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Asociación danesa Rebelión,

Asociación danesa Rebelión,

“Primeros herejes de la cruzada antiterrorista mundial”. Solo que esta vez el
inquisidor es el gobierno colombiano, y los herejes unos cien daneses que
firmaron el comunicado donde sustentan y defienden lo que han hecho: “deseamos
animar a grupos de otros países europeos y americanos, que monten iniciativas
similares confrontando la legislación antiterrorista, escribe Olafo Montalbán.

29.10.2004 [Olafo Montalbán/ANNCOL/www.anncol.org] Lo más herético que podamos
presenciar hoy es lo que acaba de hacer Rebelión, una asociación de solidaridad
danesa. Ha cometido el delito contra natura de enviar el pasado 17 de
Octubre ayuda económica a dos de las organizaciones, las FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia) y el FPLP (organización armada Palestina que lucha
contra la ocupación israelí), proscritas y señaladas como terroristas por los
gángsteres del poder mundial, el imperialismo europeo y estadounidense.

Una vez se conoció la noticia de que las FARC y las FPLP (que reivindican el
derecho de los pueblos de levantarse en armas contra un estado terrorista y
contra la ocupación) habían recibido apoyo económico de esta asociación, se
desató un escándalo, ridículo además (Colombia pidió a Dinamarca que extradite a
los responsables de tal herejía). Pero lo más importante, se re-abrió un debate,
este sí necesario como el pan de cada día de los pobres y oprimidos, que venía
siendo aplazado.

Lo ridículo y cómico de todo esto es que se inicio la mayor cacería de brujas
que conozca Europa desde la época de la inquisición. Solo que esta vez el
inquisidor es el gobierno colombiano, y los herejes unos cien daneses que
firmaron el comunicado donde sustentan y defienden lo que han hecho: “deseamos
animar a grupos de otros países europeos y americanos, que monten iniciativas
similares confrontando la legislación antiterrorista. Ahora es el tiempo para
cuestionar activamente el concepto en el cual está fundada la legislación de
antiterrorismo actual, y la así llamada ‘Guerra contra el terrorismo’.

El gobierno colombiano que preside Álvaro Uribe, puntual y obediente de los
acuerdos y leyes internacionales sobre la lucha antiterrorista que, sin lugar a
dudas, aplica con la rigurosidad de Frankenstein en el laboratorio de guerra en
que ha convertido campos y ciudades del país por medio de la llamada “seguridad
democrática”, ordenó a su embajador en Estocolmo Carlos Holmes Trujillo y al
ministerio de Relaciones Exteriores que adelantara la solicitud de extradición
de los responsables de tal herejía.

Todos, expectantes, estuvimos esperando que decisión tomaría el gobierno del
primer ministro danés Rasmussen. Si acogía o rechazaba el pedido de extradición
que ha hecho su aliado en la cruzada antiterrorista, Álvaro Uribe. Al parecer,
el gobierno danés no aceptó el pedido y dejó sin piso el tribunal inquisidor, y
de paso sin brujas y brujos que arrojar a la hoguera, que en tal caso iba a ser,
tal vez, la más grande quema de herejes que conozca la historia. No se de
ninguna que haya decidido condenar a cien de una sola vez. Así que estos cien
irreverentes daneses, se han podido salvar.

El debate urgente y necesario que ha abierto este acto herético es, ¿quiénes son
los verdaderos terroristas en el escenario de ocupaciones, neocolonizaciones y
violación de los Derechos Humanos? ¿Quiénes son los terroristas, los pueblos que
resisten con todos sus medios y formas la ocupación? ¿Lo son los pueblos que
ejercen su derecho a levantarse en armas contra un estado terrorista, uno de los
mayores violadores de derechos Humanos del mundo? ¿Quién es el terrorista en
Irak, Palestina y Colombia? ¿El pueblo iraquí, palestino y colombiano que se
levantan contra un ocupante o contra un estado sanguinario y sus paramilitares?
Este es el calado del debate que ha reabierto Rebelión, tan necesario como el
viento que respiramos. ¿Acaso lo que esta en juego no es el derecho legítimo e
histórico de los pueblos del mundo a levantarse en armas contra la ocupación, la
violación de su soberanía, el terrorismo de estado y la tiranía?

Es la hora, como dice el comunicado de Rebelión, de que abramos este urgente y
necesario debate. Es la hora de que los pueblos que resisten y luchan con las
armas a las que tienen acceso, les son negadas las de alta precisión y efectos
colaterales, sepan que fuera de aquellas trincheras hay un mundo humano y
solidario que los apoya, que los entiende y que se solidariza, fundamental, con
ellos.

Es la hora que dichos pueblos sepan que los acompañamos desde otras trincheras
en su lucha y resistencia antiimperialista. Como la que ha dado el cubano
durante más de 45 años con la moral y la dignidad en lo más alto, por su propia
existencia y la de la humanidad; es la lucha y resistencia del pueblo venezolano
y la Revolución bolivariana por construir una sociedad mas justa, humana y
solidaria que la que le legó la oligarquía; es la lucha histórica y digna que
libra el pueblo palestino contra la ocupación israelita desde 1.948; es la lucha
heroica del pueblo iraquí contra la ocupación de la alianza imperialista, allí
luchan y resisten los pueblos del mundo.

