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¡Los Pobres Somos Más!

¡Los Pobres Somos Más!



"…Ser sujetos participes y propositivos del presente y futuro del país"

Sin querer pasar por encima de la crueldad y de lo trágico de la guerra contrainsurgente colombiana, empezamos a vislumbrar la luz a la salida del túnel. Desde el 11 de septiembre de 2001, día en que cayeron las torres gemelas en New York -hecho que cada ves más apunta a que fueron los mismos gringos sus agenciadores directos o indirectos-, el gobierno de los Estados Unidos se autoproclamó, como el Imperio del "bien", del siglo XXI. Dentro de esta lógica, las políticas contrainsurgentes fueron adecuadas en sus contenidos, ritmos y actores en cada Provincia (provinciae, como decían los romanos), en las colonias de su imperio que llaman "traspatio". Para Colombia y Latino América, el imperio de los Estados Unidos, impusieron sus planes geoestratégicos, y complementariamente, dentro de la lógica imperial, a los presidentes, a quienes consideran sus procónsules provinciales, les recordaron que deben obedecer al Cónsul -el embajador- en cada país.

Como el contexto imperial, es de guerra, en Colombia, el imperio, le apostó a Álvaro Uribe, guerrerista contrainsurgente. Los mass medias, se encargaron de su promoción como procónsul. Es así, como desde antes de posesionarse, ya siendo presidente electo, viajo al imperio, y enseguida, empezó a profundizar la guerra y a implementar las políticas de su César, el señor de la fuerza bruta: G. Bush. Claro. Su meta, ahora como procónsul no era solamente, la que tenía como general de las fuerzas paramilitares: era, y es, acabar con la Soberanía Nacional, golpeando y reduciendo, cualquier vestigio de Democracia y de Justicia Social.

Sólo bastó menos de año y medio, para que Colombia empezara a movilizarse y a gritar, similarmente a como dice la canción, ¡...Hermano dame tu mano, vamos juntos a luchar, por una cosa pequeñita, que se llama LIBERTAD…!. En medio del plebiscito llamado referendo, el encanto del autoritarismo se fue desplomado día tras día, no basto con que Álvaro Uribe, se tratara de ganar el reality show del gran hermano, poniéndonos a suspirar con su cara de santo enguayabado. El pueblo no cayó en los más-media, Colombia entera, demostró en octubre, que los pobres somos más, para defender la Democracia popular, la Justicia Social y la Soberanía Nacional.

Hoy, el procónsul, como buen neofascista, adelanta un nuevo plebiscito: el de la reelección. Plebiscito que como una moneda del imperio, por ambas cara gana. Si pierde la aprobación de la reelección, gana en la legitimización de los procedimientos antidemocráticos de su guerra contrainsurgente; de paso, gana tiempo para acumular y reciclar con sus actores de moto sierra. Si gana, entregara al país en las manos al imperio. Pero, tampoco debemos caer en esta dicotomía engañosa, la realidad principal es: debemos enfrentar al imperio de la muerte desde nuestra identidad, desde los acumulados populares y revolucionarios. Como un solo pueblo Latinoamericano, política, social y culturalmente debe meterse en la confrontación en contra del imperio de los Estados Unidos.

Son tiempos de sumar en la defensa de la Soberanía Nacional, de la Democracia y de la Justicia Social, ser sujetos participes y propositivos del presente y futuro del país.

Es necesario que todos los Colombianos nos levantemos a confrontar al imperio frente a todos sus planes geoestratégicos y al gobierno contrainsurgente deslegitimado con la legalización de los paramilitares, el cual esta desarrollando su nueva ofensiva sicarial contra el movimiento democrático y popular. La revista ¡Sí futuro! del E.L.N, reafirma la vocación de poder expresada en las consignas: !POR UN NUEVO PAÍS..! ¡AHORA LE TOCA AL PUEBLO!

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