Blogia
Buenosdiasamerica

El Gran cartel del Palacio de Nariño

El Gran cartel del Palacio de Nariño

Y la arquitectura de una estrategia mediática. El jefe de este gran cartel del
narcotráfico, Uribe Vélez, ha resuelto lanzar una estrategia mediática junto a
sus socios del Palacio de Nariño. Estrategia que están llevando a cabo en tres
frentes. Francisco Santos inició la campaña mediática recientemente cuando dijo,
tras la extradición de Sonia, la guerrillera de las FARC, que “Las FARC son un
gran cartel de la droga”. La idea es, según ellos, propinar un golpe mediático
para que esta vieja mentira se convierta en “verdad”, escribe el analista
político, Olafo Montalbán.

20.03.2005 [Olafo Montalbán/ANNCOL/www.anncol.org] A Colombia la
gobierna un gran cartel nacional del narcotráfico cuyo jefe, Álvaro Uribe Vélez,
se inició en el otrora cartel de Medellín. Fue durante la década de los 80s’,
cuando Pablo Escobar frenó con bombas, pistola y secuestros el tratado de
extradición entre Colombia y Estados Unidos. En aquel entonces, el capo del
cartel, Escobar, utilizó para sus propósitos a muchos senadores y
parlamentarios, entre ellos Álvaro Uribe que en ese entonces era senador de la
república. En efecto, el tratado fue suspendido hasta que de nuevo fue puesto en
vigencia en 1.996

A pesar de la amnesia histórica a que son sometidos los pueblos, el pasado
mafioso del actual presidente colombiano no ha logrado ser borrado de la memoria
colectiva auque los intentos por tratar de silenciar dicho pasado no sobran.

El jefe de este gran cartel del narcotráfico ha resuelto lanzar una estrategia
mediática junto a sus socios del Palacio de Nariño. Estrategia que están
llevando a cabo en tres frentes.

Con el primer frente buscan transgredir la tozudez de la realidad por medio de
la propaganda, para convencer a los incautos en Colombia y el mundo que las
FARC-EP son un “gran cartel de la droga”. Con el segundo, tienen como propósito
que los Medios de Alienación Masiva (M.A.M.), medios de comunicación, se
autocensuren o autocontroles, como sino lo estuvieran y, así, no sigan siendo
las “cajas de resonancia”, según ellos, de las acciones de la guerrilla. Y desde
el tercero, nos quieren convencer a los colombianos y al mundo de las ventajas y
bondades para la paz del país que tendría la aprobación y ejecución de la
llamada ley de “alternatividad penal” o “justicia y paz”.

No hay canal de TV, radio nacional o medio escrito en Colombia (M.A.M) que no
esté repitiendo una y mil veces esta nueva estrategia propagandística y política
del gobierno mafioso.

Repetir diariamente una mentira, frase o imagen a través de los M.A.M., por
falsa que sea, es uno de los principales artilugios que usan los mercaderes
publicitarios para hacer de aquella mentira, falsa imagen o inventada frase
“verdades” en la mente del público receptor. Artilugio invisible a través del
cual el gran cartel que gobierna a Colombia, pretende hacer de los tres falsos
postulados mencionados arriba, “verdades” mediáticas o golpes mediáticos.

Para estos propósitos utiliza todo su ejército de ideólogos y demagogos, que
fuera de ser socios del cartel gubernamental, ejercen la función de coro que
repite en todas partes la misma partitura.

En el primer frente de batalla, tiene el cartel del gobierno fieles escuderos
como el actual Vicepresidente Francisco Santos, experto así mismo en los
artilugios y trampas periodísticas del “buen” decir y escribir, algo que
demostró con creces como columnista y “formador” de opinión del diario El
Tiempo, de propiedad de su familia, y quien además fuera rehén de Pablo Escobar
(quien a propósito dio una lucha a muerte contra la extradición de colombianos a
las cárceles de los Estados Unidos, logrando frenar su propia extradición y la
de los demás capos, para lo cual no vaciló en utilizar el secuestro, las bombas
y la metralla, y cuyo lema rezaba: preferimos una tumba en Colombia que una
cárcel en Estados Unidos).

Al actual fiscal Luís Camilo Osorio, otro filibustero y locuaz portavoz del
cartel del Palacio en la estrategia mediática; el Ministro del Interior y
Justicia Sabas Pretel, la cuota del gran capital y del empresariado colombiano
en el cartel; el Ministro de Defensa Jorge Alberto Uribe, un ignorante en
cuestiones militares; el Comandante de la policía, Jorge Daniel Castro,
reconocido mentiroso quien le mintió al país y al mundo en el caso del secuestro
de Rodrigo Granda en Caracas, diciendo que había sido detenido en Cúcuta cuando
se supo inmediatamente que fue en Caracas que lo secuestraron mercenarios al
servicio del cartel del narcotráfico del Palacio de Nariño, violando cínicamente
la soberanía del vecino país; el Comandante de las Fuerzas Armadas, Carlos
Alberto Ospina, otro mentiroso e incapaz quien ante los duros golpes que les ha
propinado las FARC-EP sale en cada ocasión a echar la culpa de los golpes sobre
su misma tropa para negar la contundencia del accionar guerrillero.