Es la hora de prestarle nuestra voz, solidaridad y apoyo al pueblo colombiano en
su larga lucha por la democracia, la realización de los Derechos Humanos y por
una sociedad donde ni el hambre ni la represión sean el pan de cada día.

Por eso digo que lo que propone Rebelión, su tenaz salto al vacío sabiendo lo
que podrían encontrar, su desafío, contiene los cimientos no solo de un debate
justo, urgente y necesario. Lo que proponen, quien es quien en el tema del
“terrorismo”, contiene la cimiente, el llamado a apoyar un proyecto libertario,
emancipador, revolucionario.

Esto se entiende como la claridad de la mañana soleada, en el caso colombiano,
cuando la elite dominante que representa Álvaro Uribe con ayuda de los grandes
medios, los Medios de Alineación Masiva, y su aliado imperial siguen cometiendo
aberrantes abusos de poder, asesinando, masacrando, desplazando a millones de
campesinos pobres, robándoles sus tierras, mintiendo y manipulando. Pero, ah!
que va, no logran engañarnos a todos. Una vez más han quedado burlados y
ridiculizado su papel de asesinos inquisidores.

Y digo que entiendo bien lo que proponen los daneses herejes de Rebelión, tanto
que no puedo guardarme estas notas lúgubres que nos llegan sobre seres que
soñaron con vivir en una casa con puertas y cerraduras para descansar,
adolescentes que soñaron con jugar al fútbol e ir a una fiesta a bailar
cualquier sábado en la noche en un barrio de Bogotá, seres que soñaron con poder
continuar el sagrado derecho a vivir.

Los nombro no para que hagamos una acción urgente y pidamos investigaciones
exhaustivas. Lo hago para que asumamos el llamado de los daneses, es la hora de
la solidaridad, es la hora de crecer el movimiento internacional de apoyo a las
luchas de los pueblos que hoy se baten por su libertad, por su derecho a su
existencia y la de la humanidad misma. Para que los asesinatos, bombardeos y
masacres a cualquier hora del día o noche de sopor cuando llueven no estrellas
sino bombas sobre Bagdad, Faluja o Ramala, no queden impune. Para que los
asesinados o masacrados cualquier día lluvioso, frío o soleado en una barriada
o camino de Bogotá, Medellín, Arauca o Cali, no queden abandonados en el
laberinto del olvido.

La primera es una carta que escribe una amiga de Teresa Yarce, recientemente
asesinada en Medellín:

“Teresa Yarce tenía 46 años, cinco hijos y una casa de tablas. Su sueño era
simple, era justo, elemental y racional. Teresa soñó durante más de una década
con convertir el rancho de madera en el que vivía con sus hijos, en una casa de
material (cemento) que tuviera un puerta con chapa y cerradura. Así de simple.
Igual que ella. Simplemente una chapa con cerradura para descansar algunas hora
sin temores y no tener que velar el sueño de sus hijos, mirando hacia la puerta
de tabla”.

“...la sindicaban de terrorista por su labor en la Junta de Acción Comunal del
barrio en el que vivía en la Comuna 13 de Medellín. Diez días después de su
detención recobró su libertad definitiva, pero nunca pudo recobrar la paz y la
tranquilidad. Muchos que han pasado por situaciones como esa, deciden renunciar
a sus sueños y marcharse. Teresa no. Ella decidió quedarse en su barrio, en su
vivienda de tablas, defendiendo su gente...”

“Finalmente su sueño empezó a hacerse realidad. Le anunciaron que hoy, lunes 11
de Octubre de 2004, le llegarían los materiales para que construyera su casa. La
alegría de Teresa y sus hijos duró poco. Los paramilitares que hoy controlan la
comuna, la tenían en la mira, desde que la policía y la Fiscalía la sindicaron
de terrorista, como a más de 350 habitantes de la zona...Se lo habían mandado a
decir y cumplieron la sentencia el pasado miércoles. Asesinaron a Teresa
mientras descansaba en una acera, del trabajo de construcción de alcantarillado
del que participaba en su barrio...El sueño de Teresa se fue con ella..”, dice
Maria V. de su amiga Teresa.

La segunda es una denuncia de la Corporación Colectivo de Abogados (CCAJAR), del
Comité Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y la Consultoría para los Derechos
Humanos y el Desplazamiento. En ella cuentan cómo fueron asesinados tres
adolescentes en las afueras de Bogotá:

“El sábado 16 de Octubre de 2004, aproximadamente entre las 6:30 de la tarde y
las 7:10 de la noche, fueron asesinados Johnatan Jiménez, de 16 años,
considerado el mejor jugador de microfútbol de Ciuadad Bolívar y uno de los
mejores estudiantes del Instituto Cerros del Surt del barrio Potosí de esa
localidad, y Ancízar Castro, de 17 años. Con ellos estaba el también adolescente
José Francisco Dávila, quien sobrevivió al ataque pero recibió un disparo en la
parte inferior de la mandíbula. Los tres se dirigían a una fiesta juvenil que
habría esa noche en el barrio”.

El adolescente que sobrevivió al ataque apareció con tres tiros de bala el
martes 19 de Octubre.

Acierta con diáfana claridad Rebelión cuando afirma que en Colombia hay un
“Estado Terrorista” que aniquila con sus fuerzas armadas gansteriles,
paramilitares, toda voz de protesta e inconformismo. Incluso adolescentes que
llevan consigo el pecado de ser hijos de desplazados.

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