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Llorando por los portales

Llorando por los portales

Lázaro L. Fariñas -Periodista cubano radicado en Miami

La derecha ultrarreaccionaria cubanoamericana de Miami está, como se dice en
cubano, llorando por los portales. Para esta gente, la derrota de los enemigos
de Chávez en Venezuela ha sido una píldora muy difícil de tragar. Esta derecha
estaba segura de que Chávez iba a ser barrido del panorama político en el
referendo
que se realizó en aquel país sudamericano.

Siempre he dicho que esta gente se cree sus propias mentiras. Inventan un cuento
propagandístico, y por obra y gracia, no del Espíritu Santo, sino de su miopía
y maldad política, lo transforman en su estrecho universo en una verdad
absoluta.

Como tienen poder y medios de comunicación masiva en sus manos, creen que pueden
transformar la realidad con solo martillar una mentira. Y las mentiras sobre
Venezuela no solamente las inventaban ellos en Miami, sino que también se las
enviaban enlatadas desde Venezuela sus compinches políticos y algún que otro
periodista que se encargaba de nutrirlos con los embustes que ellos creaban en
su país. A estos políticos y periodistas venezolanos le daban espacios en los
programas de radio de Miami para que publicaran el atajo de sandeces y mentiras
que diseminaban en los periódicos y en las estaciones de radio y televisión
caraqueñas.

Una de esos periodistas, que ha tenido durante tiempo un comentario diario en
una de esas cavernas radiales que aquí existen se llama Eleonora Bruzal, una
mujer que habla como si estuviera disparando con una ametralladora pero que,
en vez de soltar balas, suelta calificativos llenos de ofensas. Una mujer con
una verdadera cloaca por lenguaje. Por su forma de decir las cosas, es muy
parecida
a una guagüera cubana que tenemos hace muchísimos años en esta ciudad que se
llama Marieta Fandiño y que ha dedicado toda una vida a la ofensa, a la maldad
y a la injuria.

Como la idea es hablar mal de cualquiera que pueda tener una buena relación con
Cuba, el tema de Venezuela aquí ha sido una constante. Es increíble la cantidad
de mentiras y de desinformaciones que sobre Venezuela salen comúnmente al aire
aquí. Cualquier cosa se puede decir en las estaciones de radio y televisión o
escribir en los periódicos locales si eso va encaminado a hacerle daño a aquel
país. Recuerdo los problemas en los que me metía hace tiempo atrás cuando decía
que Venezuela estaba en un proceso prerrevolucionario y que ese proceso era
imposible
de parar. Pero aquí, para nada se ha analizado la realidad venezolana, y
solamente
se ha insistido en que lo que hay que hacer es derrotar a un Presidente que se
ha cansado de ganarles legalmente en las urnas.

Para este tipo de personas, lo mismo aquí que en Venezuela, lo único que en
realidad
aceptarían sería el derrocamiento de Chávez y en este negocio de tumbarlo han
pasado por diferentes etapas, en las que lo mismo han maldecido a la OEA y al
Centro Carter, como los han glorificado, y lo mismo han maldecido a las Fuerzas
Armadas venezolanas, que las han puesto en pedestales. Cuando se pusieron de
acuerdo con unos cuantos generales para dar el golpe de estado, alabaron la
actitud
patriótica de los militares, pero cuando otros generales salieron en defensa
de la democracia y de la Constitución, y restituyeron al Presidente, entonces
en Miami y en Caracas los empezaron a acusar de gorilas.

A Carter lo han montado en un cachumbambé, lo mismo lo halagan que lo
desprestigian.
Hace poco, para no ir tan lejos, estaban hablando maravillas del ex presidente
norteamericano, por haber logrado que el gobierno venezolano aceptara someterse
al famoso referendo. Ahora estan hablando pestes del mismo en la radio de Miami
porque el hombre afirmó, en una conferencia de prensa en Caracas, que las
elecciones
habían sido transparentes y que, tanto el Centro Carter, como la OEA, estaban
de acuerdo con los resultados del Consejo Electoral.

Para esta gente, hoy Carter es un vendido y el secretario de la OEA, el
colombiano
César Gaviria, es un comunista, que lo único que hace es certificar un
megafraude
para ayudar a Chávez.

Entre los antichavistas que nos han caído en paracaídas en esta ciudad y la
crápula
ultrarreaccionaria que ya aquí teníamos, solo se oyen lamentos mientras lloran
por los portales. No quieren aceptar la realidad de que lo único que puede sacar
a Venezuela de su actual situación es hacer un cambio radical de las estructuras
políticas, sociales y económicas que allí han imperado por años y en las que
la metieron una partida de tránsfugas que solo pensaron en su bienestar
personal.
Un país con tan inmensa riqueza natural merece un destino mejor.

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