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LUCHA POPULAR EN AMÉRICA LATINA

LUCHA POPULAR EN AMÉRICA LATINA

La lucha de nuestros pueblos por transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales está llamada a alimentarse de una de las fuentes más importantes que tenemos los latinoamericanos. Se trata del legado dejado por los grandes hombres de Nuestra América como Simón Bolívar, Martí, San Martín, Juárez, Mariátegui, Farabundo Marti, Augusto César Sandino, el CHE, Camilo Torres, Jacobo Arenas, Jaime Pardo Leal, Gilberto Vieira, Rodni Arismendi, Salvador Allende, Omar Torrijos y tantos y tantos que han dado su vida en esa lucha que podemos condensar en un denominador común: La Lucha por la Segunda y Definitiva Independencia.

Podemos expresarnos de esta manera aquí en Nicaragua tierra del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino y de un pueblo que con él hizo de Las Segovias el inicio de una lucha que digámoslo de una vez, es continuadora de la obra de Simón Bolívar y de Martí por el carácter antiimperialista que las hermana. Bolívar lo pronosticó al decir que “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar de miseria la América en nombre de la libertad”. Sandino peleó contra el Imperio yanqui invasor y dominador de nuestros pueblos. Todos sabemos que eso no es nuevo. Sandino lo vio, sintió y vivió en la experiencia concreta.

El origen de las nefastas dictaduras, de los golpes de estado, magnicidios, sabotajes, invasiones, del Terrorismo de Estado y la Guerra Sucia, dónde lo encontramos? De dónde proceden todas las acciones criminales contra Cuba socialista desde hace 45 años y de dónde procedieron y proceden las acciones criminales contra procesos de liberación como el de la Revolución Sandinista, el de El Salvador, el de Guatemala, el de Santo Domingo, República Dominicana, Granada, entre otros. Dónde elaboraron la Iniciativa Regional Andina, para regionalizar el conflicto colombiano; Puebla-Panamá, para hacer de América Central, un corredor de las multinacionales norteamericanas; el ALCA, para recolonizar nuestra América; el Secuestro del Presidente Aristide; los diversos intentos por derrocar al Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, y todos aquellos planes militares que están buscando abrir espacio a las transnacionales para apoderarse de recursos estratégicos existentes en Nuestra América.

Dónde montan los criminales Planes, Colombia, “Patriota”, para apoyar a la clase dominante que continua aplicando las recetas del Fondo Monetario Internacional y la política neoliberal en favor de los intereses de las Multinacionales, llevada al extremo por el actual gobierno mediante la entrega de la soberanía al Imperio de los Estados Unidos de Norteamérica.

Planes de guerra con los que pretenden consolidar la dominación y explotación de nuestras riquezas y para esto aplican contra el pueblo el Terrorismo de Estado y abrigan la vana pretensión de forzar la desmovilización y la entrega de nuestro Ejército Guerrillero que cuenta con propuestas encaminadas a solucionar la crisis social, política, económica y armada de nuestro país. Somos organización guerrillera revolucionaria de oposición al Estado y su Régimen Político, luchamos por las transformaciones profundas que requiere con urgencia nuestra Patria para alcanzar la Paz con Justicia Social. Para esto es fundamental crear un Nuevo Gobierno, Amplio, Pluralista y Patriótico que reconcilie y reconstruya al país.

La respuesta contundente que viene dando nuestro ejercito del Pueblo al Plan Patriota del Gobierno de Bush y Uribe, muestra el fracaso de los planes del imperio, es parte de la resistencia que el pueblo colombiano viene dando a todas las medidas represivas del actual gobierno que, reprime pero se niega sistemáticamente a un intercambio humanitario impidiendo que tanto prisioneros de guerra de la guerrilla como del gobierno se reúnan con sus familiares. Mientras Tanto adelanta una negociación con las organizaciones paramilitares que dejará en la impunidad centenares de masacres cometidas contra el pueblo colombiano.

Se hace necesario la solidaridad internacional con los luchadores colombianos, que denuncie la masacre de sindicalistas, dirigentes campesinos, defensores de los derechos humanos, indígenas y pueblo en general, será la lucha unificada de los latinoamericanos la que nos permita enfrentar los planes del imperialismo.

Hasta un ciego ve lo que contra nuestros pueblos ha hecho y hace el Imperio Norteamericano. Cómo no ver el antiimperialismo en la lucha en los pueblos de Cuba, Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina, Brasil, Perú, República Dominicana, entre otros. Y qué bueno que esa bandera se mantenga muy en alto desde el Río Grande hasta la Patagonia; que podamos fortalecerla más y más a través del estudio del legado de nuestros Próceres que nos sirve de faro en la misión histórica de hacer de Nuestra América la Patria Grande ideada por El Libertador Simón Bolívar ya que en él nos encontramos todos!

Actualmente podemos ver dos cosas: La lucha de resistencia ya que los pueblos no se rinden y, los asomos de un fenómeno político consistente en que nuestros pueblos quieren ser gobernados de otra manera, quieren gobiernos que se empeñen en solucionar sus necesidades, quieren espacios de participación y se alzan en lucha tras su conquista pues no basta solamente querer. Además, salvo raras excepciones, los gobernantes, no pueden gobernar como hasta ahora y por eso a unos les ha tocado salir corriendo, y a otros maniobrar echando mano hasta de la puerta de atrás.

