucha de masas”, incluyendo claro está la lucha armada
insurgente. Las fuerzas populares y de izquierda deberán, además de desarrollar
su lucha político-ideológica, desarrollar una lucha jurídica, solicitando en
extradición a todos los ciudadanos estadounidenses que han delinquido exportando
coca desde Colombia hacia su propio país, a fin de someterlos a la justicia
popular revolucionaria de la Nueva Colombia.

¿Qué tal si las FARC solicitan a los Estados Unidos la extradición hacia
Colombia, de los de la DynCorp y los militares USA por tráfico de drogas? ¿Qué
tal si las FARC solicitan a España –país al que se van los expresidentes
colombianos, yo no se por qué- la extradición del “doptor Varito” (una vez deje
de ser el inquilino mafioso de la Casa de Nariño y se vaya a “descansar” a ese
país) hacia Colombia por variados delitos entre los cuales señalamos la
asociación para delinquir, el tráfico de drogas y delitos de Lesa Humanidad?
Porque las FARC bien pueden hacerlo ya que representan el poder alternativo en
Colombia.

Agárrame ese trompo en la uña, Toño !!!

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