Francisco Santos inició la campaña mediática recientemente cuando dijo, tras la
extradición de Sonia, la guerrillera de las FARC, que “Las FARC son un gran
cartel de la droga”. La idea es, según ellos, propinar un golpe mediático para
que esta vieja mentira se convierta en “verdad”.

La segunda voz del coro publicitario, la puso el Fiscal Luís Camilo Osorio,
quien afirmó hace poco en un foro en Estados Unidos ante sus jefes del Pentágono
y la Casa Blanca que después de la extradición de Sonia ya no quedaba sino
Jorge Briceño, el Mono Jojoy, por extraditar de la lista que les fue entregada
por el imperio. Pero hagamos un poquito de memoria, sobre todo de la que no
gustan estos personajes. Que las FARC-EP propuso durante los diálogos del Caguán
la sustitución de los cultivos de coca por otros alternativos, y además planteó
que estaba por la legalización y así evitarnos los mares de fumigaciones con
agentes químicos como el naranja y otros que están destruyendo ríos, selvas,
fauna, flora y la biodiversidad, además del grave daño para la población que
habita en los lugares donde se cultiva y procesa la coca. Esta propuesta se la
lanzó a las Naciones Unidas y a la Comunidad Económica Europea. ¿Respuesta?
Silencio.

El segundo frente de batalla busca que los M.A.M. se autocensuren más de lo que
están. Como sino estuvieran al servicio de sus dueños, los grandes consorcios y
corporaciones de la comunicación. La verdad es que el gran cartel gubernamental
quiere que no sean, ¿lo han sido?, las “cajas de resonancia” de los ataques y
acciones guerrilleras, de los actos “terroristas” como han “escogido” llamar los
golpes de la guerrilla. Esto esta en concordancia con la llamada “cruzada
antiterrorista” que lanzó el imperialismo estadounidense después del 11-S,
estrategia de la cual el jefe del cartel del gobierno colombiano ha sido el más
servil peón del continente. Tema sobre el que se pronunció, el expresidente
Alfonso López. El terrorismo, dijo el otro día ante un foro de familiares de
retenidos por las FARC, y prisioneros de guerra del gobierno-cartel, no es un
delito contemplado en el código penal, agregando que los ataques de la guerrilla
eran delitos o crímenes políticos más no actos terroristas.

Causa risa, pues, escuchar a los demagogos del Palacio de Nariño pedirle a sus
propios M.A.M., que se autocensuren, cuando el hecho de ser medios privados ya
los ha hecho tomar partido por unos intereses de clase. Sus propietarios ya han
decidido qué y cómo decirlo. Como también qué silenciar e invisibilizar. Por eso
decimos que en Colombia no hay verdaderos medios de comunicación alternativos
que puedan ejercer su labor de oposición política y crítica libremente. Sus
periodistas son asesinados, amenazados o desterrados, y sus espacios cerrados.

El tercer frente de batalla mediática tiene como objetivo convencer a los
colombianos y al mundo de las ventajas y bondades de la ley de “alternatividad
penal” o de “Justicia y paz”, que son una misma cosa. Es decir, el pago con un
cheque en blanco a sus socios paramilitares. Proyecto de ley que contempla, a)
la impunidad o perdón para los paramilitares, por los atroces crímenes cometidos
contra miles de campesinos, líderes sindicales, de la oposición, indígenas,
estudiantes, etc, en nombre de la estrategia contrainsurgente; b) la no
extradición de los jefes paramilitares a las cárceles de los Estados Unidos (que
por principio y respeto a la soberanía compartimos); y c) la legalización de las
inmensas riquezas y tierras adquiridas con dineros del tráfico de narcóticos,
así como de las tierras expropiadas a millones de campesinos desplazados por la
fuerza. Finalmente, buscan hacer conexo el delito del narcotráfico con el
paramilitarismo, el narcomico como afirman muchos, inventando de esta manera la
figura jurídica que les permita a los narcos y capos meterse en la lista de
Ralito como paramilitares y así evitar ser extraditados.

Sobre justicia, verdad y reparación a las verdaderas víctimas de los verdugos de
la motosierra y el machete degollador, ni una palabra, ninguna mención seria.
Esta verdad se silencia y se invisibiliza. Sólo el silencio cómplice de los
M.A.M. con los asesinos de miles de colombianos, la mayoría campesinos pobres y
opositores políticos al gran cartel del gobierno de Álvaro Uribe y su política
fascista y entreguista.

Así es como se les paga a quienes han recorrido campos y ciudades sembrando
terror, desolación y muerte durante los últimos veinte años en Colombia.

Para que el pueblo colombiano salga de la oscura noche del terror a que lo
tienen sometido y pueda salvarse como nación digna y soberana, para que la
patria grande soñada por Bolívar y miles de revolucionarios desde la fundación
de la República hasta nuestros días no sea sepultada en el oprobio y
humillación, sus hijos e hijas injustamente sacrificados en la oscura noche del
terror, prohibido olvidar!

Miradlos, juzgadlos!, al gran cartel de apátridas y mafiosos que traicionan y
destruyen la patria. Pues mientras este puñado de bandidos siga gobernando como
un gran cartel del narcotráfico, jamás seremos soberanos e independientes. Jamás
se hará justicia, ni sabremos la verdad sobre miles de sus hijos e hijas
masacrados. Y jamás veremos realizado el sueño de Bolívar de ser un pueblo y una
patria grande por digna y soberana.

0 comentarios