Es un adefesio político quedarnos como simples espectadores o pontificando sobre los acontecimientos cuyo origen está en la movilización y el levantamiento del pueblo que hace suyo el derecho a insubordinarse, a la autodeterminación, a la soberanía económica y política, a la justicia social que le otorgue el beneficio que pueden generar los bienes y riquezas de nuestros países, hoy en manos de las transnacionales.

Dónde está la razón que lleva a decir a un mandatario: “No puedo”, no porque en el país no haya riquezas ni por falta de apoyo de sus gobernados entre los que existen millones con hambre, sin trabajo, sin techo, sin estudio, sin salud, sin escuela, sin poder ingresar a la universidad. Y qué le pasa al gobernante cuando interpretando el sentir popular y apoyado en él dice “Sí, podemos”.

Es bueno recordar que la clase gobernante de nuestros países teme que los pueblos descubran que ella es el origen concreto de sus problemas y que los derechos, como dice Martí, no se mendigan sino que se conquistar en la lucha, lucha que incluso lleva a hombres y mujeres, a dar su sangre, su vida, por una sociedad nueva y justa, por una Patria libre, independiente y soberana.

De ahí que a través del neocolonialismo mental, conceptos como ‘lucha de clases’ haya sido convertido en cosa ultrapasada. Ahora somos sociedad civil, nada de meterse usted a luchar por sus derechos, entendiéndose como parte viva y activa de la clase social a la cual pertenece, porque con eso lo que está haciendo es crear el odio de clase. Como todo ha cambiado, ya no existe Imperialismo sino globalización. A usted lo que le queda es luchar por su ciudadanía y el mejor mecanismo está en la vía electoral, convertida hoy por la clase dominante en un festín con el cual engaña al pueblo y mete a los partidos y movimientos de izquierda en un laberinto.

Y si algún candidato con el apoyo popular llega al gobierno, tiene que dedicarse a administrar el capitalismo. Y como el sistema capitalista, por una parte, concentra hoy la riqueza de manera no vista antes, y por otra, acaba con el medio ambiente, genera más hambre, más desempleo, más miseria, más enfermedades, cosas que no podrán ser derrotadas a punta de limosnas, sino con proyectos basados en la voluntad del pueblo organizado y no en planes militares ni en las recetas del FMI, violadoras de la soberanía económica, entonces a través de los medios de comunicación se maniobra la opinión para colocarla contra el presidente y su gobierno, convertidos en chivos expiatorios. Lo curioso es que casi nadie cuestiona abiertamente el sistema capitalista como la causa de la pobreza, de la miseria, de todos los problemas que asfixian a nuestros pueblos.

Cuando la clase dominante consigue que el festín electoral le dé los resultados esperados, entonces las elecciones fueron limpias, transparentes, consolidaron la democracia, las instituciones, el orden establecido y la paz. Pero si el pueblo convierte el voto en instrumento de lucha y pone las cosas a su favor y por tanto contra los intereses de esa clase dominante, ésta desata sus fuerzas infernales y apoyada por el Imperio se da a la tarea de contra-atacar con todos los medios a su alcance, con el fin de revertir la situación a su favor. Lo estamos viendo en Venezuela, de manera especial.

Es prioritario en América Latina insuflándole un contenido político a la lucha popular, sustentado en conceptos ideológicos básicos e imperecederos que tienen que ver con la soberanía económica y política, la autodeterminación, la independencia, el derecho a crear un sistema económico en cada país, compatible, que avance en sus propios pies y asuma las necesidades de cada pueblo como prioridades del programa de gobierno. Esto está faltando en la lucha popular. Una Plataforma mínima que sea asumida por las mayorías y que tenga como elemento esencial transformar la sociedad, su forma de gobierno, sus instituciones y el ejercicio del Poder. De ahí que podamos preguntarnos, por qué grandes movilizaciones y alzamientos populares, conocidos por todos, han dado en lo que han dado? Una de las causas puede estar en la falta de formación política. Está en boga hablar de la batalla de las ideas. Correcto, y tal vez por eso estamos en este momento aquí en Managua. Pero no podemos olvidar que existen otros métodos de lucha (con base ideológica firme) en respuesta a otras formas de dominación, caracterizadas por una violencia brutal. Y en la medida en que la resistencia que surge de la conciencia política de clase se consolida, en esa misma medida al Imperio se le va limitando su capacidad de maniobra pues no es invencible ni omnipotente. Además, no puede crear una correlación precisa entre sus planes militares de dominación y la expansión de sus transnacionales.

Por eso las grandes movilizaciones populares que impiden privatizaciones, tumban gobernantes deben hacer suya la toma del poder político y crear los espacios que permitan a los pueblos instaurar una nueva realidad política acorde son sus anhelos y esperanzas.

COMISIÓN INTERNACIONAL DE LAS FARC-EJÉRCITO DEL PUEBLO

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